Cacerolazo.com
Los argentinos
se rebelan por sus propios medios y al margen de los sindicatos
FRANCESC
RELEA |
Buenos Aires
Una
nueva forma de organización popular, al margen de toda estructura
de partidos o sindical, da sus primeros pasos en la Argentina en crisis.
Vecinos de numerosos barrios de Buenos Aires se reúnen una y dos
veces por semana para mantener viva la llama de la protesta 'contra los
dirigentes de siempre'.
Todo
empezó espontáneamente con los cacerolazos de diciembre,
que ya han provocado la caída de dos gobiernos. Las primeras convocatorias
boca a boca dieron paso a una nueva vía de comunicación:
Internet. A través de la Red se comunican hoy muchos de los participantes
en las asambleas vecinales de las que surgen iniciativas de todo tipo y
se convocan nuevos cacerolazos. Sitios y foros de discusión
como www. cacerolazo.com, www. elcacerolazo.org o www.deudasnopesificadas.com.ar
son algunos de los espacios más visitados.
'Hay
mucha necesidad de expresión. El que puede va a la asamblea, o crea
un sitio en Internet. Yo puse un foro de discusión. La gente opina
y salen ideas muy interesantes'. Juan Carlos Dimas, de 51 años,
ingeniero químico en paro, después de trabajar en la Comisión
de Energía Atómica y de fundar su propia empresa -'progresé
con la crisis económica, fundé mi empresa y después
la fundí'-, puso en marcha una de las páginas web. 'Mi sitio
ha tenido 880 visitas en dos días, de todas partes del mundo. Mi
interés es transformar lo que fue algo espontáneo en un recurso
humano canalizable. Es algo inédito que varias clases sociales hayan
saltado al mismo tiempo con un objetivo común: sacar a un gobierno'.
El
sitio cacerolazo.com lo lleva un matrimonio: ella diseñadora gráfica
y él analista de sistemas. Sacaron la página para ser un
punto de encuentro y de difusión. Vuelcan toda la información
de las asambleas en la red. Hay nueve foros de discusión que llevan
la palabra cacerolazo. Amanda Paltrinieri envía por correo
electrónico boletines a unas 150 personas de varios países.
'Empecé con gente de Argentina. Se han armado cadenas de reenvío
de estos boletines y ya no sé a cuánta gente llegan'.
El
domingo pasado, cerca de 3.000 personas se congregaron en el barrio porteño
de Parque Centenario en una asamblea de vecinos de distintos puntos de
Buenos Aires. La mayoría eran de clase media, los que tienen acceso
a Internet, y muchos desempleados y jubilados. Matrimonios jóvenes
con sus hijos que acudían en bicicleta o en indumentaria deportiva
típica de un domingo de verano. No había ni banderas ni pancartas
de partidos políticos. Una gran enseña argentina presidía
el encuentro. Los aplausos en homenaje a los muertos en las protestas de
diciembre contrastaban con los abucheos a dirigentes políticos,
partidos, sindicatos y medios de comunicación. Un psicólogo
comentaba que para encontrar una experiencia similar de organización
espontánea desde la base había que remontarse a la polis
griega.
'Todo
arde, y éste va a ser el primer intento de nacionalizar el cacerolazo'
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De
las innumerables propuestas, la más aplaudida fue la primera convocatoria
de un cacerolazo en todo el país este viernes. Toda una prueba
para comprobar si la sonora protesta va en aumento o empieza a desactivarse,
como sostienen algunos. Es la primera vez que se convoca formalmente un
cacerolazo
en toda Argentina, del que se han hecho eco todos los sitios en Internet.
'La convocatoria del viernes puede ser una prueba de cómo estamos
intercomunicados', opina Juan Carlos Dimas. La consigna, sin duda simbólica,
es '¡Que se vayan todos!', porque 'Duhalde también ha fallado
y no puede cumplir su promesa inicial de devolver los ahorros en la moneda
en que fueron depositados'. Amanda Paltrinieri apunta: 'Todo está
ardiendo, pero no hay todavía un vínculo entre todas las
movilizaciones. Va a ser el primer intento de nacionalizar el cacerolazo'.
La
percepción de quienes alimentan la idea de canalizar la bronca para
ganar eficacia es que la participación de la gente va en aumento.
'Aunque los cacerolazos mueran, van a quedar las asambleas barriales.
La clase media tiene Internet. Un movimiento de piquetes no podría
hacerse por Internet', subraya Dimas.
Si
se acabara el corralito, si los bancos pudieran devolver mañana
los depósitos congelados, ¿seguiría el cacerolazo?
Ésta es la pregunta del millón. 'La clase media empieza a
cuestionarse los cuentos que se creyó. Por saturación y porque
le han tocado el bolsillo. Los que han salido a la calle en Buenos Aires
no todos eran ahorristas, hay una mayoría de endeudados'.
En
algunas asambleas ha habido propuestas tan originales como la desafiliación
masiva de los desprestigiados sindicatos, porque el dinero de los afiliados
va a engrosar a la burocracia sindical. 'Hoy es revolucionario plantear
la desafiliación. La idea no es dejar de hacer trabajo gremial y
político, sino comenzar de cero, barajar y repartir de nuevo las
cartas'. |