OMARA PORTUONDO • CANTANTE
"Después de una vida cantando, siento que empiezo
de nuevo"
CARLOS GALILEA, Madrid
Omara Portuondo (P. García LLamas)
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Una lágrima puede haber cambiado su vida. Sucedió en el teatro
Carré, de Amsterdam, el 11 de abril de 1998, durante el concierto
de presentación de Buena Vista Social Club. Ibrahim Ferrer
y Omara Portuondo (La Habana, 1930) cantan a dúo Silencio,
un conmovedor bolero del puertorriqueño Rafael Hernández.
Al terminar, a ella se le escapa una lágrima: "No me di cuenta hasta
mucho después", asegura. "Es una canción muy triste con un
texto muy hermoso. Y fue, además, la emoción de ver a toda
aquella gente sintiendo con fuerza la música cubana".
Las cámaras de Wim Wenders recogieron aquel momento en el documental
Buena Vista Social Club, que han podido ver decenas de miles de
personas en cines de Nueva York, París o Madrid. Ahora, a Omara
Portuondo, a la que su madre le predijo de pequeña que iba a recorrer
el mundo cantando, la paran por la calle en cualquiera de esas ciudades
para felicitarla. Así que muchos están descubriendo por fin
a una cantante enorme, muy querida en Cuba.
"Jamás soñé que iba a cantar en el Carnegie Hall
de Nueva York, un escenario que ha pisado gente de tanto prestigio", cuenta.
"Cuando yo era niña, mi padre me hablaba de una contralto negra
norteamericana que se llamaba Mary Anderson, y la escuchábamos en
la radio. Y allí, en el Carnegie Hall, estaba su foto, ¡imagina!".
Buena Vista Social Club
El aislamiento que sufrió Cuba tiene la culpa del escaso eco
del talento de Omara Portuondo, de la que Ry Cooder piensa que interpreta
los boleros como nadie. "Todo tiene su tiempo y su espacio", afirma. Nosotros,
por cuestiones ya sabidas, no podíamos traspasar las fronteras de
las grandes compañías discográficas. No es que no
quisiéramos. En los últimos años han ido apareciendo
por la isla muchos extranjeros a los que les interesa nuestra música.
Buscan todo lo más importante e incluso encuentran grupos en los
sitios más recónditos que ni sabíamos que existían.
¡Pero todo eso está ahí! Ése es nuestro tesoro".
Esta semana se publica en Europa el disco Buena Vista Social Club
Presents Omara Portuondo con colaboraciones de Compay Segundo, Rubén
González, Ibrahim Ferrer, Pío Leyva, Eliades Ochoa, Papi
Oviedo... "Después de una vida cantando me siento casi como si estuviera
empezando. Y eso tiene su encanto. Uno no tiene que dejar de empezar nunca".
"Nick Gold, el productor del sello World Circuit, eligió las
canciones tras consultarme. Fue seleccionando las orquestaciones de cada
número, siempre con mi beneplácito, por supuesto", explica.
"Hay varios boleros, una guajira, un mambo que cantaba Graciela con la
orquesta de Machito, una canción como Canta lo sentimental,
que interpretaba una leyenda en Cuba, Esther Borja, y que luego hizo Elena
Burke...". Y también una adaptación al español de
The man i love, el clásico de Gershwin convertido en El
hombre que yo amé, que grabó Freddy, rotundo personaje
de la noche habanera que le inspiró a Guillermo Cabrera Infante
Ella cantaba boleros.
"Recuerdo muchos espectáculos que se hacían entonces en
La Habana. Y a muchos artistas que ya no están en Cuba y que tienen
mucho valor también", dice. "Yo pude cantarle a Ernesto Lecuona,
Rita Montaner, Beny Moré, Bola de Nieve, Olga Guillot...".
Aunque le daba vergüenza enseñar las piernas, Omara fue
bailarina en el cabaré Tropicana formando parte de Las Mulatas de
Fuego. "¿Qué tú crees que por ser mulata no se puede
ser tímida?", exclama riendo. A finales de los años cuarenta
debutó como cantante en un programa de radio cantando en inglés
Stormy weather y un locutor la bautizó por unos días
con el nombre de Omara Brown. Después se integró en Loquibambia,
grupo en el que estaban el pianista ciego Frank Emilio y el compositor
y guitarrista José Antonio Méndez.
Nat King Cole
En 1952 entró en el cuarteto D'Aida. Junto a su hermana Haydée,
Elena Burke y Moraima Secada, y bajo la dirección de Aida Diestro,
dio vida a un innovador y extraordinario grupo vocal: "Cada montaje de
Aida era una lección de música. En Cuba decían 'qué
bien toca, toca como un hombre', para que quedara claro que era buena",
dice. En Tropicana compartieron veladas con Nat King Cole, y en otro local
nocturno, Sans Souci, coincidieron con Edith Piaf, Pedro Vargas y Sarah
Vaughan.
Omara Portuondo se pregunta qué ha sido de El loco de la colina.
Él fue el responsable de traer la a España hace unos años.
"Quiero decir que lo respeto y lo admiro muchísimo porque confió
en mí", comenta. "Me dijo que quería llevar a una serie de
artistas cubanos a Sevilla. Tenía planes ambiciosos para un lugar
muy lindo frente al parque de María Luisa. Me gustó mucho
porque no fue estar un día o dos, sino seis meses, y podía
pasearme por los barrios y conocer a la gente. Iban al local suyo personas
muy interesantes, escritores y músicos como Carlos Cano, Ana Belén
y Víctor Manuel, Rocío Jurado y su esposo...".
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