LA
CAÍDA DE CHÁVEZ
El
'número dos' de Chávez, presidente de Venezuela tras renunciar
Carmona
Los
militares retiran su confianza a Pedro Carmona después de que éste
asumiera plenos poderes
JUAN
JESÚS AZNÁREZ, ENVIADO ESPECIAL|
Caracas
Diosdado
Cabello, el vicepresidente de Hugo Chávez, asumió ayer la
jefatura del Estado venezolano, con carácter "provisional", tras
la renuncia al cargo del presidente de la patronal, Pedro Carmona, al que
los militares retiraron la confianza tras sus primeros decretos, que anularon
las instituciones puestas en pie por el caudillo de la revolución
bolivariana.
El anuncio
del relevo, efectuado a las 4.30 de hoy (hora peninsular española),
no específicaba si éste era
consecuencia de un pacto entre los militares y los partidarios de Chávez.
A esa hora se ignoraba aún la suerte del mandatario derrocado, cuya
renuncia era negada por su familia, mientras el régimen de Fidel
Castro desmentía que hubiese pedido asilo en Cuba.
Personalidades
adictas a Chávez, como Cabello, numerosos ministros y los dirigentes
de las principales instituciones del Estado se habían reunido en
el palacio presidencial de Miraflores para
"restaurar la legalidad". Partidarios de Chávez cortaron carreteras,
atacaron sedes de medios de comunicación y marcharon por barrios
céntricos de Caracas. Según el alcalde de la capital, hubo
al menos 9 muertos y 48 heridos.
Carmona
se había reservado la facultad de relevar a gobernadores, alcaldes
y parlamentarios regionales y locales. Después de obligarle a restaurar
el Parlamento, el jefe de la Fuerza Armada Nacional, Efraín Vásquez,
dijo que efectuaba "las diligencias necesarias para que se efectúe
de inmediato el correctivo en errores y omisiones cometidos en este proceso
de transición".
Inevitablemente,
Carmona aceptó el ultimátum. "Se está restituyendo
plenamente el funcionamiento de la Asamblea Nacional y confirmando que
sea este importante órgano del poder público a que proceda
de inmediato a las demás designaciones y a la juramentación
del presidente transitorio". El dirigente empresarial no precisó
la fecha en que se convocarán elecciones parlamentarias y presidenciales,
fijadas en principios para antes de un año. Los militares venezolanos,
partidos opositores y organizaciones sindicales mostraron su malestar con
las primeras medidas del empresario, y que por medio de un decreto disolvió
el viernes los poderes públicos, desde la Asamblea hasta el Tribunal
Supremo.
A última
hora de la noche, varios dirigentes chavistas
afirmaron en el canal público Venezolana de Televisión (VTV),
que no emitía desde el pasado jueves, que los ministros del Gobierno
de Chávez estaban reunidos en el Palacio de Miraflores.
Los partidarios del presidente depuesto aseguraron que el Gobierno de Chávez
estaba tomando el control del país y que tenían la situación
cada vez más controlada.
El presidente
de la Asamblea Nacional (Parlamento), William Lara; el Defensor del Pueblo,
Germán Mundaraín, y el Fiscal
General, Isaías Rodríguez, anunciaron desde la sede de la
Presidencia, el mismo lugar donde el viernes tomó posesión
Pedro Carmona, que "en Venezuela ha habido hoy una jornada de restitución
de la legalidad". "Estamos en el Palacio de Miraflores
para expresarles que los poderes públicos están plenamente
vigentes. El decreto que fue dado a conocer en el cual se pretende disolver
los Poderes no es válido, no ha habido modificación válida
en el Gobierno venezolano", dijo Lara. El presidente de la Asamblea llamó
a los venezolanos, "en este momento difícil, a la concordia nacional",
y aseguró "a todos los venezolanos, más allá de las
posiciones políticas, que los derechos humanos serán respetados".
El vicepresidente
de Venezuela leal a Chávez, Diosdado
Cabello, se encontraba también en el palacio presidencial, dispuesto
a asumir el cargo si el destituido jefe de Estado no era restituido en
su cargo. En declaraciones a la cadena de televisión CNN en español,
Cabello dijo que acababa de llegar al palacio presidencial, después
de haber tenido que permanecer oculto desde el jueves por motivos de seguridad,
con la intención de "recobrar la institucionalidad".
La jornada
de ayer agravó la peor crisis política que conozca este país
desde hace muchos años y que arrancó con las violentas manifestaciones
callejeras del jueves, en las que murieron al menos 16 personas y decenas
resultaron heridas. El movimiento cívico-castrense que asumió
la dirección de Venezuela durante poco más de un día
concedió a Pedro Carmona la jefatura del Estado y plenos poderes
para continuar eliminando todo vestigio de las instituciones y leyes creadas
por el gobernante derrocado. Pero Carmona se excedió en su primer
decreto, según fuentes castreneses.
Disueltos el Congreso y el Poder Judicial, y barridos los incorporados
por la derrocada revolución bolivariana, el economista y diplomático,
de 61 años, pensaba legislar por decreto hasta la convocatoria de
elecciones.
El vacío
de poder en instancias fundamentales del Estado era ayer evidente, y paralelo
a los disturbios y desmanes causados en la capital por grupos que gritaban
"¡Muerte a los escuálidos!" (término
elegido por Chávez para designar a la oposición).
Un batallón
de paracaidistas se sublevó en Maracay, y los sectores más
virulentos del chavismo aseguraron que las
movilizaciones proseguirían hasta conseguir que Chávez volviese
al poder.
"¿Cómo
se puede llamar democrático un régimen que comienza por disolver
el Parlamento? Esta es la esencia de la dictadura", protestó su
destituido presidente, Willian Lara, dirigente
del Movimiento Quinta República (MVR), fundado por Chávez
poco antes de ganar las elecciones presidenciales de diciembre de 1998.
Lara sostuvo que se había instalado en Venezuela un Gobierno de
facto, de derechas.
Tampoco
los diputados que trabajaron por la caída del anterior regímen
parecían estar muy de acuerdo con el cierre del hemiciclo, ni con
la asunción de poderes del ex presidente de la Federación
de Cámaras de Venezuela (Fedecámaras). |