Curiosamente, Madrid, capital de la marcha europea, es una de las ciudades
más restrictivas de España en cuanto a horarios. En la capital,
legalmente, está prohibido bailar de cinco de la madrugada a seis
de la tarde, aunque no se cumple. Ni siquiera se puede hacer en una boda.
"Establecer horas límite nunca ha funcionado", declara el sociólogo
Javier Elzo. "Ahí están los ejemplos de los noventa: Santiago,
Salamanca, Cáceres, Vitoria. Todos han fracasado. Hay que conseguir
que los jóvenes se diviertan más temprano. Pero no por decreto.
La sociedad no se cambia por decreto".
¿Cómo se soluciona el problema de las drogas? Retrasar
la edad de inicio de consumo es hoy el objetivo prioritario de toda política
contra la toxicomanía. En eso coinciden la mayoría de los
expertos. La vía represiva no es siempre la que mejor funciona.
Ahí está el caso de Utrecht, la ciudad holandesa. El consumo
de hachís se ha reducido gracias a la presión social, en
un país que mantiene una actitud muy liberal con respecto a las
drogas. Los autores del informe recomiendan estar atentos al ejemplo holandés
por cuanto pudiera marcar una tendencia.
"Las campañas de 'No tomes drogas' hacen que los adolescentes
se rían de las autoridades", declara Richard Hartnoll, el responsable
de epidemiología del Observatorio Europeo de Drogas, inglés
de 52 años. "Tengo dos hijos adolescentes y lo puedo ver. Hay que
explicar cuáles son los riesgos de las drogas en los sitios donde
se consumen, diciéndole a la gente que no se tome diez pastillas,
que se tome media, o una. Hay que ser más realistas".
"Es bueno que hagamos autocrítica", dice Eulalia Vaquero, la
nueva dirigente de la CEAPA, la organización de padres de alumnos
laicos. "Muchos padres no sabemos encarar el problema. Preferimos desconocerlo
por si se resuelve sólo". A sus 44 años, Eulalia tiene un
hijo de 19 años y una hija de 16. "Es verdad que la generación
del 68 es muy permisiva y que tenemos que atender más a nuestros
hijos. Pero supongo que también habrán aprendido cosas buenas
de nosotros. En la generación de mis padres había muchísimos
alcohólicos".
De hecho, el consumo de alcohol se ha reducido en un 40% en los últimos
diez años, afirma Domingo Comas. "Antes se bebía alcohol
todos los días. Los alcohólicos tienen más de 40 años.
Ahora se bebe siguiendo el modelo escocés, alemán o sueco".
Es decir, consumo intensivo en el fin de semana.
Agustín Dosil, dirigente de la Concapa, la organización
de padres de alumnos católicos, es padre de tres hijos, de 26, 24
y 18 años. "El problema no es si vienen antes o después,
sino en qué emplean el tiempo", dice. "Se está produciendo
una convulsión en la jerarquía de valores y esa alteración
actúa contra el orden moral y natural. Hay que pasárselo
bien, sí, pero sin dejar de ser sincero con los padres".
Parece que el consumo de drogas fuera un sarampión del siglo
entrante. Una enfermedad que aqueja al Estado de bienestar, una realidad
de la que será difícil sustraerse. Un mal que afecta a sus
ciudadanos de forma pasajera entre los 16 y los 23 años.
Las drogas se han convertido en un producto de consumo más. "Habrá
que acostumbrarse a convivir con el problema y reducir al máximo
los daños", afirma José Cabrera, reconocido experto en drogas
y actual director de la Agencia Antidroga de la Comunidad de Madrid. "Éste
es el precio de vivir en la sociedad del bienestar, del hedonismo social.
En Somalia no pasa esto".
¿Por qué salen hasta tan tarde los
jóvenes en España?
El catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto
Javier Elzo lo tiene muy claro: "Éste es el país en que más
tarde se emancipan los jóvenes de toda Europa", señala. "Los
chavales se quedan en el nicho familiar". De hecho, los jóvenes
se van de casa cuando dejan de serlo, a los 29 años, de media. "¿Será
que son unos comodones? ¿O es que los padres no quieren que se vayan
de casa y los sobreprotegen?", pregunta. Para completar su análisis,
Elzo recurre a un argumento novedoso: "La movida madrileña creó
una cultura de la noche de la que han sobrevivido algunos hábitos".
Además, explica, "a eso hay que sumar que los hosteleros se pelean
por media hora de cierre porque saben que la última hora es siempre
la más rentable".
El clima acompaña. Eso está claro. El nivel de tolerancia
social hacia el fenómeno de la marcha parece mayor que en cualquier
otro país europeo: a las 3 de la madrugada, en Alemania, es difícil
ver a alguien dando gritos por la calle. Y luego está eso del carácter
mediterráneo, los latinos que saben vivir muy bien, esas cosas que
se dicen.
"Me gusta el estilo de vida español", dice Hartnoll, responsable
de epidemiología del Observatorio Europeo de Drogas. "Pero hay que
decir que tiene efectos negativos. El hecho de que la gente salga hasta
tan tarde favorece la implantación de la cocaína, que encaja
perfectamente en ese ritmo de vida".
Los cócteles de drogas tienen un claro objetivo. "Resistir mejor
tantas horas de baile. Los estimulantes proporcionan cosas agradables al
instante, ya", afirma Isabel Vielva, psicóloga y especialista en
la materia. El delegado del Plan Nacional sobre Drogas, Gonzalo Robles,
incide en esta misma línea. "Los países europeos son lúdicos,
hedonistas y competitivos. Se pretende vivir casi todo a tope: competir
a tope, triunfar a tope. Las drogas ayudan a completar un objetivo: se
busca un beneficio a corto plazo sin tener en cuenta los riesgos. A costa
de la salud de uno mismo y de los demás. A los siete años
de consumir pastillas es cuando aparecen los primeros rasgos de psicosis".
