El País Digital
Lunes
4 enero
1999 - Nº 976

La extra de Navidad para México

La emigración en EE UU genera 5.500 millones de dólares (unos 780.000 millones de pesetas), un tercio de los ingresos en divisas

JUAN JESÚS AZNÁREZ , México
Millones de mexicanos saborean estas navidades mole con romeritos, pavo y guisos de camarón gracias a los millones de dólares aportados en diciembre por el millón de familiares y compatriotas que volvieron a casa procedentes de los tajos de Estados Unidos, y regresan este enero a partirse de nuevo el lomo en los campos de algodón, cadenas industriales y andamios de California, Tejas o Nueva York. Las remesas enviadas anualmente por los cerca de ocho millones de nacionales empujados por la pobreza hacia el norte opulento suman cerca de 5.500 millones de dólares (unos 780.000 millones de pesetas), según el Banco de México, una cantidad que, además de enriquecer el menú de estas fiestas y aliviar la penuria de quienes quedaron, constituye la tercera parte de los ingresos del país en divisas, estimula sectores de la economía nacional, y tiene efectos multiplicadores en la manufacturación y los servicios.

Pero no sólo gana México. Las empresas norteamericanas Money Gram y Western Union devengan un suculento 18% del dinero girado a través de sus más de 30.000 sucursales, esto es, unos 1.200 millones de dólares; la comisión en los envíos electrónicos es de 14,5% dólares hasta los 300 dólares, y se encarece si aumenta la cantidad. Y en tanto intermediarios agrupados en mafias estafan a los braceros que les encomiendan un promedio del 10% de su salario, salteadores de caminos despluman a otros en las rutas hacia Jalisco, Michoacán, Zacatecas, Distrito Federal, Guerrero, Veracruz o Puebla.

Los aeropuertos y carreteras fronterizas registran estos días el intenso tráfico de mexicanos con domicilio fijo, en su mayoría, o temporal en Estados Unidos, que vuelven sin intenciones de quedarse bien porque ya son irremediablemente adictos a la hamburguesa y las palomitas de maíz con mantequilla o, la gran mayoría, porque aquí no encuentran oportunidades profesionales atractivas.

La masiva entrada de dólares es cosa seria: equivalía en 1997 al 4,5% del total obtenido por exportaciones, al 43% del ingreso por la venta de petróleo, y casi al 55% de los ingresos devengados por las maquiladoras, plantas de ensamblaje levantadas en las ciudades limítrofes. Según datos de la Secretaría (Ministerio) de Relaciones Exteriores, cada dólar ingresado se traduce en un aumento de 2,90 dólares en el PIB. Además, las remesas permiten a muchas comunidades financiar proyectos de obras públicas, desde parques a escuelas, carreteras o alcantarillado. Un estudio acerca de la incidencia de la millonada de los emigrantes demostró hace varios años que la entrada de sus remesas, utilizadas fundamentalmente para cubrir las necesidades primeras como comida y vestido, determinó un aumento del 40% del consumo sobre los recursos de sus habitantes por salarios.

El número de mexicanos en Estados Unidos se disparó con la abrupta devaluación de las navidades de 1994 y las consiguientes crisis empresariales y bancarias de 1995, pero ya crecía ininterrumpidamente desde 1980, año en el que 2,2 millones de nacionales prosperaban aceptando las ofertas de trabajo menos apetecibles de ese país. El dinero enviado por al menos dos terceras partes de los emigrados pasó de 700 millones de dólares a casi siete veces más. En torno a los 84 millones de dólares entraron como inversión directa en diversas actividades económicas mexicanas, y muchos millones más promovieron indirectamente inversiones en plantas industriales, equipos y mano de obra para atender la demanda adicional de bienes de consumo.

"Pero de no tomarse medidas serán los bancos extranjeros que ya han comenzado a internarse en el mercado de las remesas, como el Citibank, Bank of America y otros, los que atraigan a los generadores y receptores de las mismas", advierte José Ángel Pescador Osuna, cónsul mexicano en California, que insta a su Gobierno a legislar a fin de que sean aprovechados en México los beneficios derivados de los cuantiosos depósitos bancarios.

El Gobierno creó hace 10 años el Programa Paisano para facilitar, y abaratar en lo posible, los envíos de dinero; recibir a los trabajadores que visitan periódicamente a sus familias, y también para impedir los abusos cometidos en aduanas y terminales nacionales por funcionarios y policías corruptos, una lacra especialmente dañina. Se han inscrito en este programa cerca de un millón de emigrantes, casi todos con residencia legal en Estados Unidos. Pero puesta la ley, puesta la trampa: este año, más de 160.000 vehículos comprados en Estados Unidos por mexicanos obtuvieron permiso de circulación temporal en México, y entre 10.000 y 15.000 burlaron el impuesto del ciento por ciento sobre los automóviles importados y se quedaron definitivamente en el país.

Las transferencias de dinero constituyen un negocio redondo, y fue usurero hasta que las denuncias obligaron a Money Gram, Western Union y otras firmas a atemperar su voracidad. Los equívocos en las ofertas de envío, o simplemente trampas publicitarias, y el manejo discrecional de comisiones en el tipo de cambio, no tardaron en ser descubiertos. A los nacionales de Canadá en el extranjero se les cobra tres veces menos que lo exigido a los mexicanos, según las denuncias. El 10 de octubre de 1997, Money Gram y Western Union ofrecieron girar gratuitamente el dinero de los emigrantes con destino a las víctimas del huracán Paulina. "La verdad es que las dos compañías se quedaron secretamente con el 10% de cada dólar enviado a México", protestó el despacho de abogados Kumetz & Clik, que el 3 de noviembre de aquel año presentó una demanda de mil millones de dólares contra ellas que todavía no ha sido resuelta.

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