La guerrilla sale en apoyo de Pastrana al concluir que "se está quedando solo"
El respaldo público al presidente por parte de Tirofijo reaviva la esperanza de paz en Colombia
PILAR LOZANO,
Bogotá
"Hay que rodear al presidente Andrés Pastrana en el proceso de paz, porque se está quedando solo". Éstas fueron las palabras de Manuel Marulanda, Tirofijo, máximo comandante de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y su afirmación pilló por sorpresa a los 30 congresistas que lo escuchaban el jueves y al país entero, que lo vio después en televisión. El espaldarazo de Tirofijo al proceso de paz ofrece un respiro cuando nadie apostaba por un diálogo que da la sensación de no avanzar y no tener una meta clara.
![]() con representantes del Gobierno (AP). |
La reunión del jueves, a la que asistió también el alto comisionado para la paz, Víctor G. Ricardo, se realizó en Caquetania, en un improvisado campamento en las selvas del sur del país.
Tirofijo, el guerrillero más viejo del mundo - cumple 71 años el 12 de mayo- habló ante las cámaras de televisión de la presidencia como lo hacen los campesinos que dedican muchas horas a pensar: pausado, seguro. Dijo que es verdad lo que ha repetido en varios tonos el presidente Pastrana: que su organización le apuesta a la sustitución de cultivos ilegales.
De forma también sorprendente, Marulanda se comprometió a buscar apoyo financiero (aunque sea a través de intermediarios) en países europeos para iniciar los proyectos que permitan que los campesinos que siembran hoy coca o amapola encuentren un producto alternativo que les permita sobrevivir.
Cartagena del Chairá, una población vecina a San Vicente del Caguán, el municipio más importante de los cinco considerados desde hace cinco meses zona de distensión para facilitar los diálogos con las FARC, será el lugar elegido para realizar un programa piloto de sustitución de cultivos ilegales.
Militares acusados
Los diálogos se reanudarán oficialmente, y como estaba previsto, el próximo día 20. Ese día, está también anunciado, las FARC entregarán al Gobierno una nueva lista de militares vinculados a los grupos paramilitares y pedirán cuentas por las acciones gubernamentales contra estos ejércitos de matones.
El tema paramilitar y el de los tres indigenistas norteamericanos asesinados por las FARC hace un mes son las "piedras en el zapato" que pueden entorpecer la reanudación de los diálogos, según los observadores políticos.
Especialmente los paramilitares. Y no sólo porque enturbien el diálogo entre guerrilla y Gobierno, sino porque amenazan con pasar a la acción directa. Los paramilitares ya han anunciado que "recuperarán" la zona de distensión despejada por el Ejército regular, y que lo harán en una campaña militar que iniciarán el próximo 2 de mayo. También arreciaron su acción de muerte contra la población civil : ayer se confirmó que asesinaron a 12 campesinos en Riosucio, provincia del Chocó. Los 12, al igual que tres campesinos más asesinados el martes, pertenecían a las denominadas comunidades de paz , poblaciones que se declaran neutrales frente a la guerra.
El tema de los indigenistas norteamericanos asesinados también se trató en la reunión de Caquetania . "Fue un gravísimo error" reconocieron los miembros del secretariado de las FARC. Pero los jefes de la guerrilla nada dijeron de la entrega de los culpables del horrendo crimen, tal como ha exigido el Gobierno de Estados Unidos. La fiscalía y la Casa Blanca señalan como autor intelectual de los tres asesinatos a Grannobles, hermano del Mono Jojoy, el jefe militar de las FARC.
P.L,
Bogotá
Las comunidades de paz, poblaciones que se han declarado neutrales frente a la guerra, están en la mira de los grupos paramilitares. El pasado lunes fueron asesinados tres de sus líderes en san José de Apartadó, provincia de Antioquia, y el jueves 12 líderes más, todos campesinos, fueron secuestrados. Ayer se supo que todos ellos fueron degollados.
Según Pilar Plazas, una española que trabaja en una ONG, los paramilitares entraron a la aldea de Villa Hermosa, en el municipio de Riosucio, provincia del Choco, asesinaron a un campesino y a su pequeño hijo de 3 años, y se llevaron a 12 campesinos más.
Riosucio se declaró, junto a otras aldeas a orillas del río Atrato, en comunidad de paz, como una alternativa de seguridad, cuando a finales de l997 sus pobladores decidieron regresar a sus tierras luego de permanecer en Pavarandó, en un campamento de desplazados más de 24 meses.
Noches de terror
Un periodista que recorrió recientemente la zona, escribió en el diario El Espectador que los grupos armados son los dueños de la zona: "Las noches son de los paras, que en lanchas rápidas patrullan los ríos, y monte adentro es la guerrilla que espera la oportunidad de recuperar espacios políticos y físicos". Y habla también de las Fuerzas Armadas, que impiden a los campesinos sacar sus productos y comprar la remesa.
San José de Apartadó, donde el lunes fueron asesinados los tres líderes, fue una de las primeras poblaciones que decidió mantenerse al margen de la guerra que libran paramilitares, guerrilla y Ejército. Luego de haber sido víctimas de todos ellos y haber sufrido varios desplazamientos, decidieron poner sus reglas: desde mayo de l997 no manipulan ni entregan información a ninguna de las partes, ni en sus tiendas se atiende a ningún hombre que llegue armado.
Para no olvidar el pasado doloroso, sus habitantes formaron un muro de 50 piedras. Cada una recuerda a un campesino asesinado por los distintos grupos armados. Se sumarán ahora tres piedras más para recordar a Aníbal, el poeta, un hombre de 46 años que andaba con su guitarra cantando coplas de paz , a Gabriel, de apenas l6 años, que murió degollado, y a Daniel Pino, al que con un machete los paramilitares le abrieron el estómago. Ahora habrá que colocar, con tristeza y desesperación, otras 12 piedras.
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