RICARDO LAGOS • CANDIDATO DE LA CONCERTACIÓN
El primer allendista que llega a La Moneda desde el
golpe
FRANCESC RELEA , Santiago
Lagos muestra su dedo pulgar
manchado de tinta tras depositar
su voto, ayer (Reuters).
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La llegada de Ricardo Lagos Escobar al palacio de La Moneda, sede de la
presidencia de la República de Chile, no ha sido un camino fácil.
El de ayer era su tercer intento. En 1988, dejó el paso al candidato
demócratacristiano Patricio Aylwin, que ganó, en diciembre
de 1989, las primeras elecciones después de 17 años de dictadura
y se convirtió en el primer gobierno de la Concertación de
Partidos por la Democracia. En 1993, Lagos perdió las elecciones
primarias de la Concertación frente al demócratacristiano
Eduardo Frei, segundo presidente de la Concertación.
Conoce, pues, Lagos el sabor de la derrota. Especial amargura le produjo
el revés de las elecciones parlamentarias de 1989 frente al rival
de la derecha pinochetista, Jaime Guzmán, ideólogo de la
dictadura y artífice del entramado jurídico-legal que dejó
el general Augusto Pinochet cuando se retiró del poder. A pesar
de que obtuvo mayor número de votos que su oponente, Lagos no obtuvo
el escaño de senador por la circunscripción de Santiago poniente,
por obra y gracia de la ley electoral vigente en Chile.
El primer presidente socialista de Chile desde el sangriento derrocamiento
de Salvador Allende, el 11 de septiembre de 1973, es hijo único
de una familia de la clase medida ilustrada de Santiago -su madre tiene
ahora 103 años-, casado en primeras nupcias con Carmen Weber, con
quien tuvo dos hijos, y con Luisa Durán, de cuyo matrimonio nació
otro hijo. Un detalle que tiene su importancia en el católico Chile,
uno de los escasos países del mundo que no cuenta con ley de divorcio
-Lagos ha prometido trabajar para la aprobación de una legislación
al respecto- y que, a partir del próximo 11 de marzo, tendrá
un presidente que se declara agnóstico.
Ricardo Lagos nació el 2 de marzo de 1938 en Santiago y pasó
sus primeros años en el barrio de la Florida. Estudio en el Instituto
Nacional y se licenció en Derecho por la Universidad de Chile. En
aquellos años militó en el Grupo Universitario Radical. Se
marchó a Estados Unidos, donde obtuvo un doctorado en Economía
por la Universidad de Duke. De regreso a su país, trabajó
en la Universidad de Chile y fue director del Instituto de Economía
y de la Escuela de Ciencias Políticas y Administrativas.
Durante el Gobierno de la Unidad Popular, Lagos fue secretario general
de la Universidad de Chile, la institución en la que se graduó
en Derecho. Poco antes del golpe militar de Augusto Pinochet, el presidente
Allende le nombró embajador en la extinta Unión Soviética,
cargo que nunca llegó a ocupar porque el Congreso chileno no dio
su aprobación.
Cuando los militares se levantaron contra el Gobierno constitucional,
Lagos era secretario general de la Facultad Latinoamericana de Ciencias
Sociales (Flacso) y director del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales.
Abandonó Chile en 1974 en su calidad de funcionario internacional
y se exilió, primero en Argentina y después en Estados Unidos,
país en el que trabajó como profesor visitante de la Universidad
de Carolina del Norte.
De nuevo en Chile, en 1978, inició una singladura política
con un mensaje renovado para los socialistas y propició el acercamiento
a la Democracia Cristiana, el partido que se convirtió en un gran
adversario de la Unidad Popular y que llegó a apoyar el golpe militar.
Como líder de la izquierda, Lagos dedicó sus esfuerzos por
sumar al Partido Socialista a la lucha para derrotar a la dictadura por
la vía electoral.
El 7 de septiembre de 1986, después del atentado contra Pinochet
perpetrado por un comando guerrillero del Frente Patriótico Manuel
Rodríguez (FPMR), Lagos fue detenido. Su vida corrió peligro
aquella noche. Lo cuenta en El Libro de Lagos, biografía
escrita por la periodista Patricia Politzer. Estaba acostado en la cama
junto a su esposa cuando, de repente, entraron en la habitación
varios policías armados con metralletas. "¡¿Y ustedes
con qué derecho entran así en mi pieza [dormitorio]?!", inquirió.
"Mire señor, usted nos acompaña o nos acompaña. Si
quiere, mañana va los tribunales y reclama todo lo que quiera",
respondió uno de los agentes.
