El País Digital
Miércoles
7 julio
1999 - Nº 1160

El buen tiempo favorece una nueva ola de balseros cubanos hacia EE UU

Éste es el año de más actividad desde 1994

MAURICIO VICENT, La Habana
La trampa mortal en que se convierte cada verano el estrecho de Florida para los balseros cubanos acaba de cobrarse una nueva víctima. Esta vez el cadáver lo ha puesto un hombre de 45 años cuya familia en Miami había pagado 8.000 dólares (1,3 millones de pesetas) para costear su traslado a EE UU en lancha rápida. La tragedia coincide con el incremento notable de la llegada de balseros a EE UU. En los últimos seis meses, 800 cubanos han intentado el viaje.

M. Torres, uno de los seis huelguistas, señala
un mural con los rostros de presos políticos (Epa).
La embarcación que recogió el sábado a la última víctima balsera en las costas de Cuba zozobró poco después, cuando estaba a sólo siete millas del puerto de Mariel. A bordo viajaban dos coyotes y 14 pasajeros (cuatro mujeres, cinco niños y cinco hombres) de pago. La lancha rápida, de 10 metros de eslora, tenía capacidad para cubrir la ruta Miami-La Habana en cuatro horas. Según el Ministerio del Interior de Cuba, sus tripulantes eran José Dorta García y David García Capote, dos exiliados cubanos con residencia en Miami, quienes se dedican habitualmente al tráfico ilegal de emigrantes.

Lo ocurrido el sábado es sólo un episodio más de una historia que se repite cada año, y a la que ni Cuba ni Estados Unidos parecen ser capaces de poner fin. A pesar de los acuerdos migratorios firmados por ambos países en 1994 y 1995, todos los veranos cientos de cubanos deciden lanzarse al estrecho.

Son varias las causas de este arriesgado éxodo: la crisis económica en Cuba y la falta de perspectivas de una mejora a corto plazo; el actual clima de cerrojazo ideológico; la ambigüedad de la política de EE UU -que deporta a los balseros interceptados en el mar, pero permite quedarse a los que pisan tierra firme-; o los grandes beneficios que obtienen los traficantes de emigrantes -cada pasaje cuesta entre 5.000 y 10.000 dólares-.

Sin embargo, este año se han batido todos los récords. El número de balseros interceptado en altamar desde enero supera los 800, mientras que desde el pasado octubre hasta la fecha han llegado por mar a Florida 1.600 cubanos. Según fuentes de la Patrulla Fronteriza de EE UU, "éste va en camino de ser el año más activo en desembarcos de indocumentados desde 1994", cuando 34.000 balseros fueron rescatados y llevados a la base de Guantánamo.

Seis disidentes cumplen un mes de ayuno

M.V, La Habana
Los seis disidentes cubanos que realizan un ayuno patriótico en La Habana para reclamar la liberación de los presos políticos y el respeto a los derechos humanos en Cuba, llegan hoy a su trigésimo día de protesta pacífica contra la falta de libertades en la isla.

Óscar Elías Biscet y Rolando Muñoz (de la Fundación Lawton de Derechos Humanos); Aída Valdés Santana (de la Coordinadora de Presos Políticos); William Herrera Díaz (de la Liga Cívica Martiana), y Marcos Torres León y Juan Gregorich (del Partido Democrático 30 de Noviembre) han escrito durante este mes de protesta decenas de cartas a políticos y personalidades de todo el mundo, incluidos el presidente cubano, Fidel Castro, y el Papa.

La protesta tiene lugar en una pequeña casa de la calle de Tamarindo -en el barrio obrero de Luyanó-, donde hay fotografías de Martin Luther King, de Gandhi y del desaparecido líder ultra del exilio anticastrista, Jorge Más Canosa. Allí, sin ser molestados hasta ahora por las autoridades, han recibido la visita de más de un millar de disidentes y activistas cubanos, entre quienes han repartido 800 copias de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Durante el ayuno, de 40 días -"por los 40 años de sufrimiento que ha pasado el pueblo cubano"-, los opositores sólo han ingerido líquidos, aunque todos se encuentran bien de salud hasta el momento.

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