![]() Lunes 5 junio 2000 - Nº 1494 |
ESPAÑA
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ETA asesina a un
concejal del PP en Vizcaya
NAIARA GALARRAGA, Bilbao
Una ambulancia de la asociación de ayuda DYA acudió de
inmediato al lugar de los hechos y después se le sumó una
unidad medicalizada del Servicio Vasco de Salud. Durante media hora hicieron
todo lo posible por reanimarle, según explicaba un testigo veinteañero
junto a las cintas con las que la Ertzaintza acordonó la zona. Todos
los
intentos de reanimarle resultaron infructuosos. Una hora después,
un sacerdote le daba la extremaunción.
Pedrosa, primer concejal del PP asesinado tras la ruptura del alto el
fuego etarra, es el octavo edil popular que mata ETA en cinco años
y medio. Como la última vez, en el asesinato del veterano antifranquista
y fundador del Foro Ermua José Luis López de Lacalle, la
banda eligió un domingo para actuar. Ayer era la hora del aperitivo,
una costumbre diaria para el edil del PP. "Era cliente nuestro, venía
a menudo. Era muy, muy conocido en el pueblo. Por lo visto venía
para aquí", recordaba el dueño de una cafetería situada
enfrente del lugar donde quedó tendido el cadáver.
Uno de los testigos presenciales del atentado era familiar de la víctima.
Según su declaración, el pistolero era un hombre joven, vestido
con ropas oscuras que actuó a cara descubierta, según fuentes
de la investigación que cita la agencia Efe. El autor del disparo
huyó a pie por una calle que hace esquina con el lugar donde cayó
muerto el concejal y se montó en las inmediaciones en un coche blanco.
Dentro le esperaba, según el mismo testigo, otro joven vestido también
de oscuro. El Departamento vasco de Interior rehusó ayer dar su
versión de los hechos, aunque la televisión vasca ETB informó
de que el delegado del Gobierno, Enrique Villar, había comentado
a un familiar del concejal que el asesino había sido reconocido..
La última víctima de ETA era un hombre de costumbres fijas.
Dedicado en exclusiva a las tareas municipales tras abandonar la empresa
en que trabajaba por razones de salud, cada día hacía la
ronda por los mismos bares. Ayer por la mañana había acudido
a presenciar una competición de baloncesto tres por tres en la plaza
Ezkurdi, según explicó una amiga que se encontró allí
con él.
Múltiples amenazas
Esta mujer de mediana edad, quien, como el resto de los amigos y conocidos
del edil prefiere que su nombre no sea publicado, dijo que, una vez concluido
el partido, Pedrosa dejó el lugar y se marchó hacia su casa,
situada a un kilómetro de distancia.
El concejal cayó asesinado a mitad de camino. No quería
que un escolta policial o un guardaespaldas privado le tuviese que acompañar
a todas partes. Tuvo protección durante un tiempo, antes del alto
el fuego de septiembre de 1998, cuando ETA se fijó en los concejales
del PP como objetivos preferentes. Pero, tras una temporada, pidió
que se le retirase, explicaron a las puertas de la casa de la víctima
varios compañeros de partido. Como el resto de los representantes
municipales del PP de Durango, había recibido múltiples amenazas.
El Día de los Inocentes de 1998, apenas tres meses después
de que ETA declarase su tregua, miembros de Gestoras pro Amnistía
se concentraron frente a su casa. Subieron a su piso, un tercero, y le
dejaron una carta en la que le acusaban de ser el responsable de la dispersión
de los presos de ETA. También colgaron allí el tradicional
monigote de los inocentes con la leyenda "Pedrosa, tú no eres inocente".
Los compañeros de poteo de Pedrosa deambulaban ayer como
perdidos entre el lugar del atentado y el domicilio del edil. "Nunca hablábamos
de política, sino de lo que surgía", explicaba una señora
a las puertas de la vivienda. La familia se afanaba estos días por
preparar la boda de la hija mayor con el hijo de un militante del PNV de
la localidad. Será el día 22, celebración de Santa
María Magdalena. Precisamente así se llamaba el barrio donde
se cometió el crimen. La familia ha decidido mantener la fecha de
la boda "porque la vida sigue".
