La impunidad en Guatemala sigue presente, según Helen Mack
JORGE MARIRRODRIGA,
Madrid
El ministerio de Defensa guatemalteco es el que ha puesto más obstáculos al proceso de paz en Guatemala, según denunció en Madrid Helen Mack, presidenta de la fundación Myrna Mack dedicada a la lucha contra la impunidad de los crímenes cometidos durante la larga guerra civil guatemalteca.
Mack niega el argumento del Ejército según el cual los archivos hechos públicos la semana pasada con el nombre de víctimas de la represión son falsos porque en los papeles no hay firmas ni membretes oficiales. "Si se trata de documentos clandestinos, sería de tontos que llevaran sello y firma", señala.
La fundación Myrna Mack lleva el nombre de la hermana de Helen, asesinada en 1990. Desde entonces la activista de los derechos humanos guatemalteca desarrolla una incesante labor contra la impunidad tanto en estamentos militares como judiciales. "La impunidad se ha asentado en las estructuras del Estado", advierte.
Para Mack, la transición en Guatemala no ha finalizado todavía. "La transición está en un estado muy débil. En la medida en que las instituciones no tomen conciencia del papel que desempeñan esto va a ser así".
Según la defensora de los derechos humanos, es fundamental que el Ejército reconozca el contenido del informe elaborado por la Comisión de la Verdad en el que se dice que las Fuerzas Armadas guatemaltecas cometieron violaciones de los derechos humanos. "La dignificación de las víctimas empieza por ese reconocimiento", asegura.
Historia sangrienta
Las comparaciones entre lo sucedido en Argentina o Chile -donde al término de la dictaduras se ha llegado a un proceso, más o menos, de punto final y obediencia debida - no son posibles con el caso guatemalteco. "La historia de Guatemala es mucho más sangrienta", señala Mack. "En Guatemala nunca han funcionado las instituciones y se ha dado una exclusión económica y social. La violencia en el país ha sido muy larga y la dignidad de los guatemaltecos ha sido pisoteada. Por eso es importante que se produzca un reconocimiento del informe tanto por parte del Ejército como del Gobierno".
Mack estima que la verdadera solución al estancamiento democrático en su país pasa por el reconocimiento de toda la sociedad por los sucedido. "Todos tenemos responsabilidad. Si no lo aceptamos jamás podremos reconstruir el futuro. Chile es un ejemplo de esto. No se solucionaron los problemas y ahora han vuelto a surgir".
El principal problema, en opinión de la presidenta de la Fundación Mack, es que, a pesar de la "limpia" hecha por el actual presidente, Álvaro Arzú, existen amplios grupos que no quieren la democratización del país. Además se ha producido la desilusión del pueblo con la democracia. "Podría darse un fenómeno como el de Hugo Chávez", advierte.
© Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid