El País Digital
Jueves 
18 mayo 
2000 - Nº 1476
CULTURA
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Carlos Santana trae a España la "inspiración divina" de su premiado disco 'Supernatural' 

El guitarrista inicia hoy una gira en Madrid que lo llevará por varias ciudades de Europa 

FIETTA JARQUE, Madrid 
Carlos Santana habla con naturalidad de ángeles y de racismo, critica las religiones y defiende a los chamanes, predica contra la violencia y se pronuncia a favor de la pena de muerte. Un individuo extraño este guitarrista de origen mexicano que este año ha ganado nueve premios Grammy con su disco Supernatural y lleva ya vendidos 19 millones de álbumes en todo el mundo. Un individuo extraño, contradictorio y también una leyenda del rock que ha resurgido de sus cenizas. Hoy empieza en Madrid una gira europea que lo llevará mañana a Zaragoza y el sábado a Barcelona.
 
Carlos Santana, ayer en Madrid (G. Lejarcegi).
Supernatural es el álbum número 23 en la discografía de Carlos Santana. Una larga carrera que lo encumbró hasta los altares del rock en los años setenta como el guitarrista que introdujo los sonidos latinos a este género y que también conoció momentos bajos en la última decada. Milagrosamente ahora resurge como disparado hacia el firmamento con este nuevo disco, en el que se une a las voces y composiciones de una serie de jóvenes músicos como Wyclef Jean, Lauryn Hill, Rob Thomas o Eagle Eye Cherry y otros veteranos como Eric Clapton o Dave Mathews.
 
 

Milagrosamente -lo dice él-, porque este disco surge por inspiración divina. "Todo lo relacionado con este disco ha salido de una forma supernatural y divina", afirma. "El ángel Metatrón me dijo durante una meditación que debía hacer este álbum para recordar que los seres humanos no somos sólo carne, sino seres espirituales, pero que no necesitamos de gurus y de papas, que lo que dice la Biblia es cosa del pasado. Lo importante ahora es que la gente abra su corazón para recibir instrucciones sobre una nueva forma de vivir. Supernatural es un disco dirigido a lo más alto de la gente, de la vida y del mundo".
 
 

Santana dice todo esto sin la prepotencia de quien quiere imponer sus ideas. Lo hace con una voz suave, con gestos algo femeninos y una mirada tranquila. "Este disco tiene la intención y el propósito de transformar el miedo y la violencia que reinan en Estados Unidos por el uso de las armas en lo opuesto, que es la alegría y la armonía. Esto no es un producto de Hollywood o del show business, lo hicimos para dar inspiración y ánimo a la gente".
 
 

Metamorfosis
 
 

Pero Carlos Santana no siempre fue así. Sus tiempos salvajes y alucinados en la época de Woodstock, su ira contra el mundo en las épocas malas, quedaron atrás en 1995. Santana sufrió una metamorfosis. "El Carlos Santana de los setenta se transformó drásticamente tras una terapia. Acudí a ese tratamiento para salvar mi matrimonio. Tenía mucha rabia y odio entonces, pero yo ya no soy ése. Ahora no siento que todo el mundo se levanta cada día para joderme, sino que todos nos levantamos para crear".
 
 

Está considerado como uno de los grandes guitarristas del rock, pero él se siente más cómodo en una posición más humilde. "Hay músicos en la calle que me matan en cinco minutos", afirma en un español que lucha contra el inglés que habla desde hace más de 30 años. "No compito con otros guitarristas, no soy el rey de nada, pero, gracias a Dios, puedo expresarme en una serie de estilos, porque parto del origen de la música africana. Tengo alma de estudiante, no de profesor, y me gustar seguir aprendiendo".
 
 

África es otro de los temas en los que insiste Carlos Santana. "Es importante que honremos a la música africana. De ahí han surgido en América ritmos como la cumbia, el cha-cha-cha, el mambo o el blues. Me gusta bañarme en esa música, porque es también la semilla para la música del futuro", declara. En su concierto de Madrid actúa de telonero el grupo senegalés Touré Kunda. "Sueño con ir a África y tocar para Mandela o Desmond Tutu. Estamos dando parte de la recaudación de esta gira a Médicos Sin Fronteras y otras organizaciones humanitarias que se preocupan por la educación. Las iglesias tienen mucho oro, pero no dan de comer a la gente. La mayoría de las religiones son un negocio, por eso no me interesan. La espiritualidad es como el agua, las religiones son como la Coca-Cola o la Pepsi. Si vamos a entrar en un nuevo milenio, debemos usar nuestro talento para que las personas tengan por lo menos agua y electricidad. No hice este álbum para ganar fama y dinero, eso ya lo tenía. Dios me dijo que lo hiciera para ayudar a otra gente", afirma juntando las manos en gesto de oración.
 
