Juan Pablo II pide ante un millón de mexicanos que no se dejen seducir por "ideologías falaces"
Críticas del Papa en Ciudad de México al auge de las sectas y a la teología indigenista
LOLA GALÁN,
México
El papa Juan Pablo II encontró ayer, durante el segundo día de su cuarto viaje a México, a ese país "fiel" que siempre menciona en sus discursos. Fue en la misa que concelebró en un inmenso circuito automovilístico a las afueras de la capital. Más de un millón de personas asistieron devotas y entusiastas a una ceremonia religiosa en la que Karol Wojtyla pidió a los mexicanos que no abandonen la fe católica ni "busquen en ideologías falaces y aparentemente novedosas, la verdad de la vida". Palabras enigmáticas en las que muchos vieron una indirecta crítica al auge de las sectas.
![]() su llegada al autódromo de Ciudad de México (AP). |
El Papa fue recibido con gritos de entusiasmo -"Se ve, se siente, el Papa está presente", "Juan Pablo II te quiere todo el mundo" y hasta algunos "olés" sazonados con el tradicional "Viva México"- en el inmenso recinto del autódromo Hermanos Rodríguez, completamente abarrotado de fieles, muchos de los cuales llevaban esperándole firmes en sus puestos desde el día anterior.
Auge de las sectas
"Un solo Señor, una sola fe", cantaba el espectacular coro, situado en una de las tres tribunas instaladas para celebrar la misa solemne. "Un solo bautismo, un solo Dios Padre". Pero los días de esa "sola fe" universal que preconiza la Iglesia católica empiezan a verse comprometidos en México con la implantación cada vez mayor de las sectas religiosas, especialmente activas entre los más de 10 millones de indígenas que viven en esta inmensa nación de casi 100 millones de habitantes, afectada por toda clase de problemas.
El Papa mencionó enigmáticamente estos problemas y las disensiones internas del clero mexicano al referirse a "las seducciones que desgarran a la Iglesia" y a aquellos que "dando la espalda a la verdad, predican la división y el odio".
Antes de que Juan Pablo II se dirigiera a los congregados bajo el sol durísimo, en una mañana despejada y heladora, le correspondió al cardenal primado del país, arzobispo Norberto Rivera, poner al Pontífice en antecedentes de la situación real del México que visita a los 20 años justos de su primer viaje al país, en calidad de jefe supremo de la Iglesia Católica. "México está pasando por situaciones difíciles, ha sido engañado y la pobreza lo invade, la violencia y modelos de vida extraños a su idiosincrasia lo están minando", dijo el cardenal. Aun reconociendo los progresos hechos por el país en "la democracia, en la educación, en la salud, en la macroeconomía", Rivera denunció que México, "ha sido presa de los intereses inhumanos de los capitales económicos del mundo y de la deshonestidad interior", Una alusión sutil a la corrupción del Gobierno del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
[Una persona murió y otras 63 debieron ser hospitalizadas ayer domingo durante la misa ofrecida por Juan Pablo II, informa France Presse . La víctima era un hombre de 57 años, identificado como Pedro Perales, que falleció a raíz de un paro cardíaco. Los servicios de salud montados por las autoridades atendieron a 1.093 personas, la mayoría presentando hipotermia. De ellos, 63 debieron ser trasladados a diferentes hospitales. Varios cientos de miles de personas habían pasado la noche a la intemperie, desafiando temperaturas cercanas al punto de congelación, para asistir a la multitudinaria ceremonia religiosa.]
El Pontífice redobla los ataques contra el aborto
L. G,
México
Aunque la legislación mexicana no autoriza el aborto, la presión demográfica es tan fuerte y tan duras las condiciones de vida para un amplio sector de la población, que proliferan en México las clínicas que practican abortos clandestinamente.
La actitud intransigente del actual Papa en materia de contracepción no ha favorecido la posición de la Iglesia en las zonas más depauperadas. Las vocaciones se resienten y la fe en Cristo, -"parte integrante de la nación mexicana", según dijo ayer Wojtyla-, se ve amenazada por otras fés y doctrinas.