El detenido supo después que, afortunadamente, aquellos hombres
eran de la policía de investigaciones y no de la CNI, la policía
política pinochestista. Un inspector que había sido alumno
de Lagos en la Escuela de Economía tomó cartas en el asunto
cuando comprobó que su antiguo profesor figuraba en una lista de
la CNI. Cuatro nombres de esta lista fueron asesinados aquella misma noche.
La imagen de Lagos se proyectó por todo el país cuando
el 25 de abril de 1988 dio el mayor golpe de efecto de su carrera política.
En el programa televisivo de gran audiencia De cara al país
levantó su dedo índice acusador contra el dictador por su
intento de perpetuarse en el poder en el plebiscito de octubre de aquel
año. El dedo de Lagos ha quedado para la historia política
de Chile.
En 1987 fundó el Partido Por la Democracia (PPD), que tuvo un
papel relevante en la formación de la Concertación de Partidos
por la Democracia, que aglutinó a todas las fuerzas partidarias
del no en el plebiscito que derrotó a Pinochet. Lagos mantiene
la doble militancia en el Partido Socialista (PS) y el PPD. En el primer
Gobierno de la Concertación presidido por Patricio Aylwin ocupó
la cartera de Educación y, en el segundo Gabinete de la coalición
que presidió Eduardo Frei, fue ministro de Obras Públicas,
hasta su dimisión en agosto de 1998 para integrarse en la carrera
electoral hacia la Presidencia de la República.
Amigo personal de Felipe González, ha sido definido por uno de
sus biógrafos como "una curiosa mezcla de socialdemocracia europea
y vieja estirpe radical criolla". Sus ideas han ido evolucionando y bebido
del pensamiento desarrollista de la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (Cepal) de los años cincuenta
y sesenta que promovía la sustitución de importaciones por
producción interna; el concepto de igualdad social en que se basó
el lema Gobernar es educar del presidente radical Pedro Aguirre
Cerda, y el neosocialismo europeo que representaron Felipe González
y François Mitterrand.
Lagos sintoniza con el liberalismo de los pensadores Isaiah Berlin -sobretodo
por su antiideologismo y su concepción de que los cambios sociales
deben hacerse con las mayorías- y John Rawls, por su insistencia
en la igualdad de oportunidades.
En las elecciones primarias de la Concertación de mayo de 1999
derrotó por más de 40 puntos al candidato de la Democracia
Cristiana, Andrés Zaldívar, con lo que se convirtió
en el primer candidato socialista de la coalición y en el primer
político chileno de este signo con posibilidades de ser presidente
de Chile desde la época de Allende. Fueron los momentos más
dulces de Ricardo Lagos.
Su candidatura arrancaba con fuerza después de aquel triunfo
rotundo y todas las encuestas le otorgaban una amplia ventaja sobre el
aspirante de la derecha, Joaquín Lavín, y le colocaban prácticamente
en el palacio de La Moneda. Eran tiempos en los que no tenía nada
que ocultar y pronunciaba con valentía frases como "fui allendista
y con mucha honra, aunque el mundo de la Concertación y de la Unidad
Popular son distintos", o "Lavín es el pinochetismo puro, porque
su entorno está formado por gente que participó en el régimen
de Pinochet". Conforme avanzó la campaña, Lavín recuperó
terreno y Lagos no volvió a aludir a su pasado político y
abandonó paulatinamente sus andanadas contra el pinochetismo del
candidato de la derecha.
El ajustado resultado del pasado 12 de diciembre supuso un jarro de
agua fría sobre Lagos y su equipo, que sufrió una profunda
renovación de cara a la segunda y decisiva vuelta. El candidato
llamó a la antigua ministra de Justicia, la demócratacristiana
Soledad Alvear, que trató en las últimas semanas de atraer
el voto femenino e imprimió un estilo más directo y menos
acartonado en la actuación y los discursos de Lagos. La última
fase de la campaña del candidato de la Concertación moderó
su lenguaje, huyó del tono académico, aumentó las
promesas y sus adversarios le acusaron de lavinizarse, y apostó
por las visitas puerta a puerta a lo largo y ancho de todo el país,
en busca de los votos de centro que se fueron hacia Lavín el 12
de diciembre.
La nueva estrategia dio resultado y Lagos tiene por delante el reto
de cumplir sus promesas y, por encima de todas, satisfacer la esperanza
de los chilenos que aspiran a cerrar la transición iniciada hace
diez años con el fin de la dictadura. |