El lugar donde Pedrosa recibió el disparo es un cruce de cuatro
calles, una de las cuales enlaza directamente con la salida hacia la autopista
A-8 Bilbao-Behobia. Muy cerca está la estación de Renfe,
que la Ertzaintza inspeccionó. Fuentes de la lucha antiterrorista
apuntaron ayer que es probable que los activistas pertenezcan a un grupo
del comando Donosti. El comando Vizcaya recibió un
duro golpe en enero pasado, después del Cuerpo Nacional de Policía
desbaratase un intento de atentado contra una patrulla de la Guardia Civil.
El también concejal del PP del Durango Juan José Gaztañazatorre
figuró como posible objetivo de los terroristas en la documentación
incautada en abril de 1998 tras la detención allí de Gorka
Fraile, acusado de pertenecer a un comando legal (no fichado) de
ETA. Fraile ingresó en prisión pero ahora está en
libertad provisional a la espera de juicio, según confirmaron a
Europa Press fuentes penitenciarias.
El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz, fue uno de los primeros
en acudir junto al cadáver. A pocos metros del cuerpo, cubierto
por una sábana, se fundió en un abrazo con un edil popular
de Durango. Iturgaiz hizo "un aviso a navegantes" dirigido a los nacionalistas:
"A los fariseos que vengan ahora a dar pésames y dar la mano, [decirles]
que ahora necesitamos que rompan sus pactos con ETA y con HB".
El delegado del Gobierno en Euskadi, Enrique Villar, recordó
en referencia a la seguridad de Pedrosa que "sólo se puede escoltar
a quien quiere ser escoltado". El cadáver quedó tendido en
la acera hasta que pasadas las cuatro de la tarde el juez ordenó
su levantamiento.
Iturgaiz encabezó la delegación del PP que acudió
a casa de la víctima a visitar a su viuda. Cuando salieron, y una
vez llegó el lehendakari, Juan José Ibarretxe (ambos
no se cruzaron), subieron al piso representantes del Gobierno vasco y la
alcaldesa de Durango, la peneuvista María Pilar Ardanza. Por la
tarde llegaron el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, y el vicepresidente
primero, Mariano Rajoy. José María Aznar visitará
hoy a la familia.
El Ayuntamiento de Durango celebró un pleno extraordinario por
la tarde. La corporación está integrada por tres concejales
del PP, además de Pedrosa; nueve de la coalición PNV-EA;
cinco de Euskal Herritarrok y tres socialistas. Toda la corporación,
salvo EH, condenó "firmemente" el crimen y calificó al edil
muerto de "servidor de Durango". La alcaldesa prefería ayer "no
plantearse" si mantendrá el pacto de gobierno que tiene con EH.
Concejales de EH asistieron al pleno. Su portavoz, Javier Arbeo, leyó
otra nota en que dijo "lamentar" la muerte de Pedrosa y se comprometió
a trabajar por la paz. Cuando Arbeo tomó la palabra, los representantes
del PP y el PSE abandonaron la sala.
El Ayuntamiento convocó una concentración silenciosa a las ocho de la tarde, invitó a la ciudadanía a unirse a todas las movilizaciones de protesta y declaró tres días de luto oficial. Antes del pleno, la Ertzaintza obligó a disolverse a un grupo de simpatizantes de EH que se había concentrado ante la casa consistorial. Centenares de ciudadanos recibieron anoche el féretro en el Ayuntamiento, donde ondeaban la bandera de España y la ikurriña , entre gritos de "asesinos" y "libertad". EL PAÍS, Bilbao
Hasta julio de 1997 la banda no volvió a matar a un edil popular.
El día 10 de ese mes secuestró y asesinó fríamente
al cabo de 48 horas al concejal de Ermua Miguel Ángel Blanco, en
un crimen que conmocionó al mundo. Desde entonces se aceleró
la sangría: José Luis Caso (edil de Rentería, asesinado
el 11 de diciembre de 1997), José Ignacio Iruretagoiena (Zarautz,
9 de enero de 1998); Alberto Jiménez Becerril (asesinado con su
esposa Ascensión García Ortiz en Sevilla el 30 de enero de
1998), Tomás Caballero (edil de UPN-PP, muerto en Pamplona el 6
de mayo del mismo año) y Manuel Zamarreño (sustituto de Caso
en Rentería, asesinado el 25 de junio de 1998, en el último
atentado mortal de ETA antes de que declarase su tregua unilateral).
Todos ellos fallecieron, como Pedrosa, tiroteados por uno o varios activistas,
menos Iruretagoiena y Zamarreño, que murieron destrozados por sendas
bombas. La banda fracasó en otros intentos de asesinar a ediles
del Partido Popular vasco durante los años 1997 y 1998.
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