El exilio cubano
en Miami se lanza a las calles y acusa al Gobierno de Clinton de traición
"Hemos construido esta ciudad y ahora la destruiremos", decía
enfurecida una mujer
ROSA TOWNSEND, Miami
Los exiliados cubanos se lanzaron ayer indignados a las calles de
Miami en protesta por la repatriación de Elián González
a Cuba, en una de las mayores movilizaciones que ha vivido esta ciudad
en su historia reciente. Miles de hombres, mujeres, ancianos y niños,
trabajadores y empresarios, salieron en pie de guerra contra el Gobierno
de Clinton, acusándole de traicionar a los cubanos para complacer
a Fidel Castro y de violar las leyes nacionales e internacionales. Hubo
momentos de gran tensión y enfrentamientos esporádicos que,
hasta el cierre de esta edición, no habían desembocado en
actos de violencia. "Hemos construido esta ciudad [Miami] y ahora la destruiremos",
decía enardecidamente una mujer.
El vehículo en el que la familia de Elián
se dirige
a el Servicio de Inmigración en Miami (Ap).
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Por su parte, la familia de Elián intentó ocultar al niño
para protegerlo del circo mediático que se vivió a lo largo
de todo el día, que incluyó helicópteros con cámaras
siguiendo en directo los movimientos de la familia desde que sacaron a
Elián del colegio al que comenzó a asistir el lunes.
La noticia se corrió como la pólvora desde primeras horas
de la mañana. Las radios cubanas y las estaciones de televisión
se conviertiron en altavoces de los "líderes del exilio" para convocar
al cerca de un millón de exiliados que vive en Miami. "Bill Clinton
y Janet Reno están cometiendo un delito de prevaricación,
violando las leyes a sabiendas. Esto no puede quedar impune, es el momento
de que todos los dirigentes en el exilio se reúnan urgentemente
para convocar la mayor manifestación del exilio en cuarenta años",
dijo a media mañana el congresista cubano-americano Lincoln Díaz-Balart,
que desde la muerte de Jorge Mas Canosa, presidente de la Fundación
Nacional Cubano Americana, se ha convertido en la voz más influyente
de los cubanos en Estados Unidos.
"Justicia y libertad"
Ya al mediodía las calles aledañas al edificio del Servicio
de Inmigración (INS) estaban tomadas por cientos de personas enarbolando
banderas cubanas y gritando "justicia y libertad", iracundos y heridos.
Muchos prometían venganza por la acción de Washington: "Hemos
construido Miami y ahora la destruiremos", decía enardecidamente
una mujer.
El sentir más generalizado es que se trata de una trampa para
burlar el proceso legal de inmigración días antes de una
audiencia prevista para revisar el caso de Elián. Los ánimos
estaban tan caldeados que las autoridades desplegaron un gran operativo
de seguridad en el centro de la ciudad y en la Pequeña Habana, el
enclave cubano por excelencia, pero no pudieron evitar la paralización
del tráfico en algunas áreas. También estaban acordonados
todos los accesos a la casa de los familiares con los que vive Elián
en Miami, donde se respiraba un ambiente de funeral retrasmitido en directo
por todos los canales de televisión.
Mientras Elián estaba en el colegio, por su casa desfilaron políticos
y dirigentes de las numerosas organizaciones anticastristas de Miami y
sirvió asimismo como punto de concentración cívica.
Allí estaban, entre otros, la congresista cubano-americana Ileana
Ross-Lehtinen y José Basulto, presidente de Hermanos al Rescate,
la organización que durante años ha sobrevolado el cielos
entre Miami y Cuba en busca de balseros. "Es hora de que salgamos
a las calles. Hay que hacer una demostración para paralizar Miami
porque lo que ha hecho el Gobierno es un ataque a la dignidad de los cubanos".
El principal reproche, según Lehtinen, es que la decisión
ha sido "un veredicto sin juicio previo". "Éste es un país
de leyes y sin embargo no se ha dado oportunidad a la familia a que tenga
un proceso justo". Los abogados de Elián en Miami habían
solicitado su asilo político y estaba prevista una audiencia ante
el Servicio de Inmigración el próximo día 21, que
ahora queda anulada.
El miércoles, poco después de conocerse la decisión
de repatriarlo antes del día 14, un abogado de la familia de Elián
anunció que iban a apelar la decisión solicitando a un juez
federal una vista de urgencia para detener el proceso. La moción
ante el tribunal federal de Miami también pedirá a Janet
Reno que se atenga a las leyes de inmigración.
Igualmente queda en el aire por el momento otra iniciativa del Congreso,
que preveía la discusión de una ley el 24 de enero para otorgarle
la ciudadanía estadounidense a Elián. La familia se enteró
a las siete y media de la mañana por una llamada de los funcionarios
federales, según relataba casi con lágrimas un tío
de Elián, Delfín González. "El Gobierno de este país
le ha hecho caso a un caprichito de Castro que a los dos días de
que el niño llegue a Cuba se olvidará de él. Le pedimos
al Gobierno que recapacite, porque esta injusticia la van a arrastrar durante
siglos".
Prudencia en el Gobierno de La Habana
y alivio entre la población
REUTERS, La Habana
Los cubanos reaccionaron ayer con alegría y alivio ante la decisión
de Estados Unidos de devolver a Cuba a Elián González, el
niño balsero de 6 años, después de que durante
más de un mes se hubieran manifestado casi diariamente bajo el lema
"Liberar a Elián". Desde la isla se exigía ayer a que Elián
fuese devuelto lo antes posible, pero a su vez se temía una dura
reacción del exilio cubano en Miami, que hasta la fecha ha aprovechado
el caso para atacar con dureza al régimen de Fidel Castro.
Mientras en las calles se vivía con euforia la noticia, el Gobierno
cubano guardaba silencio y reclamaba prudencia ante la decisión
del servicio de Inmigración de EE UU (INS) de que Elián debe
estar con su padre, Juan Miguel González, ya que, advirtió,
ese anuncio podría causar un "excesivo optimismo".
"Lo correcto es otorgarle la custodia al padre. Se debería haber
hecho ya hace tiempo", manifestó Julio González, un dependiente
de 57 años de La Habana. "La retención del niño fue
una locura llevada a cabo por el exilio de Miami con el apoyo del Gobierno
de Estados Unidos". "Ahora, en Miami, van a tener que tragarse sus propias
palabras", añadió Rafael Rodríguez, un profesor de
instituto de 49 años.
El Gobierno cubano organizó una campaña sistemática
de protestas callejeras diarias, muchas de las cuales se llevaron a cabo
frente a la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana.
Como residuo de las hostilidades de la guerra fría, el Gobierno
de Castro y la comunidad cubano-americana de Miami han batallado durante
un mes largo en lo que ha sido la custodia más politizada que ha
vivido el Estado norteamericano de Florida.
"Finalmente, se va a hacer lo correcto. Su gente lo está esperando",
manifestó el profesor Rodríguez. "Espero que regrese pronto
para que de esa forma el trauma psicológico que ha vivido sea mínimo",
puntualizó Rodríguez. "Ya podemos mandar estas camisetas
a Miami", ironizaba un cubano señalando una en la que aparece la
cara sonriente del niño con el lema "Salvar a Elián". |