El País Digital
Lunes 
13 diciembre 
1999 - Nº 1319
INTERNACIONAL
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La última carta de Pablo Escobar 

El jefe del 'cartel de Medellín' fue abatido el 2 de diciembre de 1993. Días antes había escrito una carta con sus condiciones de redención 

M. Á. B
El cuerpo de Pablo Escobar, tras ser abatido en
un tejado de Medellín, el 2 de diciembre de 1993
(Epa).
Toda Colombia esperaba la captura o muerte de Pablo Escobar. El capo dei cappi, el jefe del cartel de Medellín, se había fugado el 22 de julio de 1992 de La Catedral, la cárcel que había mandado construir en Envigado, a las afueras de la capital antioqueña, donde había permanecido desde su entrega voluntaria, el 19 de junio de 1991. Pero sólo había decidido rendirse después de que la Asamblea Nacional hubiera abolido la extradición, lo que excluía que fuera enviado a Estados Unidos. La intriga concluyó 13 meses después, el 2 de diciembre de 1993, cuando a los 44 años era abatido por la policía junto a su guardaespaldas, El Limón, huyendo por los tejados del barrio América de Medellín.

Escobar, que había amasado una fortuna de medio billón de pesetas con el narcotráfico, había sido responsable del asesinato de Guillermo Cano, director del diario El Espectador; del ministro de Justicia Rodrigo Lara, y del líder liberal Luis Carlos Galán, entre cientos de víctimas menos ilustres. Pero, en su interesada faceta de Robin Hood, había hecho construir miles de viviendas y regalado camiones de alimentos para los necesitados, por lo que hoy nunca faltan flores en su tumba antioqueña.

Cuando murió estaba tratando de negociar su nueva entrega a cambio de pactar una pena de 30 años, de la que se deducirían 10 por confesión, y cinco de propina. Exigía, también, la detención de Fidel Castaño, jefe de los paramilitares, tropa a sueldo de la oligarquía y del latifundismo, así como de los jefes del cartel de Cali, que colaboraban con el poder en su persecución.

La Catedral era un chalé con sala de conferencias, salón, tres habitaciones de lujo para residentes, dormitorios colectivos, seis cuartos de baño, dependencias para 40 guardias que vigilaban que no se pudiera entrar en vez de salir, campo de fútbol y salón de juegos recreativos.

El semanario de Bogotá Cromos y EL PAÍS publican, así, un excepcional documento, conseguido por el periodista colombiano Alonso Salazar: la última carta de Escobar, escrita apenas unos días antes de su última tentativa de fuga.