La campaña
electoral en Chile arrincona a Pinochet como un símbolo del pasado
La detención del ex dictador en Londres ha favorecido a la
derecha, según las encuestas
FRANCESC RELEA, Santiago
Las encuestas indican que la detención de Augusto Pinochet
en Londres no ha tenido efecto en la campaña electoral chilena que
concluyó ayer. Los candidatos apenas han aludido a la situación
del general, y los medios de comunicación han dejado de lado el
tema que acaparó durante meses su atención. Y sin embargo,
sin ser objeto de debate, Pinochet ha estado latiendo durante la campaña,
que termina con una gran paradoja: el exilio forzado del anciano dictador
ha beneficiado más a la derecha, que siempre le ha apoyado y que
hoy parece decidida a abandonarle a su suerte.
Un seguidor de Lavín pasa con su cartel
por
delante de la publicidad electoral de Lagos (Ap).
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La acción de Scotland Yard desarticuló, de entrada, los planes
de los sectores renovadores de la derecha chilena, que reaccionó
como un solo hombre en defensa del ex dictador. El partido más pinochetista,
Unión Demócrata Independiente (UDI) no tuvo problemas para
imponer como candidato presidencial al alcalde del municipio de Las Condes,
Joaquín Lavín. Por razones de supervivencia política
el joven Lavín comprendió que no podía cargar con
la mochila del dictador si quería que su "nuevo estilo de hacer
política" tuviera credibilidad. La única mención que
ha hecho de Pinochet en toda la campaña ha sido para decir que "pertenece
al pasado". Según el último sondeo, a cargo del instituto
MORI, Lavín obtendría un 42,1%.
Los dos partidos de la derecha pinochetista, UDI y Renovación
Nacional (RN), que respaldan la candidatura de Lavín han sido muy
cuidadosos en no exhibir sus enseñas en los actos de apoyo a Pinochet.
"Una cosa es defender al general y otra muy distinta la campaña
política", dicen. Los militares retirados que representan al sector
más comprometido con el ex dictador han procurado no interferir
en la campaña de despinochetización de la derecha
y sólo a última hora, en una declaración difundida
ayer por el Movimiento Chile Mi Patria, han anunciado "que los planteamientos
de Lavín son más representativos".
Luis Miguel Amunátegui, vicepresidente de RN, reconoce que la
ausencia de Pinochet ha beneficiado a la derecha, ya que, en su opinión
"ha permitido anticipar un proceso de renovación". No duda en afirmar
que la presencia del ex dictador "habría producido ruido" y que
la campaña se habría desarrollado de manera muy distinta.
"Hemos logrado configurar un hecho nuevo. Es posible hacer campaña
sin signos de hostilidad", subraya. Y reitera lo que parece haberse convertido
en la consigna más reciente de la derecha chilena: "Pinochet es
el pasado. Lavín lo planteó desde el principio. Ni Lagos
es Allende ni él es Pinochet".
Recuerdo del pasado
El candidato de la Concertación, el socialista Ricardo Lagos,
con una intención de voto del 48,6% en el sondeo de MORI, sólo
ha recurrido al caso Pinochet para recordar el pasado de su adversario.
Uno de sus spots televisivos mostraba fotos de Lavín aplaudiendo
al general en un acto. Lagos ha hecho grandes equilibrios cuando ha hablado
de la detención de Pinochet. Ha defendido el principio de soberanía
que esgrime el Gobierno, pero no ha ocultado la incomodidad que le produce
esta actitud. Lagos sabe que su electorado natural valora y reclama la
firmeza contra Pinochet, tal y como exhibió el 25 de abril de 1988,
cuando levantó su dedo acusador ante las cámaras de televisión
para recriminar la pretensión del dictador de perpetuarse en el
poder a través de un plebiscito. El entorno de Lagos preferiría
que el presidente saliente, Eduardo Frei (demócratacristiano), pudiera
cumplir su compromiso de lograr el regreso de Pinochet a Chile antes de
finalizar su mandato el 11 de marzo del 2000.
En los comienzos de la campaña, la familia del general expresó
su apoyo a la candidatura presidencial de Arturo Frei Bolívar, disidente
de la Democracia Cristiana, que viajó a Londres para defender los
derechos humanos del ex dictador "del mismo modo que defendí los
derechos humanos durante la dictadura". A medida que avanzó la campaña,
pudo comprobarse como Frei Bolívar perdía el respaldo de
sectores pinochetistas, familiares del detenido y militares hasta quedar
reducida, la suya, a una candidatura marginal, con un 1,2% de intención
de voto. De los seis candidatos, los ataques más duros procedieron
de la presidenta del Partido Comunista, Gladys Marín (5,5% en el
sondeo), que acusó en televisión a Pinochet de "traidor y
cobarde" el día de su cumpleaños.
[Una nueva querella fue interpuesta ayer contra Augusto Pinochet ante
la Corte de Apelaciones de Santiago por familiares de seis presos políticos
de la región chilena de Temuco, que le acusan de secuestro, tortura
y asesinato, informa Efe. La querella -la número 52 contra el ex
dictador- está encaminada a esclarecer la responsabilidad de Pinochet
en la muerte de seis militantes comunistas ocurrida el 10 de noviembre
de 1973. Oficialmente las víctimas habáan atacado con anterioridad
a un regimiento del Ejército y fueron ejecutadas por esta acción]. |