Lagos asume la
presidenciaen una ceremonia marcada por la ausencia de Pinochet
El presidente, aclamado en La Moneda por miles de personas que pedían
un juicio al ex dictador
FRANCESC RELEA, Santiago
Investido como primer mandatario de Chile, Ricardo Lagos, de 62
años, se comprometió ayer ante todos los chilenos a "abordar
con firmeza los temas pendientes de la transición", y a ser un presidente
identificado "con la verdad, la transparencia y la justicia". Lagos se
dirigió anoche a los chilenos desde el balcón del palacio
de la Moneda, donde fue recibido por una multitud con gritos de "¡Juicio
a Pinochet!". El exdictador estuvo ausente de la ceremonia de transmisión
del mando presidencial celebrada horas antes en el Congreso de la Nación,
en Valparaíso. Nadie le echó de menos.
Ricardo Lagos, con su esposa,
Luisa Durán en el balcón de La Moneda
(Reuters).
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"En este mismo palacio han estado las esperanzas de muchos chilenos y también
los dolores, incluyendo, porqué no decirlo, la mayor tragedia política
de este siglo", dijo Lagos a los concentrados frente a La Moneda. "Aquí
uno de ellos dejó su vida", prosiguió mientras en la calle
resonaban los gritos "¡Se siente, Allende está presente!".
Y añadió: "La imagen de la destrucción del palacio
quedó grabada como símbolo de la intolerancia. Que sea ahora
el símbolo de respeto de los derechos de todos los hombres".
Fue un discurso más bien breve, en el que el nuevo mandatario
no dejó dudas de su voluntad de afrontar las asignaturas pendientes
"escuchando a los más humildes, que son los que más esperan".
Chile parece más cerca de cerrar una transición política
de una década. Sin sobresaltos, Lagos asumió como primer
presidente socialista desde el golpe militar y Pinochet dio la primera
señal de su retirada. Era la primera vez en 27 años, desde
el golpe de Estado, que el exdictador y principal protagonista de la vida
política chilena fue tema de conversación por su ausencia
y no por su presencia.
Ricardo Lagos entró en Santiago a lo grande. Recorrió
el trayecto desde el aeropuerto al palacio de La Moneda en un Ford Galaxy
descapotable para saludar a los miles de chilenos que se volcaron a la
calle para vitorearle. En la plaza de la Constitución esperaban
unas 5.000 personas. La euforia de sus seguidores se entremezclaba con
la lluvia de papeles pintados lanzados desde lo alto de los edificios.
Faltaban diez minutos para las 8 de la tarde cuando se produjo uno de los
momentos más emotivos de la jornada: Lagos entraba por primera vez
en el palacio de La Moneda como presidente, acompañado de su esposa,
Luisa Durán. "Aquí nace el futuro", diría poco después
desde el balcón del mismo edificio.
Horas antes y delante de 1.200 invitados de 70 naciones, Ricardo Lagos
recibió la banda presidencial de su antecesor, Eduardo Frei (Democracia
Cristiana), de 57 años. A diferencia de las dos transmisiones de
mando de los años 90, Frei entregó todos los símbolos
de mando al presidente del Senado, Andrés Zaldívar, que se
los impuso al nuevo jefe del Estado.
Acto seguido, juraron o prometieron los 15 miembros del tercer Gobierno
consecutivo de la Concertación, la coalición entre socialistas
y demócratacristianos que se formó para acabar con la dictadura
de Pinochet y que ha mostrado una elevada capacidad de supervivencia. Cinco
Ministerios y ocho Subsecretarías están ocupadas por mujeres.
El presidente número 46 de la historia republicana de Chile prometió
un nuevo estilo de hacer política. El primer indicio de un cambio
lo ha dado en la organización de los actos de la transmisión
del mando presidencial, bajo el lema "Donde nace el futuro". Lagos ha querido
presentar su toma de posesión como una gran fiesta de los chilenos
y para ello busca la participación popular.
