El País Digital
Domingo 
18 junio 
2000 - Nº 1507
SOCIEDAD
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Curiosamente, Madrid, capital de la marcha europea, es una de las ciudades más restrictivas de España en cuanto a horarios. En la capital, legalmente, está prohibido bailar de cinco de la madrugada a seis de la tarde, aunque no se cumple. Ni siquiera se puede hacer en una boda. "Establecer horas límite nunca ha funcionado", declara el sociólogo Javier Elzo. "Ahí están los ejemplos de los noventa: Santiago, Salamanca, Cáceres, Vitoria. Todos han fracasado. Hay que conseguir que los jóvenes se diviertan más temprano. Pero no por decreto. La sociedad no se cambia por decreto".
 
 

¿Cómo se soluciona el problema de las drogas? Retrasar la edad de inicio de consumo es hoy el objetivo prioritario de toda política contra la toxicomanía. En eso coinciden la mayoría de los expertos. La vía represiva no es siempre la que mejor funciona. Ahí está el caso de Utrecht, la ciudad holandesa. El consumo de hachís se ha reducido gracias a la presión social, en un país que mantiene una actitud muy liberal con respecto a las drogas. Los autores del informe recomiendan estar atentos al ejemplo holandés por cuanto pudiera marcar una tendencia.
 
 

"Las campañas de 'No tomes drogas' hacen que los adolescentes se rían de las autoridades", declara Richard Hartnoll, el responsable de epidemiología del Observatorio Europeo de Drogas, inglés de 52 años. "Tengo dos hijos adolescentes y lo puedo ver. Hay que explicar cuáles son los riesgos de las drogas en los sitios donde se consumen, diciéndole a la gente que no se tome diez pastillas, que se tome media, o una. Hay que ser más realistas".
 
 

"Es bueno que hagamos autocrítica", dice Eulalia Vaquero, la nueva dirigente de la CEAPA, la organización de padres de alumnos laicos. "Muchos padres no sabemos encarar el problema. Preferimos desconocerlo por si se resuelve sólo". A sus 44 años, Eulalia tiene un hijo de 19 años y una hija de 16. "Es verdad que la generación del 68 es muy permisiva y que tenemos que atender más a nuestros hijos. Pero supongo que también habrán aprendido cosas buenas de nosotros. En la generación de mis padres había muchísimos alcohólicos".
 
 

De hecho, el consumo de alcohol se ha reducido en un 40% en los últimos diez años, afirma Domingo Comas. "Antes se bebía alcohol todos los días. Los alcohólicos tienen más de 40 años. Ahora se bebe siguiendo el modelo escocés, alemán o sueco". Es decir, consumo intensivo en el fin de semana.
 
 

Agustín Dosil, dirigente de la Concapa, la organización de padres de alumnos católicos, es padre de tres hijos, de 26, 24 y 18 años. "El problema no es si vienen antes o después, sino en qué emplean el tiempo", dice. "Se está produciendo una convulsión en la jerarquía de valores y esa alteración actúa contra el orden moral y natural. Hay que pasárselo bien, sí, pero sin dejar de ser sincero con los padres".
 
 

Parece que el consumo de drogas fuera un sarampión del siglo entrante. Una enfermedad que aqueja al Estado de bienestar, una realidad de la que será difícil sustraerse. Un mal que afecta a sus ciudadanos de forma pasajera entre los 16 y los 23 años.
 
 

Las drogas se han convertido en un producto de consumo más. "Habrá que acostumbrarse a convivir con el problema y reducir al máximo los daños", afirma José Cabrera, reconocido experto en drogas y actual director de la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid. "Éste es el precio de vivir en la sociedad del bienestar, del hedonismo social. En Somalia no pasa esto". 

¿Por qué salen hasta tan tarde los jóvenes en España? 
El catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto Javier Elzo lo tiene muy claro: "Éste es el país en que más tarde se emancipan los jóvenes de toda Europa", señala. "Los chavales se quedan en el nicho familiar". De hecho, los jóvenes se van de casa cuando dejan de serlo, a los 29 años, de media. "¿Será que son unos comodones? ¿O es que los padres no quieren que se vayan de casa y los sobreprotegen?", pregunta. Para completar su análisis, Elzo recurre a un argumento novedoso: "La movida madrileña creó una cultura de la noche de la que han sobrevivido algunos hábitos". Además, explica, "a eso hay que sumar que los hosteleros se pelean por media hora de cierre porque saben que la última hora es siempre la más rentable".
 
 

El clima acompaña. Eso está claro. El nivel de tolerancia social hacia el fenómeno de la marcha parece mayor que en cualquier otro país europeo: a las 3 de la madrugada, en Alemania, es difícil ver a alguien dando gritos por la calle. Y luego está eso del carácter mediterráneo, los latinos que saben vivir muy bien, esas cosas que se dicen.
 
 

"Me gusta el estilo de vida español", dice Hartnoll, responsable de epidemiología del Observatorio Europeo de Drogas. "Pero hay que decir que tiene efectos negativos. El hecho de que la gente salga hasta tan tarde favorece la implantación de la cocaína, que encaja perfectamente en ese ritmo de vida".
 
 

Los cócteles de drogas tienen un claro objetivo. "Resistir mejor tantas horas de baile. Los estimulantes proporcionan cosas agradables al instante, ya", afirma Isabel Vielva, psicóloga y especialista en la materia. El delegado del Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles, incide en esta misma línea. "Los países europeos son lúdicos, hedonistas y competitivos. Se pretende vivir casi todo a tope: competir a tope, triunfar a tope. Las drogas ayudan a completar un objetivo: se busca un beneficio a corto plazo sin tener en cuenta los riesgos. A costa de la salud de uno mismo y de los demás. A los siete años de consumir pastillas es cuando aparecen los primeros rasgos de psicosis". 

La ruta del politoxicómano y las motivaciones del noctámbulo 
La noche se suele empezar haciendo botellón. O sea, reuniéndose en alguna plaza pública, comprando alcohol en una bodega y haciéndose los cubatas en los parques. Lo habitual es que, simultáneamente, se empiece a fumar los primeroscanutos. A medida que pasa la noche, llega el momento de comerse la pastilla de éxtasis. La mayoría toma entre una y dos, pero España se distingue en el contexto europeo por ser el país en que más gente se come más de tres pastillas en una noche. En más de una discoteca, a los dueños les da por desconectar intermitentemente los aparatos de aire acondicionado para que la gente beba más. Lo confiesa un disc jokey que ha trabajado en varias salas de Madrid. Después llega la coca, que evita el bajón del éxtasis. Y para poder dormir y no estar dando botes encima de la cama, de nuevo porros y copas. Éste es el comportamiento tipo de los que apuestan por tomar varias drogas a lo largo de la noche, una tendencia que gana peso en Europa y en la que España se destaca con creces. Así lo explica el informeSalir de marcha y consumo de drogas del Plan Nacional sobre Drogas.
 
 

Los jóvenes españoles gastan una media de 9.915 pesetas a la semana: 2.556, en drogas ilegales; 2.302, en alcohol y 1.338, en tabaco. La droga de moda ya no es el éxtasis, las rutas del bacalao pertenecen más al pasado que al presente, ahora lo que se lleva es la cocaína. España se presenta como el segundo consumidor a nivel europeo. El cuarto de éxtasis. El Reino Unido se lleva la palma. Irlanda completa el terceto de cabeza en cuanto a consumo de drogas. El 38,3% de los jóvenes españoles confiesa haber consumido LSD.
 
 

El 39, 1% de los jóvenes españoles que salen por la noche declara que va en busca de sexo: pero las proporciones varían en función del género: es el caso del 53% de los chicos; y del 17,3% de las chicas. Un 25% espera encontrar pareja. En este caso, las tendencias se invierten: el 29% de los varones y el 18,7% de las mujeres. En general, el 81% busca, simplemente, escapar de la rutina. Y el 96%, encontrarse con los amigos. 

Un informe ambicioso basado en 12.000 encuestas
El estudio Salir de marcha y consumo de drogas al que ha tenido acceso este periódico se puso en marcha hace cuatro años, en 1996. El Plan Nacional sobre Drogas decidió en ese momento que era preciso hacer una amplia encuesta para conocer la realidad de las drogas en España. Se decidió escoger el método de trabajo que dio origen a Characteristics and social representation of ecstasy in Europe (Calafat et al, 1998), un ambicioso estudio de la Unión Europea sobre el consumo de éxtasis. El estudio está basado en dos muestras, una sobre 12.000 jóvenes y otra sobre 21.000 escolares. Se escogieron las ciudades de Bilbao, Madrid, Palma de Mallorca, Valencia y Vigo y se seleccionó a algunos informantes clave del mundo de la noche. Propietarios de locales,disc jockeys, relaciones públicas, guardas de seguridad y policías fueron clave para la elaboración de los cuestionarios.
 
 

El 92% de los que participan en la muestra es soltero. Hay más hombres (60,9%) que mujeres. Según los datos del Instituto de la Juventud, la población entre 15 y 29 años representa la cuarta parte del total en España: 8.978.326, casi nueve millones. El 51,07% son varones.
 
 

La edad media de los encuestados para el informe del Plan Nacional sobre Drogas es de 21,9 años. El 43, 4% estudia en la universidad.
 
 

De las drogas que no son legales, el cannabis es la más generalizada. La consume la mitad de la gente joven. Y se consume más en España que en Europa.
 
 

El 71,6% de los jóvenes europeos declara no haber probado nunca la cocaína. En España, este porcentaje se reduce al 55,3%.
 
 

La tendencia al descenso en el consumo de pastillas de dos años a esta parte no parece verse reflejada en lo que opinan los jóvenes españoles: 54,1% considera que aún sigue creciendo. El 91,9% de los que toman éxtasis lo hace en fin de semana. Y un 31,3% toma dos pastillas cada noche que sale.
 
 

Perfil del consumidor de coca: mayor de 24, con trabajo fijo y estatus socioeconómico más bien alto. Asiduo de los clubs y after hours.
 
 

Perfil del consumidor de éxtasis: más joven, con trabajo temporal, estatus socioeconómico alto y, también, asiduo de los afters.
 
 

La mezcla de estupefacientes es la tendencia europea más clara. "Las drogas, globalmente, son menos peligrosas hoy que hace unos años porque los hábitos de consumo son distintos", matiza Domingo Comas, sociólogo que lleva 25 años estudiando estos fenómenos. "A partir de los 22 años hay un cambio radical y la inmensa mayoría deja de tomar drogas". Entre mañana y pasado mañana, la cumbre de líderes europeos bajo presidencia portuguesa tiene previsto aprobar en Lisboa el primer plan de acción directa de lucha contra la droga, más allá de las meras declaraciones de intenciones.
 
 

El informe analiza también otros aspectos relacionados con los jóvenes. De entre las conductas antisociales en las que se ha participado en el último año, el 54,8% confiesa haberse llevado cosas de tiendas sin pagar. El 43,5% participó en peleas. El 33,3% condujo sin carnet. Y el 27,7% dañó deliberadamente propiedades públicas. 

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