A esta nación "sumergida en el dolor", como la calificó, Juan Pablo II le pidió ayer más vocaciones, recordando las necesidades de evangelización que se presentan en el Tercer Milenio, y conmino a sus habitantes a defender la vida, especialmente la de los no nacidos,: "¡Que ningún mexicano se atreva a vulnerar el don precioso y sagrado de la vida en el vientre materno!", dijo Wojtyla.
Una condena expresada en términos más duros que los utilizados el día anterior por el Pontífice para pedir el cese del "innecesario recurso a la pena de muerte". Petición hecha en inglés y dirigida al que será mañana su anfitrión, el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
Consciente de la necesidad de que la Iglesia vuelva su rostro a los sectores más marginación, caso de la población indígena, el Papa les recordó en su homilía, "me siento muy próximo a ustedes, admirando los valores de sus culturas, y animándoles a superar con esperanza las difíciles situaciones que atraviesan".
El Pontífice recordó ante la inmensa multitud que "todos los miembros de la sociedad mexicana son iguales en dignidad pues son hijos de Dios, y por lo tanto, merecen todos respeto y tienen derecho a realizarse plenamente en la justicia y en la paz".
El Papa, que visitó ayer un hospital de Ciudad de México celebrará hoy un encuentro con los representantes de las cuatro generaciones mexicanas de este siglo, antes de viajar, mañana martes, a la ciudad estadounidense de San Luis, en el Estado de Missouri, donde celebrará el encuentro previsto con Clinton.
Un respiro para el presidente de Estados Unidos
EFE
, Washington
El presidente estadounidense, Bill Clinton, que no acaba de superar la crisis personal y política que le ha acarreado un adulterio con una becaria, se dispone a recibir a Juan Pablo II. Clinton, según el portavoz de la Casa Blanca, Joe Lockhart, está "ansioso por pasar algo de tiempo con el Papa y por intercambiar puntos de vista con él". El portavoz no quiso precisar que es lo que Clinton está "ansioso" por debatir con el Pontífice, y no contestó a la pregunta de cual es el estado de ánimo del presidente ante la visita, dadas las difíciles circunstancias personales que está viviendo.
La reunión entre el Pontífice y el líder de la primera potencia mundial será breve -está previsto que dure apenas un cuarto de hora- y privada y se celebrará en Lambert, el aeropuerto de San Luis, donde Clinton recibirá formalmente al papa. No obstante, la lista de los temas que podrían tratar es larga. Según un portavoz de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, David Early, el principal tema que se especula "es el de la fuerte crisis internacional de la deuda". Early recordó que el Papa ha abogado "de forma apasionada por un alivio de la deuda".
El portavoz indicó que es probable que el papa y el presidente hablen de Irak. El Vaticano ha condenado los ataques estadounidenses de hace un mes contra ese país. Entre las políticas estadounidenses que el Papa ha denunciado en anteriores ocasiones está también el embargo contra Cuba. No obstante, este mes Clinton anunció una nueva serie de medidas para facilitar los contactos personales entre estadounidenses y cubanos y para hacer llegar ayuda directa al pueblo de Cuba, un gesto que, según dijo, fue inspirado por la visita del Papa a la isla de enero de 1998.
Materialismo
Por lo demás, el Papa, aún elogiando la religiosidad de los estadounidenses, ha denunciado, en anteriores ocasiones, el materialismo de Estados Unidos y el derecho al aborto. El presidente defiende ese derecho y la primera dama, Hillary Clinton, abogó precisamente por él en un discurso pronunciado el pasado viernes con ocasión del día aniversario de la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo en este país.
Hillary Clinton, que es a la vez muy feminista y muy religiosa, acompañará a su marido a San Luis. Según Early, Bill Clinton y Karol Wojtyla hablarán probablemente también de la violencia en Kosovo y del proceso de paz en Oriente Medio. El tema del juicio de destitución que el Senado de EE UU está celebrando contra Clinton para determinar si cometió perjurio y obstrucción a la justicia en su empeño por ocultar su adulterio con la becaria Monica Lewinksy, no debería ser tratado pero estará en la mente de todos.
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