![]() Miércoles 10 noviembre 1999 - Nº 1286 |
ESPAÑA
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Defensa ofrecerá a los últimos de la mili quedarse en el cuartel como profesionales Los destinos de los 100.815 reclutas de la 'quinta del 2000' serán sorteados está noche MIGUEL GONZÁLEZ, Madrid
Este colectivo constituía una cantera privilegiada para nutrir
la futura tropa profesional. Su gran ventaja es que ya conocen la vida
militar y los mandos también les conocen a ellos, por lo que resulta
fácil seleccionar a los más aptos. Además, teniéndolos
ya dentro de los cuarteles, podían ahorrarse buena parte de los
gastos de captación e instrucción.
Sin embargo, si hay un dato aún más preocupante que la
falta de candidatos a soldado y marinero profesional (sólo 9.100
aspirantes para 7.500 plazas en la última convocatoria de este año,
una media de 1,2 aspirantes por puesto) es el escaso número de solicitudes
procedentes de los ejércitos.
Menos de 900 jóvenes de los más de 40.000 que están
cumpliendo el servicio militar se presentaron a dicha convocatoria. No
llegan, por tanto, al 10% los aspirantes a soldado profesional que son
reclutas forzosos. O lo que es lo mismo: sólo el 2% de los incorporados
para cumplir el servicio militar quieren quedarse como profesionales.
Para intentar cambiar esta situación, el Ministerio de Defensa
se propone introducir en el nuevo sistema de reclutamiento continuo, que
se instaurará en el 2000, la posibilidad de ofrecer a los soldados
de reemplazo la firma de un contrato como profesionales con la garantía
de que se quedarán en la misma unidad en la que están.
Actualmente ello no es posible, pues al recluta forzoso que se presenta
a las convocatorias de tropa profesional se le puede adjudicar un destino
muy alejado del que tiene en la mili. Defensa cree que la posibilidad de
quedarse en una unidad que ya conoce, y con frecuencia cercana a su domicilio,
es el mejor incentivo que se puede ofrecer.
Los destinatarios de esta oferta serán los 100.814 reclutas del
reemplazo del 2000 cuyos destinos asignará esta noche el ordenador
del ministerio.
Los resultados del sorteo -cuya principal novedad es que nadie será
destinado con carácter forzoso a Ceuta o Melilla- se darán
a conocer a partir de las 14 horas de mañana a través del
teléfono 902 121 414. Las listas también serán
expuestas en los centros de reclutamiento y en la página de Internet
www.mde.es.
Aunque los sorteados serán más de 100.000, Defensa cuenta
con que sólo la mitad de ellos se incorpore a filas. Un cálculo
optimista, pues este año lo han hecho unos 55.000 reclutas, en torno
al 40% de los sorteados en noviembre de 1998.
El continuo aumento de la objeción de conciencia -un 12,33% más
en los diez primeros meses de este año- ha llevado a Defensa a descartar
la posibilidad de liberar a parte de los reclutas por excedente de cupo,
como hizo en 1997, pese a reconocer oficialmente que le sobran la mitad
de los sorteados.
De hecho, la relación entre el servicio militar y la prestación
social sustitutoria se ha invertido. En el 2000, el número de objetores
cumpliendo la prestación (140.000) casi triplicará al de
soldados de reemplazo, por lo que es la mili la que puede calificarse de
"sustitutoria".
Además, a medida que se acerca el final de la mili, la bolsa de jóvenes con prórroga al servicio militar o la prestación social sigue aumentando: actualmente son ya 982.371. El anuncio del candidato socialista Joaquín Almunia de que, si
gana las elecciones, el sorteo de la mili de esta noche será el
último ha vuelto sacar este asunto a la palestra electoral.
Fue Adolfo Suárez quien en 1986 se lanzó a la captura
del voto juvenil prometiendo dejar en sólo tres meses el servicio
militar, que entonces duraba un año.
Su propuesta fue descalificada entonces como propia de un partido casi
marginal, el CDS. Sin embargo, los expertos electorales descubrieron pronto
su atractivo y, en 1989, PSOE y PP protagonizaron una verdadera puja: el
primero ofreció nueve meses de mili, frente a ocho del segundo.
CiU, PNV e IU abogaron ya entonces por acabar con la recluta forzosa.
El acuerdo parlamentario de 1991 entre PSOE y PP zanjó el asunto
hasta las elecciones de 1996, cuando los populares lo desenterraron para
prometer seis meses de mili y 30.000 pesetas de sueldo.
El pacto de investidura con CiU obligó a Aznar a reescribir su programa: prometió suprimir la mili en diciembre del 2002, como máximo. |
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