El Vaticano devuelve a Granada los 'Libros plúmbeos'
del siglo XVI
Las obras hacían del islam y el cristianismo una religión
sincrética
JESÚS ARIAS, Granada
Granada recuperó ayer, casi 400 años después
de que fueran enviados a Roma y declarados como herejía, los Libros
plúmbeos del Sacromonte, un último intento de los moriscos
granadinos de salvar su religión, y de paso sus vidas, inventándose
una revelación que unía islam y cristianismo. El Vaticano
decidió devolver los libros al lugar en que fueron descubiertos
en 1595, y que ahora serán expuestos al público.
Presentación, ayer, en Granada de los Libros
plúmbeos del Sacromonte (C. Valenzuela).
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Escritos en árabe y con alfabeto salomónico, los Libros
plúmbeos tienen una curiosa historia: cuando en 1588 se derribó
el alminar de la mezquita mayor de Granada para construir sobre ella la
futura catedral, apareció un cofre con un pergamino, un trozo de
un manto de la Virgen y los huesos de un protomártir, san Esteban.
El pergamino, fechado en el siglo I, pero escrito en castellano del siglo
XVI, anunciaba la inminente aparición de unos libros que, por su
carácter, serían una revelación religiosa.
Esos libros aparecieron siete años después en Valparaíso
(nombre originario del Sacromonte granadino), junto a las reliquias y restos
de supuestos santos y mártires, como san Cecilio, actual patrón
de Granada. Los 21 libros, que son planchas de plomo circulares de unos
diez centímetros de diámetro, tallados con buril, eran tratados
religiosos, presuntamente del siglo I, que hacían de los conceptos
del islam y el cristianismo una religión sincrética. Enviados
a Roma para su análisis, el papa Inocencio XI los condenó
por sus "ideas mahometanas, puras ficciones humanas fabricadas para ruina
de la fe católica". No sucedió lo mismo con las reliquias
ni los huesos, que están considerados sagrados por la Iglesia y
custodiados en Granada y en El Escorial, en donde, por ejemplo, se encuentra
el trozo de manto de la Virgen, que al parecer curó un episodio
de gota de Felipe II.
Generosidad
El pasado 17 de junio, el Vaticano decidió devolver los Libros
plúmbeos a Granada, y fue el propio cardenal Ratzinger el encargado
del protocolo. El arzobispo de Granada, Antonio Cañizares, resaltó
ayer "la generosidad del Vaticano, ya que no tenía ninguna obligación
de devolverlos".
El abad del Sacromonte, Juan Sánchez Ocaña, explicó
que el origen de los libros está en la situación que vivían
los moriscos granadinos. "Era un pueblo angustiado, proscrito, que intentó
buscar su último intento de supervivencia falsificando esos libros
para crear una religión sincrética". Así podrían
evitar la persecución religiosa.
El traductor Miguel Hagerty, experto en los libros, señaló
que los falsificadores convirtieron en autores de los libros a san Cecilio
y san Tesifón, dos varones apostólicos de los que no se sabía
nada y que, además, eran árabes, en un intento de despertar
la simpatía hacia los moriscos. De ese modo, Granada se convirtió
en una ciudad con un santo inventado y con varios falsos mártires.
Los libros serán expuestos al público a partir del 8 de
julio en la catedral de Granada, durante la exposición Jesucristo
y el emperador cristiano, Carlos V, y luego trasladados a la Abadía
del Sacromonte, construida precisamente en el lugar de su hallazgo.
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