![]() Lunes 13 diciembre 1999 - Nº 1319 |
INTERNACIONAL
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El jefe del 'cartel de Medellín' fue abatido el 2 de diciembre de 1993. Días antes había escrito una carta con sus condiciones de redención M. Á. B
Escobar, que había amasado una fortuna de medio billón de pesetas con el narcotráfico, había sido responsable del asesinato de Guillermo Cano, director del diario El Espectador; del ministro de Justicia Rodrigo Lara, y del líder liberal Luis Carlos Galán, entre cientos de víctimas menos ilustres. Pero, en su interesada faceta de Robin Hood, había hecho construir miles de viviendas y regalado camiones de alimentos para los necesitados, por lo que hoy nunca faltan flores en su tumba antioqueña. Cuando murió estaba tratando de negociar su nueva entrega a cambio de pactar una pena de 30 años, de la que se deducirían 10 por confesión, y cinco de propina. Exigía, también, la detención de Fidel Castaño, jefe de los paramilitares, tropa a sueldo de la oligarquía y del latifundismo, así como de los jefes del cartel de Cali, que colaboraban con el poder en su persecución. La Catedral era un chalé con sala de conferencias, salón, tres habitaciones de lujo para residentes, dormitorios colectivos, seis cuartos de baño, dependencias para 40 guardias que vigilaban que no se pudiera entrar en vez de salir, campo de fútbol y salón de juegos recreativos. El semanario de Bogotá Cromos y EL PAÍS publican, así, un excepcional documento, conseguido por el periodista colombiano Alonso Salazar: la última carta de Escobar, escrita apenas unos días antes de su última tentativa de fuga. |