A diferencia de sus predecesores, estuvo en las tres principales ciudades
del país. Desde Valparaíso, al norte, a Concepción,
al sur, donde pronunció el primer discurso a la nación. Terminó
en Santiago. El presidente recorrió las calles de las tres ciudades
en un automóvil descubierto. Poco después de las 7 de la
tarde (hora de Chile), entró en el palacio de La Moneda.
Fiestas populares
A lo largo de la jornada hubo momentos de gran emoción, que el
presidente no trató de ocultar. El primero de ellos, tras de prometer
conservar la independencia de la nación y guardar y hacer guardar
la Constitución. En 27 ciudades, desde Arica a Punta Arenas, se
realizaron fiestas ciudadanas para celebrar la llegada al poder del primer
presidente del siglo XXI, que se ha comprometido a luchar contra el centralismo
y a incorporar las regiones de todo Chile.
Dirigentes y parlamentarios de los partidos de la derecha pinochetista
dijeron estar dispuestos a colaborar con el presidente Lagos, pero aprovecharon
la ocasión para reivindicar a su candidato de las últimas
elecciones, Joaquín Lavín, ausente de la ceremonia del Congreso.
Juan Antonio Coloma, de la Unión Demócrata Independiente
(UDI) dijo que Lavín "lamentablemente no fue invitado" lo que, en
su opinión, "es un mal comienzo para el nuevo Gobierno".
La numerosa representación de mandatarios extranjeros en activo
y retirados ha puesto de relieve el interés que despierta en el
mundo lo que ocurre en Chile. Es innegable que dicho interés trasciende
el cambio de mando. [El príncipe Felipe, que acudió a la
ceremonia encabezando la delegación española, conversó
brevemente con Lagos tras la investidura, informa Efe. "Vamos a iniciar
una etapa mejor todavía", dijo el mandatario chileno al heredero
de la Corona].
Isabel Allende: "No puedo evitar
pensar en mi padre"
F. R, Santiago
"En lo personal han sido momentos llenos de recuerdos. No podía
evitar pensar en mi padre. Ha sido una preciosa jornada democrática
que habla muy bien de Chile. Treinta años después hemos sido
capaces de elegir a un socialista". La diputada Isabel Allende, hija del
presidente derrocado y muerto en el golpe militar del 11 de septiembre
de 1973, expresó a EL PAÍS la emoción que sintió
en la ceremonia de toma posesión del presidente Ricardo Lagos.
Allende subrayó que Chile está todavía en transición
-"terminará cuando se levante el fuero a Augusto Pinochet para poder
juzgarle por sus crímenes"- y subrayó que una eventual presencia
del senador vitalicio en el acto del Congreso "habría sido una provocación".
Lejos de su hija, Hortensia Bussi de Allende acudió junto a unos
300 invitados al acto simbólico que se celebró en el antiguo
Congreso Nacional, hoy sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, en Santiago.
"Siento una inmensa alegría", dijo la viuda del presidente derrocado
por Pinochet, "aunque la ceremonia de hoy y la de cuando asumió
mi esposo son muy distintas".
También el presidente del Partido Socialista, Ricardo Núñez,
tuvo un recuerdo para Salvador Allende, para subrayar que el contexto político
del Gobierno entrante es muy distinto del que le tocó a la Unidad
Popular en los comienzos de los años setenta.
Uno de los invitados oficiales, el ministro venezolano de Exteriores, rindió
un homenaje a Allende y a los detenidos desaparecidos durante la dictadura.
Junto a las presidentas de las agrupaciones de familiares de detenidos-desaparecidos,
José Vicente Rangel, acudió al cementerio general de Santiago,
donde visitó el Memorial que recuerda a las víctimas de la
dictadura, y la tumba del ex canciller Orlando Letelier, asesinado por
la policía pinochetista.
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