El tesorero de la transición mexicana
Francisco Gil, nuevo ministro de Hacienda, es un hombre
clave para hacer viable el cambio anunciado por Fox
JUAN JESÚS AZNÁREZ, México
Sobre las espaldas del afilado Francisco Gil, nuevo secretario (ministro)
de Hacienda y Crédito Público, descansará buena parte
de la transición mexicana. Reducir el gasto corriente y los tipos
de interés, y elevar la recaudación tributaria son objetivos
prioritarios del ministro clave en el Gobierno de Vicente Fox. Gil fue
llamado el fiscal de hierro durante sus años de subsecretario
de Ingresos en el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-94), y del
Partido Revolucionario Institucional (PRI).
"Soy priísta; lo soy desde hace 23 años. Priísta
convencido, y lo digo y lo pueden decir así". Francisco Gil, de
57 años, 30 de ellos en el funcionariado o la docencia, respondía
de esa manera a un diputado del PRI que le preguntó sobre su orientación
ideológica, sobre la definición de su pensamiento, antes
de debatir el borrador de presupuesto de ingresos y gastos para el año
2001. La ideología del PRI, y tampoco la de Gil, nunca fue dogmática,
y el ministro coincide con el nuevo jefe de Gobierno en que con la ideología
no se come, y en que sí podrán comer más y mejor millones
de pobres si cuaja una reforma fiscal profunda y justa, si pagan más
quienes más tienen.
Francisco Gil -que abandonó la subdirección del Banco
de México para ocupar la presidencia de la empresa telefónica
Avantel cuando perdió la jefatura del banco emisor a manos de Guillermo
Ortiz- asume que el Congreso presentará objeciones a sus iniciativas
menos populares, aquellas orientadas a gravar artículos de primera
necesidad. El nuevo partido gobernante, el conservador Partido Acción
Nacional (PAN), no dispone de mayoría en ninguna de las dos cámaras,
y deberá acordar con el PRI, y el Partido de la Revolución
Democrática (PRD), centro-izquierda, toda iniciativa. "Incluso antes,
cuando el Congreso tenía mayoría priísta, las negociaciones
eran difíciles", declaró.
El próximo Gobierno probablemente aumentará los precios
y tarifas de los servicios públicos proporcionalmente al curso de
la inflación, o de acuerdo a los estándares internacionales
cuando los precios evolucionen en función de factores ajenos a la
voluntad del Gobierno. La propuesta de "reforma hacendaria", que tiende
a equilibrar gastos e ingresos, introducirá innovaciones informáticas
y de formato para simplificar las obligaciones fiscales. Antes de que pase
un año, sostiene el Chicago boy al frente de la cartera de
Hacienda, muchos particulares y empresas disfrutarán ya de esas
modificaciones, que representan ahorros importantes en cuanto a simplificación
de trámites administrativos, y ahorros directos a sus costos.
México padece con una de las recaudaciones tributarias más
bajas del mundo, inferior al 12% del PIB. Brasil recauda el 18%; Argentina,
el 17%; y Estados Unidos, por encima del 33%. El objetivo oficial, financiar
con impuestos, no con deuda o inflación, es muy complejo y pretende
aumentar en un 6,5% los ingresos federales durante el primer año
del nuevo Gobierno. La evasión fiscal por el concepto de impuesto
al valor agregado (IVA) supone más de 6.000 millones de dólares
anuales (más de un billón de pesetas), equivalente al 1,4%
del PIB. La evasión por el impuesto sobre la renta es muy difícil
de calcular por la envergadura de la economía sumergida y la imposibilidad
de medir las utilidades generadas.
Tras abandonar el servicio público en 1997, Gil pasó a
formar parte del equipo de Roberto Hernández, presidente de Banamex,
primer banco nacional hasta ser rebasado por la alianza entre el español
Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) y el mexicano Bancomer. La operadora
Avantel, cuyo paquete mayoritario de acciones controla Banamex, es la telefónica
que compite con el gigante Telmex (Teléfonos de México),
dirigida por el empresario Carlos Slim.
Dicen del nuevo ministro que es uno de los artífices de los planes
de estabilización, hombre de convicciones y de una pieza, incorruptible
y controvertido, nada pusilánime, directo en la exposición
de sus criterios, hiriente en ocasiones, y desdeñoso con la mediocridad.
Previamente a su cargo de subsecretario (viceministro) de Ingresos en
la Secretaría de Hacienda y Crédito Público con Salinas
de Gortari, había sido jefe de Proyección Económica
en la Secretaría de la Presidencia, director general de Políticas
de Ingresos y director general de Estudios Económicos. Uno de sus
éxitos fue bajar la tasa del IVA del 15% al 10%, consiguiendo a
la vez una mayor recaudación. Su gestión, de todas formas,
fue criticada como excesivamente severa con los contribuyentes cautivos
y muy tolerante con los grandes evasores. Gil considera que las decisiones
del presidente saliente, Ernesto Zedillo, durante la crisis de 1994-95,
agravaron la situación, pues, además de la brusca devaluación,
no se tomaron en cuenta las recomendaciones de la Comisión Nacional
Cambiaria en favor de la flotación del peso.
Una economía estabilizada
La economía mexicana creció un 7,5% entre enero y septiembre
de este año, la deuda externa disminuyó un 4,6% para alcanzar
su nivel más bajo en 30 años en relación con el PIB,
y la cuentas públicas registraron un superávit de 1.200 millones
de dólares (más de 230.000 millones de pesetas), según
datos del Ministerio de Hacienda del ex presidente saliente, Ernesto Zedillo
(1994-diciembre del 2000). El Ejecutivo de Vicente Fox pretende consolidar
el año próximo una subida de 4,5 puntos, enfriando el crecimiento,
para volver a crecer a 7 puntos en los próximos ejercicios.
Los niveles de consumo e inversión nacional y extranjera son
altos, el déficit comercial, moderado y sostenible, y el monto de
las reservas en divisas, confortable. El analista Eugenio Anguiano critica
el triunfalismo gubernamental y destaca que en el mejor de los casos, el
producto per cápita creció en los últimos seis años
a una tasa media anual del 1,87%. "Pero no acaba allí la pobreza
de las estadísticas porque la media del PIB por habitante no refleja
la distribución de la riqueza en el país. Abundan las referencias
cuantitativas y las físicamente visibles, sobre el grave retroceso
habido en México en cuando a la participación de la población
en el ingreso nacional".
Zedillo ordenó las grandes cuentas, superó con éxito
la crisis financiera del bienio 1994-95, una catástrofe que determinó
su Gobierno, pero no pudo evitar que cerca de 13 millones de los 100 millones
de mexicanos sigan en la economía informal. La deuda externa pendiente
equivale al 12,9% del PIB, la total, al 30% de ese indicador, inferior
a la de 1995; el déficit externo alcanzará el 3,1%, es decir,
17.000 millones de dólares, y el social, herencia de muchos decenios
de políticas equivocadas, pone los pelos de punta.
Pese a todo, el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá
y México, que entró en vigor en enero de 1994, tuvo efectos
beneficiosos en la creación de empleos. Las exportaciones mexicanas
al mercado norteamericano crecieron de los aproximadamente 60.000 millones
de dólares en 1995 hasta más de los 100.000 millones en 1999.
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