Ingrid Betancourt se había entrevistado recientemente con líderes de la guerrilla colombiana
 

EFE| Bogotá

La candidata presidencial colombiana Ingrid Betancourt fue secuestrada el pasado sábado por rebeldes de las FARC en la zona controlada hasta hace unos días por esa organización guerrillera, recuperada la semana pasada por el Ejército. Fuentes oficiales confirmaron ayer que la aspirante independiente, que lidera el movimiento minoritario Colombia Nueva, fue retenida junto con dos asesores de su campaña, un fotógrafo de la revista francesa Marie Claire y un camarógrafo en el departamento del Caquetá, a 350 kilómetros al suroeste de Bogotá.

Tres de los rehenes, entre ellos el fotógrafo Alain Keler, fueron liberados, según el ministro del Interior, Armando Estrada. 'Hemos recibido buen trato', declaró el periodista francés a la agencia France Presse. La candidata Betancourt, de 41 años, viajó por tierra a la antigua zona de despeje, de más de 42.000 kilómetros cuadrados, que comprendía cinco municipios de los departamentos de Caquetá y Meta, y que sirvió durante más de tres años como escenario del diálogo entre el Ejecutivo y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

A la misma hora, el presidente Andrés Pastrana efectuaba un ejercicio simbólico de soberanía en San Vicente del Caguán, el principal de los cinco municipios del antiguo territorio neutral, acompañado por mandos militares y la prensa extranjera, tras la recuperación militar de la región. Las negociaciones bilaterales, que se inauguraron en enero de 1999, fueron interrumpidas por Pastrana el 20 de febrero ante la arremetida de actos terroristas de las FARC, el último de los cuales fue el secuestro de un avión comercial con más de 30 personas, de las cuales retuvieron al senador Jorge Eduardo Gechem Turbay.

Fuentes militares confirmaron a emisoras locales que la aspirante presidencial está en poder del Frente 15 de las FARC. Betancourt quería saludar a los habitantes, y su rastro se perdió tras pasar por la localidad de El Paujil, en el camino a San Vicente del Caguán. La aguerrida dirigente insistió en viajar, pese a que le habían advertido de que era peligroso, ya que en esa parte de Colombia sigue su curso la operación del Ejército hacia las posiciones que dominaban las FARC.

La ex senadora Betancourt se graduó en Ciencias Políticas en París y es hija del humanista y ex ministro Gabriel Betancourt Mejía y de la ex congresista y benefactora de la niñez Yolanda Pulecio. El año pasado publicó en Francia el libro La rabia en el corazón, en el que hizo graves denuncias de corrupción contra numerosos políticos colombianos, por lo que fue demandada judicialmente. Poco antes había renunciado a su escaño en el Senado tras calificar esa Cámara como 'nido de ratas', y hace dos semanas saltó de nuevo al primer plano al obsequiar en las calles grageas de Viagra para 'parar el país'.

La candidata viajaba con su jefa de campaña, Clara Rojas; el coordinador Adair Lamprea, el fotógrafo Keler y un camarógrafo cuyo nombre se desconoce, en un vehículo que llevaba banderas blancas y distintivos de prensa internacional. La líder secuestrada estuvo la semana pasada en la reunión que varios candidatos tuvieron con los negociadores de las FARC, en San Vicente del Caguán, en la que expresaron críticas a la ofensiva terrorista y los secuestros de los rebeldes.
Última llamada

La madre de la candidata precisó que Ingrid la llamó por última vez el sábado al mediodía para comentarle que iría por tierra, ya que no pudo conseguir cupo en los helicópteros que transportaron a los funcionarios y periodistas. Según Yolanda Pulecio, su hija le manifestó que tenía la 'obligación moral' de viajar, ya que, 'siempre quiere cumplir así ya sea a costa de su vida'. El secuestro fue rechazado por los demás candidatos a la presidencia colombiana, entre ellos la independiente Noemí Sanín y el liberal Álvaro Uribe Vélez, favorito en la últimas encuestas, que pidieron respeto por su vida y reclamaron su liberación inmediata.

Por otro lado, el ministro de Relaciones Exteriores de Perú, Diego García Sayán, afirmó ayer que no existe la posibilidad de una regionalización del conflicto interno que sufre Colombia tras la ruptura del proceso de paz entre el Gobierno y la guerrilla de ese país. 'No hay operaciones militares ni en los países vecinos, ni desde los países vecinos, que pudieran derivar en una internacionalización o regionalización del conflicto interno', señaló García Sayán, en declaraciones al diario limeño La República.