La ruta del politoxicómano y las motivaciones
del noctámbulo
La noche se suele empezar haciendo botellón. O sea, reuniéndose
en alguna plaza pública, comprando alcohol en una bodega y haciéndose
los cubatas en los parques. Lo habitual es que, simultáneamente,
se empiece a fumar los primeroscanutos. A medida que pasa la noche,
llega el momento de comerse la pastilla de éxtasis. La mayoría
toma entre una y dos, pero España se distingue en el contexto europeo
por ser el país en que más gente se come más de tres
pastillas en una noche. En más de una discoteca, a los dueños
les da por desconectar intermitentemente los aparatos de aire acondicionado
para que la gente beba más. Lo confiesa un disc jokey que
ha trabajado en varias salas de Madrid. Después llega la coca, que
evita el bajón del éxtasis. Y para poder dormir y no estar
dando botes encima de la cama, de nuevo porros y copas. Éste es
el comportamiento tipo de los que apuestan por tomar varias drogas a lo
largo de la noche, una tendencia que gana peso en Europa y en la que España
se destaca con creces. Así lo explica el informeSalir de marcha
y consumo de drogas del Plan Nacional sobre Drogas.
Los jóvenes españoles gastan una media de 9.915 pesetas
a la semana: 2.556, en drogas ilegales; 2.302, en alcohol y 1.338, en tabaco.
La droga de moda ya no es el éxtasis, las rutas del bacalao pertenecen
más al pasado que al presente, ahora lo que se lleva es la cocaína.
España se presenta como el segundo consumidor a nivel europeo. El
cuarto de éxtasis. El Reino Unido se lleva la palma. Irlanda completa
el terceto de cabeza en cuanto a consumo de drogas. El 38,3% de los jóvenes
españoles confiesa haber consumido LSD.
El 39, 1% de los jóvenes españoles que salen por la noche
declara que va en busca de sexo: pero las proporciones varían en
función del género: es el caso del 53% de los chicos; y del
17,3% de las chicas. Un 25% espera encontrar pareja. En este caso, las
tendencias se invierten: el 29% de los varones y el 18,7% de las mujeres.
En general, el 81% busca, simplemente, escapar de la rutina. Y el 96%,
encontrarse con los amigos.
Un informe ambicioso basado en 12.000 encuestas
El estudio Salir de marcha y consumo de drogas al que ha tenido
acceso este periódico se puso en marcha hace cuatro años,
en 1996. El Plan Nacional sobre Drogas decidió en ese momento que
era preciso hacer una amplia encuesta para conocer la realidad de las drogas
en España. Se decidió escoger el método de trabajo
que dio origen a Characteristics and social representation of ecstasy
in Europe (Calafat et al, 1998), un ambicioso estudio de la Unión
Europea sobre el consumo de éxtasis. El estudio está basado
en dos muestras, una sobre 12.000 jóvenes y otra sobre 21.000 escolares.
Se escogieron las ciudades de Bilbao, Madrid, Palma de Mallorca, Valencia
y Vigo y se seleccionó a algunos informantes clave del mundo de
la noche. Propietarios de locales,disc jockeys, relaciones públicas,
guardas de seguridad y policías fueron clave para la elaboración
de los cuestionarios.
El 92% de los que participan en la muestra es soltero. Hay más
hombres (60,9%) que mujeres. Según los datos del Instituto de la
Juventud, la población entre 15 y 29 años representa la cuarta
parte del total en España: 8.978.326, casi nueve millones. El 51,07%
son varones.
La edad media de los encuestados para el informe del Plan Nacional sobre
Drogas es de 21,9 años. El 43, 4% estudia en la universidad.
De las drogas que no son legales, el cannabis es la más
generalizada. La consume la mitad de la gente joven. Y se consume más
en España que en Europa.
El 71,6% de los jóvenes europeos declara no haber probado nunca
la cocaína. En España, este porcentaje se reduce al 55,3%.
La tendencia al descenso en el consumo de pastillas de dos años
a esta parte no parece verse reflejada en lo que opinan los jóvenes
españoles: 54,1% considera que aún sigue creciendo. El 91,9%
de los que toman éxtasis lo hace en fin de semana. Y un 31,3% toma
dos pastillas cada noche que sale.
Perfil del consumidor de coca: mayor de 24, con trabajo fijo y estatus
socioeconómico más bien alto. Asiduo de los clubs
y after hours.
Perfil del consumidor de éxtasis: más joven, con trabajo
temporal, estatus socioeconómico alto y, también, asiduo
de los afters.
La mezcla de estupefacientes es la tendencia europea más clara.
"Las drogas, globalmente, son menos peligrosas hoy que hace unos años
porque los hábitos de consumo son distintos", matiza Domingo Comas,
sociólogo que lleva 25 años estudiando estos fenómenos.
"A partir de los 22 años hay un cambio radical y la inmensa mayoría
deja de tomar drogas". Entre mañana y pasado mañana, la cumbre
de líderes europeos bajo presidencia portuguesa tiene previsto aprobar
en Lisboa el primer plan de acción directa de lucha contra la droga,
más allá de las meras declaraciones de intenciones.
El informe analiza también otros aspectos relacionados con los
jóvenes. De entre las conductas antisociales en las que se ha participado
en el último año, el 54,8% confiesa haberse llevado cosas
de tiendas sin pagar. El 43,5% participó en peleas. El 33,3% condujo
sin carnet. Y el 27,7% dañó deliberadamente propiedades públicas. |