Un discurso de Carlos de Inglaterra causa irritación y reabre la herida de las Malvinas
El vicepresidente argentino tacha las palabras del príncipe de "absolutamente inadecuadas"
FRANCESC RELEA,
Buenos Aires
Las buenas palabras y el espíritu de reconciliación con que se presentó oficialmente en Argentina el príncipe Carlos han dado paso rápidamente a gestos menos acordes con la cortesía diplomática por parte de destacados dirigentes argentinos, que no han tardado en responder a la primera alusión del heredero de la corona británica a la soberanía de las islas Malvinas. El vicepresidente Carlos Ruckauf dijo ayer: "Gran Bretaña es una potencia usurpadora que no ha modificado su política de usurpación, sino sus modos y la única respuesta que los argentinos vamos a sentir como un desagravio va a ser el día que nos devuelvan el territorio que nos han usurpado".
El mandatario criticó las palabras del hijo de la reina Isabel en estos términos: "La declaración del príncipe sobre la relación entre nuestro territorio usurpado y la Argentina es absolutamente inadecuada y la rechazo firmemente".
Ruckauf no asistió a la cena que ofreció el presidente Carlos Menem el martes por la noche en honor del príncipe heredero porque, según sus palabras, "tenía un montón de temas importantes" que atender. En dicho acto, el príncipe Carlos pronunció las palabras que han levantado ampollas en la clase política argentina: "Mi anhelo es que el pueblo de la moderna y democrática Argentina, con su apasionado ahínco por preservar sus tradiciones nacionales, pueda en el futuro vivir en amistad con otros pueblo de otra democracia moderna, aunque más pequeña, ubicada a unos cientos de millas de su costa, un pueblo igual de apasionado en su decisión de proteger sus tradiciones". En sintonía con la actitud del vicepresidente, Eduardo Duhalde, gobernador de la provincia de Buenos Aires y precandidato peronista a la presidencia de la República, dio ayer la espalda al príncipe heredero al no acompañarle en un recorrido por una ecogranja en la localidad de Los Cardales, como estaba previsto.
La delegación real británica recibió otra mala noticia desde Uruguay, cuyo Gobierno anunció que no permitirá los vuelos desde su territorio a las islas Malvinas si no hacen escala en Argentina. Carlos llega mañana a Montevideo, desde tiene previsto trasladarse el sábado a las Malvinas. El Foreign Office pidió recientemente a las autoridades uruguayas permiso para volar desde su territorio al archipiélago, ya que a finales de marzo no habrá más vuelos desde Chile a las islas Malvinas, como medida de represalia del Gobierno de Eduardo Frei contra la detención de Pinochet en Londres.
Primeras protestas en Buenos Aires
F. R.,
Buenos Aires
El rechazo a la política de acercamiento entre Argentina y el Reino Unido, como continuación de la histórica visita que realizó el presidente argentino, Carlos Menem, a Londres hace cuatro meses, tuvo también su exponente en las protestas callejeras del martes por la noche en pleno centro de la ciudad de Buenos Aires.
Grupos de manifestantes de izquierda convocados para repudiar la presencia del príncipe Carlos chocaron contra un impresionante dispositivo policial desplegado en el elegante barrio de la Recoleta. Los enfrentamientos, que se produjeron en un escenario poco dado a las algaradas, duraron hasta bien avanzada la noche, con un balance de 58 detenidos y una decena de heridos.
Los manifestantes fueron repelidos a considerable distancia del hotel Alvear, donde tuvo lugar la cena ofrecida por Carlos Menem al heredero de la corona británica.
"Repudiemos la visita del príncipe pirata. Fuera ingleses de Malvinas. Fuera yanquis de América Latina" era el lema de la convocatoria. También hizo sentir su voz un grupo de travestis, que ha solicitado asilo político en la embajada británica en protesta contra la nueva legislación en materia de prostitución aprobada por el Gobierno.
Amplio rechazo generó en la Federación de Villas, Núcleos y Barrios Marginados (Fedevi), la visita que tiene previsto realizar hoy el príncipe a una villa de emergencia (barrio marginado) en Buenos Aires, que ha sido calificado de mero acto de propaganda.
"No podemos guardar silencio, que sería cómplice con el hecho inaudito de que autoridades nacionales y del Gobierno de la ciudad hayan tenido la irrespetuosa ocurrencia y el demagógico mal gusto de sacar a pasear por una de nuestras villas de emergencia más marginadas al príncipe del colonialismo inglés", señala un comunicado difundido por la Fedevi.
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