 

Como mexicano que ha vivido la mayor parte de su vida en Estados Unidos, Santana siente que el auge de la música latina es una oportunidad para cambiar ciertas cosas. "Quisiera que Ricky Martin, Maná, Jennifer López y otros artistas de origen hispano nos juntemos para cambiar la imagen que propagan las películas de Hollywood. En ellas, las mujeres hispanas son siempre sirvientas y prostitutas, y los hombres, delincuentes. Si nos unimos, podemos lograr cosas muy positivas para los hispanos; no quiero que sigamos siendo invisibles. Lo más importante es invertir en educación. Seis de cada diez niños hispanos en EE UU abandonan la escuela y se quedan en las calles".
 
 

Pero su defensa de la espiritualidad, de la educación y de los más desprotegidos no impide que sea partidario de la pena de muerte. "La vida es sagrada; pero estoy a favor de que a los que matan niños se los saque de este planeta", dice. "No creo en la muerte, es sólo un tránsito. Por eso creo que los que atentan contra otros deben salir con dignidad de este mundo para que no sigan haciendo daño. Lo importante es que se invierta más dinero y esfuerzos para que no se condene a inocentes. A George Bush le gusta eliminar a mexicanos y negros, y han muerto muchos sin ser culpables". 

Eagle Eye Cherry, devoto del músico mexicano

F. J, Madrid 
El célebre trompetista de jazz Don Cherry terminó su gira en 1971 con un especial deseo de llegar a Estocolmo, donde decidió establecerse unos años antes. Acababa de nacer su hijo y estaba impaciente por verlo. Cuando se acercó a la cuna, el bebé dormía, pero de pronto abrió uno de sus ojos y lo miró. Don Cherry decidió entonces ponerle al pequeño el nombre de Eagle Eye, ojo de águila.
 
 

Eagle Eye Cherry es ahora músico y ayer estuvo en Madrid para presentar su segundo álbum, Living in the present future. Creció y se educó en Nueva York, pero decidió grabar su primer álbum en Suecia. Ha hecho lo mismo con el segundo.
 
 

"En Estados Unidos la música está muy compartimentada", dice. "Las radios se dedican a estilos concretos, todo es blanco o negro. Y yo no soy ni blanco ni negro, tampoco tengo un estilo muy claro, y además pertenezco culturalmente tanto a Europa como a EE UU. Hay algo definitivamente esquizofrénico en mí. Por eso estaba seguro de que mi álbum no habría funcionado bien en Estados Unidos".
 
 

Pero, afortunadamente, se equivocó. Su primer disco vendió cuatro millones de copias en todo el mundo. Y un día Carlos Santana lo llamó para colaborar en su nuevo proyecto: Supernatural. " Para mí fue realmente maravilloso que él quisiera una de mis canciones", reconoce. "Siempre lo había admirado, y su llamada me hizo darme cuenta del alcance de mi primer disco. ¡Santana lo había escuchado!", exclama.
 
 

Wishing it was, compuesto y cantado por Eagle Eye, se acopla perfectamente al resto de temas del disco. Y es muy distinta de la versión que acaba de grabar Cherry, con la participación de Santana, para el sencillo de su nuevo álbum. "Desde el principio les dije a los productores que para Supernatural, wishing it was debía sonar totalmente Santana", dice, "y creo que ése es uno de lo méritos de ese disco: todo suena a Santana. Se han hecho muchos discos mezclando a artistas jóvenes y mayores, pero la fórmula sólo funciona si tiene detrás una identidad muy fuerte".
 
 

Un apoyo que ha significado mucho para el joven músico. "Creo que lo más deseable, como músico, es llegar a un punto en el que la gente se dé cuenta de que vas a estar por ahí durante mucho tiempo. Lo difícil es conseguir unos seguidores que esperen tus trabajos. Ahora casi todos los artistas deben empezar de cero con cada disco, porque la velocidad del consumo hace que gente como Britney Speers escupa discos cada tantos meses, mientras un artista normal tarda más en componer y grabar. Por eso creo que el apoyo de Santana ha sido importante. Que me haya llamado para su disco es algo grande para un artista que empieza como yo". 
 
 

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