![]() Martes 18 enero 2000 - Nº 1355 |
ESPAÑA
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ECONOMÍA
EL PAÍS, Madrid
España está entre los once países que forman la
moneda única europea y comparte una política monetaria común
con potencias como Alemania y Francia. Si antes España era vulnerable
a los ataques de los mercados financieros y tenía que responder
con devaluaciones de la peseta, ahora disfruta de los mismos tipos de interés.
El precio oficial del dinero es del 3%, cuando años atrás
se contaba con dos dígitos.
Se aprobó el exámen del euro llevado a cabo en la primavera
de 1998 al conseguir en 1997 cumplir los requisitos fijados en el Tratado
de Maastricht. La inflación cerró en un 2% -menos de 1,5
puntos por debajo de la media de los tres países con precios más
bajos, en aquel momento, Alemania, Bélgica y Francia- y el déficit
público quedó en el 2,6% del PIB, cuando el límite
era el 3%.
Pese a pertenecer al club de países europeos más saneados
desde el punto de vista económico, España no alcanza la media
de renta de la zona. El nivel de riqueza de los españoles se encuentra
en el 80% (media de la UE igual a 100) y, según los últimos
estudios publicados al respecto, aún le quedan 25 años para
igualarse.
Esto a pesar de que la economía española tiene mayor potencial
de crecimiento que la media de la UE y en estos últimos cuatro años
ha conseguido mantener un ritmo superior al 3%, traducido sólo en
parte en creación de empleo. El empujón ha venido de la rebaja
del impuesto sobre la renta que entró en vigor el pasado año,
y que ha inyectado unos 750.000 millones de pesetas en los bolsillos de
los contribuyentes.
El consumo privado se ha mantenido al alza y ha permitido contrarrestar
los efectos en el comercio exterior de la crisis financiera internacional
de finales de 1998 y principios de 1999. Con la demanda interna a toda
máquina, la lentitud de las reformas estructurales liberalizadoras
de la economía y la última crisis del petróleo, la
inflación se ha disparado hasta el 2,9% el pasado año, frente
al mínimo histórico del 1,4% el año anterior. Hace
diez años se encontraba en niveles cercanos al 7%.
El alto crecimiento económico y algunas "innovaciones" contables han dado fuelle a los Presupuestos públicos, que cerrarán 1999 con un déficit del 1,3% del PIB, el nivel más bajo de la historia. La presión fiscal se ha situado en el 35,86% del PIB en 1998 (antes de la reforma del IRPF), frente al 35,6% con que se inició la legislatura. y reducción del paro EL PAÍS , Madrid
La tasa de desempleo ha pasado en este periodo desde el 22,91% de la
población activa hasta el 15,45%, reflejado en los últimos
datos disponibles de la Encuesta de Población Activa del tercer
trimestre de 1999. Esa recuperación del paro no ha impedido, sin
embargo, que España siga siendo el país de la Unión
Europea con el mayor índice de desempleo. Un dato que es especialmente
preocupante entre las mujeres, donde la tasa de paro llega hasta 22,87%
de las activas en edad y disposición de trabajar, mientras que entre
los hombres el índice de paro se sitúa en el 10,57%.
Un mercado laboral que sufre también la mayor proporción
de temporalidad de la UE y que afecta en estos momentos al 33,3% de los
trabajadores asalariados. Para paliar esa precariedad laboral han sido
claves los acuerdos suscritos entre la patronal y los sindicatos CC OO
y UGT en la primavera de 1997, e impulsados desde el Gobierno, que tienen
como objetivo mejorar la estabilidad de los puestos de trabajo, a través
de incentivos en sus cotizaciones a la Seguridad Social para todo el nuevo
empleo fijo creado.
Fruto de esos pactos, el registro de los nuevos contratos en el Inem ha pasado de contar con apenas un 4% de contrataciones indefinidas al 10%, y dentro del nuevo empleo generado en este periodo, el 69% son puestos de trabajo fijos. J.M , Madrid
Las privatizaciones realizadas desde 1996 se han convertido en un obstáculo
para la competencia debido a cómo se han realizado. Éstas
son sus características:
- Las empresas se han vendido antes de que los mercados en que operan
fuesen liberalizados. Los monopolios u oligopolios públicos no se
han disuelto, sino que se han convertido en privados. El vendedor (el Estado)
ha obtenido una prima, porque los inversores han pagado más
por obtener mercados protegidos.
- Las grandes empresas privatizadas se han convertido en un parque
empresarial del Gobierno. Los presidentes nombrados por Aznar y Rato
se han mantenido en las presidencias después de la venta de las
acciones del Estado por el procedimiento de asegurarse el control de los
consejos mediante el nombramiento de consejeros independientes amigos.
- El resultado es que el Gobierno controla, a través de presidentes
afines, en torno al 5% del PIB español; y recibe presiones de esas
empresas afines, que se plasman en decisiones polémicas sobre tarifas
(telefónicas, eléctricas).
- Algunas empresas privatizadas han modificado profundamente sus estrategias internas y públicas. El caso más llamativo es el de Telefónica, que, con ingresos dependientes de decisiones del Gobierno, se ha desentendido de criterios como el de calidad o universalidad del servicio para guiarse sólo por el de creación de valor para el accionista. Su presidente se ha garantizado para sí y para cien directivos retribuciones extraordinarias variables (opciones sobre acciones) por más de 50.000 millones. |
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