El País Digital
Domingo 
3 diciembre 
2000 - Nº 1675
 
 
INTERNACIONAL
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El tesorero de la transición mexicana 

Francisco Gil, nuevo ministro de Hacienda, es un hombre clave para hacer viable el cambio anunciado por Fox 

JUAN JESÚS AZNÁREZ, México 
Sobre las espaldas del afilado Francisco Gil, nuevo secretario (ministro) de Hacienda y Crédito Público, descansará buena parte de la transición mexicana. Reducir el gasto corriente y los tipos de interés, y elevar la recaudación tributaria son objetivos prioritarios del ministro clave en el Gobierno de Vicente Fox. Gil fue llamado el fiscal de hierro durante sus años de subsecretario de Ingresos en el Gobierno de Carlos Salinas de Gortari (1988-94), y del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
 
 

"Soy priísta; lo soy desde hace 23 años. Priísta convencido, y lo digo y lo pueden decir así". Francisco Gil, de 57 años, 30 de ellos en el funcionariado o la docencia, respondía de esa manera a un diputado del PRI que le preguntó sobre su orientación ideológica, sobre la definición de su pensamiento, antes de debatir el borrador de presupuesto de ingresos y gastos para el año 2001. La ideología del PRI, y tampoco la de Gil, nunca fue dogmática, y el ministro coincide con el nuevo jefe de Gobierno en que con la ideología no se come, y en que sí podrán comer más y mejor millones de pobres si cuaja una reforma fiscal profunda y justa, si pagan más quienes más tienen.
 
 

Francisco Gil -que abandonó la subdirección del Banco de México para ocupar la presidencia de la empresa telefónica Avantel cuando perdió la jefatura del banco emisor a manos de Guillermo Ortiz- asume que el Congreso presentará objeciones a sus iniciativas menos populares, aquellas orientadas a gravar artículos de primera necesidad. El nuevo partido gobernante, el conservador Partido Acción Nacional (PAN), no dispone de mayoría en ninguna de las dos cámaras, y deberá acordar con el PRI, y el Partido de la Revolución Democrática (PRD), centro-izquierda, toda iniciativa. "Incluso antes, cuando el Congreso tenía mayoría priísta, las negociaciones eran difíciles", declaró.
 
 

El próximo Gobierno probablemente aumentará los precios y tarifas de los servicios públicos proporcionalmente al curso de la inflación, o de acuerdo a los estándares internacionales cuando los precios evolucionen en función de factores ajenos a la voluntad del Gobierno. La propuesta de "reforma hacendaria", que tiende a equilibrar gastos e ingresos, introducirá innovaciones informáticas y de formato para simplificar las obligaciones fiscales. Antes de que pase un año, sostiene el Chicago boy al frente de la cartera de Hacienda, muchos particulares y empresas disfrutarán ya de esas modificaciones, que representan ahorros importantes en cuanto a simplificación de trámites administrativos, y ahorros directos a sus costos.
 
 

México padece con una de las recaudaciones tributarias más bajas del mundo, inferior al 12% del PIB. Brasil recauda el 18%; Argentina, el 17%; y Estados Unidos, por encima del 33%. El objetivo oficial, financiar con impuestos, no con deuda o inflación, es muy complejo y pretende aumentar en un 6,5% los ingresos federales durante el primer año del nuevo Gobierno. La evasión fiscal por el concepto de impuesto al valor agregado (IVA) supone más de 6.000 millones de dólares anuales (más de un billón de pesetas), equivalente al 1,4% del PIB. La evasión por el impuesto sobre la renta es muy difícil de calcular por la envergadura de la economía sumergida y la imposibilidad de medir las utilidades generadas.
 
 

Tras abandonar el servicio público en 1997, Gil pasó a formar parte del equipo de Roberto Hernández, presidente de Banamex, primer banco nacional hasta ser rebasado por la alianza entre el español Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) y el mexicano Bancomer. La operadora Avantel, cuyo paquete mayoritario de acciones controla Banamex, es la telefónica que compite con el gigante Telmex (Teléfonos de México), dirigida por el empresario Carlos Slim.
 
 

Dicen del nuevo ministro que es uno de los artífices de los planes de estabilización, hombre de convicciones y de una pieza, incorruptible y controvertido, nada pusilánime, directo en la exposición de sus criterios, hiriente en ocasiones, y desdeñoso con la mediocridad.
 
 

Previamente a su cargo de subsecretario (viceministro) de Ingresos en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público con Salinas de Gortari, había sido jefe de Proyección Económica en la Secretaría de la Presidencia, director general de Políticas de Ingresos y director general de Estudios Económicos. Uno de sus éxitos fue bajar la tasa del IVA del 15% al 10%, consiguiendo a la vez una mayor recaudación. Su gestión, de todas formas, fue criticada como excesivamente severa con los contribuyentes cautivos y muy tolerante con los grandes evasores. Gil considera que las decisiones del presidente saliente, Ernesto Zedillo, durante la crisis de 1994-95, agravaron la situación, pues, además de la brusca devaluación, no se tomaron en cuenta las recomendaciones de la Comisión Nacional Cambiaria en favor de la flotación del peso. 

Una economía estabilizada 
La economía mexicana creció un 7,5% entre enero y septiembre de este año, la deuda externa disminuyó un 4,6% para alcanzar su nivel más bajo en 30 años en relación con el PIB, y la cuentas públicas registraron un superávit de 1.200 millones de dólares (más de 230.000 millones de pesetas), según datos del Ministerio de Hacienda del ex presidente saliente, Ernesto Zedillo (1994-diciembre del 2000). El Ejecutivo de Vicente Fox pretende consolidar el año próximo una subida de 4,5 puntos, enfriando el crecimiento, para volver a crecer a 7 puntos en los próximos ejercicios.
 
 

Los niveles de consumo e inversión nacional y extranjera son altos, el déficit comercial, moderado y sostenible, y el monto de las reservas en divisas, confortable. El analista Eugenio Anguiano critica el triunfalismo gubernamental y destaca que en el mejor de los casos, el producto per cápita creció en los últimos seis años a una tasa media anual del 1,87%. "Pero no acaba allí la pobreza de las estadísticas porque la media del PIB por habitante no refleja la distribución de la riqueza en el país. Abundan las referencias cuantitativas y las físicamente visibles, sobre el grave retroceso habido en México en cuando a la participación de la población en el ingreso nacional".
 
 

Zedillo ordenó las grandes cuentas, superó con éxito la crisis financiera del bienio 1994-95, una catástrofe que determinó su Gobierno, pero no pudo evitar que cerca de 13 millones de los 100 millones de mexicanos sigan en la economía informal. La deuda externa pendiente equivale al 12,9% del PIB, la total, al 30% de ese indicador, inferior a la de 1995; el déficit externo alcanzará el 3,1%, es decir, 17.000 millones de dólares, y el social, herencia de muchos decenios de políticas equivocadas, pone los pelos de punta.
 
 

Pese a todo, el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Canadá y México, que entró en vigor en enero de 1994, tuvo efectos beneficiosos en la creación de empleos. Las exportaciones mexicanas al mercado norteamericano crecieron de los aproximadamente 60.000 millones de dólares en 1995 hasta más de los 100.000 millones en 1999. 
 

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