Los observadores
ven "debilidades" en el sistema electoral de México
El conservador Fox llama "traidor' a Cárdenas por no hacer
frente común contra el PRI
JUAN JESÚS AZNÁREZ, México
Las presidenciales mexicanas del 2 de julio serán las más
disputadas, plurales y observadas de su historia: contarán con 85.000
inspectores nacionales con asesoría extranjera. El objetivo es liquidar
la sucesión de fraudes perpetrados por el gobernante Partido Revolucionario
Institucional (PRI) durante 70 años de hegemonía excluyente.
Observadores de Japón, Estados Unidos, Canadá y Unión
Europea alertaron sobre "debilidades" susceptibles de incidir en los resultados
de unas elecciones en las que parten como favoritos el conservador Vicente
Fox y el oficialista Francisco Labastida.
Cuauhtémoc Cárdenas, ayer,
tras un mitin en Chapingo (AP).
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Las limitaciones de la Fiscalía para investigar y sancionar delitos
electorales, la fuerte presencia militar, y de grupos armados afines, en
los Estados de Chiapas, Guerrero, Hidalgo y Oaxaca, y el empleo del dinero
público para fines propagandísticos son problemas mencionados
por los invitados de la organización estadounidense Global Exchange.
"Existe una gran preocupación por el uso con fines partidistas de
los recursos públicos, en particular de los programas federales
y estatales de combate contra la pobreza, que pueden restar legitimidad
a los resultados", advierten los observadores. El trabajo de Instituto
Federal Electoral (IFE), un organismo autónomo aceptado por los
partidos, aporta seriedad a unas elecciones con seis candidatos presidenciales
y 58 millones de electores.
Vicente Fox sube con un discurso popular y caudillista, arremetiendo
a la brava contra el PRI, llamando traidor al contendiente de centro-izquierda,
Cuauhtémoc Cárdenas, por negarse a renunciar a favor de su
candidatura. "No hay nada que hacer con Fox, la cabeza no le funciona",
despreció el líder del Partido de la Revolución Democrática
(PRD). La campaña se adentró en la violencia verbal, y ya
no parece posible la pretendida alianza de Fox y Cárdenas contra
el PRI, el frente común contra un poder que parecía invencible.
El empuje del conservador, el éxito de su discurso rupturista, de
sus invectivas o bravuconadas, se consolida, y las deserciones en el PRD
parecen confirmarlo.
Los dos debates televisados concluyeron con repuntes de Fox y Cárdenas,
sin que la continuidad, la moderación de Labastida, hayan demostrado
gran pegada. Fox, de 57 años, ex ejecutivo de Coca Cola y ex gobernador
de Guanajuato, y Labastida, de 57 años, veterano burócrata
del PRI, ministro del Interior en el Gabinete de Ernesto Zedillo, disputan
el primer lugar, con el 33% en las preferencias de la mayoría de
las encuestas. Sigue, con el 19%, Cárdenas, de 66 años, que
rompió con el PRI y fundó el PRD a mediados de los ochenta,
y ocupó con poco éxito la alcaldía de Ciudad de México
hasta su última entrada en liza. La oposición acude dividida
pero entusiasmada a unas elecciones que renovarán los 628 escaños
de Congreso, consciente de que nunca ha tenido tantas posibilidades de
alcanzar la jefatura de Estado.
La sostenida progresión de Vicente Fox arrastra incorporaciones,
algunas procedentes del PRD. Trece dirigentes locales abandonaron sus filas
y fueron despedidos por Cárdenas subrayando que secundarán
las aspiraciones de "un mentiroso", "un cínico" y "un hipócrita".
Francisco Curi es uno de los disidentes más notables. Izquierdista,
fundador también del PRD, de cuyo Consejo Nacional fue miembro,
sostiene que "Fox es el único candidato que representa la posibilidad
de obtener el triunfo electoral. Nuestro principal propósito es
que el PRI no siga gobernando". No parecen importar en la consecución
de este objetivo las diferencias de programa con el PAN, un partido en
el que conviven mexicanos de centro, de derecha y flancos reaccionarios
contrarios al libre tránsito de homosexuales y ateos.
Y para lograr la victoria, el candidato conservador no ha dudado en
honrar por escrito un dogma de la izquierda: la no privatización
de la empresa estatal Petromex. "Con la firma de este documento, Fox se
convierte en el candidato del centro-izquierda", afirmó Héctor
Castillo, hijo del fallecido Heberto Castillo, prócer del PRD, quien
pidió al electorado de oposición no votar por aquellos candidatos
que no tienen posibilidades de ganar, no votar por Cárdenas, que
aspira por tercera vez a la presidencia. Y las deserciones no sólo
se producen en el PRD, también el PRI ha sufrido algunas.
La ascensión de Fox en los sondeos, y en las calles de las principales
ciudades mexicanas, no significa, sin embargo, que su triunfo esté
cantado. El clientelismo, la maquinaria del partido gubernamental, su implantación
y su capacidad de acarreo o de captación son todavía
sobresalientes. El alboroto en torno al candidato del PAN es importante
porque, contrariamente a los vaticinios de algunos analistas hace varios
meses, no ha pinchado, sino que prospera prometiendo, como todos, el oro
y el moro en la subasta en que se ha convertido la campaña.
Cerca de 85.000 inspectores vigilarán
los comicios
J. J. A., México
Un ejército de cerca de 85.000 observadores nacionales vigilará
las elecciones generales mexicanas con el apoyo de inspectores de diversas
organizaciones internacionales, entre ellas la ONU. El Comité Técnico
de Evaluación, que integran expertos nacionales y extranjeros, recibió
47 proyectos de observación remitidos por organizaciones no gubernamentales
mexicanas, y aprobó 27. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo
(PNUD) aportará recursos financieros para facilitar el masivo despliegue
de personas. Inevitable la compra de votos en las zonas más aisladas,
de México y de otros países de América Latina, una
de las instrucciones oficiosas al electorado será: "Si te dan dinero,
tómalo, pero vota como quieras".
El Instituto Federal Electoral (IFE) ha acreditado, de momento, a 170
observadores extranjeros, pero el número aumentará considerablemente.
Dos organizaciones, Corpamex y Presencia Ciudadana, efectuarán conteos
a pie de urna. En las elecciones de julio, el padrón electoral ha
dejado de ser "el punto caliente", según Nguyen Huu Dong, coordinador
general del Programa de Naciones Unidas para la Observación Electoral.
El interés fundamental es que no haya compra de votos, coacciones
o presiones de ningún tipo. "Lo primero es la educación cívica,
la promoción del voto consciente, secreto, y la participación
electoral", dijo el funcionario al diario La Jornada. "El segundo
tema es la vigilancia de lo que ellos [el Comité Técnico
de Evaluación] llaman compra y coacción del voto, práctica
que se presenta en zonas aisladas, rurales".
La colaboración del IFE y la ONU viene desde 1994, año
en que expertos del organismo multilateral ofrecieron su colaboración.
Desde entonces, observadores mexicanos han participado en misiones de carácter
internacional, entre ellas la elaboración del padrón en la
consulta sobre la independencia de Timor Oriental (1999).
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