ILAN STAVANS • AUTOR DEL PRIMER DICCIONARIO DE SPANGLISH
"El mundo hispánico hablará spanglish"
Un diccionario recoge y cataloga 6.000 palabras nacidas de la mezcla
del español y el inglés
Jon Crispin (NYT).
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El spanglish ha salido de los suburbios hispanos
de Miami, Los Ángeles o Nueva York. La nueva lengua, un revoltijo
fonético del español y del inglés, se propaga con
rapidez por todo Estados Unidos gracias a una pléyade de profetas:
raperos, locutores de radio y televisión, periodistas, poetas...
Pronto tendrá su primer diccionario, un compendio de todos los spanglish
que se hablan en EE UU, en América Latina e incluso en España.
El artífice de este diccionario es el profesor de español
Ilan Stavans, un filólogo mexicano nacido hace 38 años que,
desde un pueblo de Massachusetts, define y catalonga las cerca de 6.000
palabras nacidas del choque de dos idiomas: el español y el inglés.
JUAN A. CARBAJO, Amherst
Ilan Stavans, escritor, hispanista y filólogo nacido en México
hace 38 años, coordina, desde su despacho de profesor de español
del Amherst College, en un pequeño y verde pueblo de Massachusetts,
la ingente tarea de definir y catalogar las cerca de 6.000 palabras nacidas
del choque de dos idiomas: el español y el inglés. Es el
spanglish, un fenómeno que responde, cree Stavans, a una nueva manera
de ser hispano en EE UU. "Es su signo de originalidad; es algo nuevo que
merece nuestra atención, y no nuestra crítica o repulsa.
Los españoles ya no nos pueden ver de esa manera anticuada con que
nos miran", advierte.
Stavans es un latino peculiar. Fue educado en su ciudad natal dentro
de la colonia judía, un oasis que le mantenía "desconectado
de las cosas mexicanas". Su primer idioma fue el yiddish. "Nací
mexicano, pero no supe lo que eso significaba hasta que vine a los EE UU
con 25 años y la gente comenzó automáticamente a dirigirse
a mí como hispano", confiesa en su libro La condición
hispánica. Acérrimo partidario del bilingüismo,
Stavans se empeñó en aprender inglés hasta dominarlo.
Después de seis años en Nueva York logró cambiar sus
colaboraciones en los periódicos mexicanos La Jornada o Excélsior
por críticas de libros en The New York Times. Se especializó
en la nueva literatura latina y lo hispano se convirtió en una obsesión.
Ha publicado una docena de libros sobre el tema y algunos le llaman "el
zar de la cultura latina".
En 1993 acepta el empleo en Amherst con la condición de publicar
una revista en inglés sobre temas hispanos. Fue precisamente en
el primer número de Hopscotch (Rayuela) donde apareció
un boceto de diccionario de spanglish que llamó la atención
de un editor neoyorquino que le propuso publicar un diccionario completo,
aunque, de momento, sólo en inglés.
Pregunta. ¿Cómo se hace un diccionario de algo
tan fragmentado?
Respuesta. Hemos consultado los diccionarios que se han publicado,
que siempre estaban limitados a una determinada zona o comunidad. También
hemos recogido palabras allá donde se utilizan. Un equipo de 12
personas ha visitado los barrios hispanos para hablar con sus habitantes;
hemos escuchado las emisoras latinas, especialmente los programas con intervenciones
de los oyentes; hemos estudiado las letras de las canciones de rap,
que desde algún tiempo es uno de los vehículos más
rápidos de propagación del spanglish, al igual que los anuncios
de los periódicos. Después hemos analizado cada palabra intentando
desentrañar su origen y cuándo se usó por primera
vez en un texto escrito, y ahora estamos sometiendo las palabras a la opinión
de unos 24 especialistas. Llevamos dos años y medio de trabajo y
aún queda otro más.
¿El spanglish es un idioma?
No, el spanglish no es todavía un idioma. Está en proceso
de convertirse en dialecto. Es una jerga que nace del choque o del encuentro
entre el español y el inglés, y que no se restringe al territorio
geográfico de EE UU.
¿Todos los hispanos en Estados Unidos utilizan el spanglish?
De alguna forma, lo hacen. Hay puristas en EE UU que prefieren hablar
español o inglés, pero en los medios de comunicación,
en las casas, en las escuelas, en los medios intelectuales, se utiliza
habitualmente el spanglish.
¿Hablar mezclando el español y el inglés parece
una mala adaptación al bilingüismo?
Sí, pero ésa es una visión simplista. El spanglish
es muy importante hoy, porque hay cerca de 40 millones de hispanos que
viven en EE UU. Algunos son conscientes de su español y de su inglés,
y pueden ir de un idioma a otro a sabiendas, pero la gran mayoría
no es consciente; ni sabía antes un español perfecto ni sabe
ahora un inglés puro. Pero criticarlos porque están utilizando
un idioma intermedio me parece una actitud irresponsable y pasada de moda.
¿El spanglish es el idioma de los hispanos menos cultos?
Su uso tiene que ver con la clase social y también con la edad.
Los jóvenes utilizan más el spanglish que los adultos, y
lo hacen porque tiene que ver con la identidad y el orgullo. Y, por otro
lado, las clases bajas y medias hablan más en spanglish que la alta,
aunque la alta está despertando. Al principio era el idioma de los
pobres, pero ya no lo es. En California hay unas 125 estaciones de radio
en español que utilizan el spanglish continuamente, muchas más
que toda Centroamérica. Eso demuestra que el idioma se propaga muy
rápidamente.
¿El spanglish es también el resultado de una falta
de reacción del idioma español ante determinadas situaciones?
El 25% de los usuarios de Internet utiliza el español, pero no
el correcto. Es un español que no tiene acentos, con la sintaxis
deteriorada... El español tiene una capacidad de adaptación
menor que el inglés. Pero, a diferencia de todas las lenguas de
los inmigrantes, el español ha sobrevivido en Estados Unidos 150
años. La mayoría de las lenguas desaparecen después
de dos generaciones.
¿El spanglish, pues, es el precio de la supervivencia del
español?
Sí. Cuando un inmigrante ruso llega a EE UU usa el ruso; sus
hijos usan un poco de ruso, pero empiezan a hablar inglés, y sus
nietos ya no van a usar el ruso. Sin embargo, los hispanos no pierden el
español. Ninguna otra población minoritaria en EE UU ha tenido
dos cadenas de televisión en su propia lengua. Eso significa que
el español no está desapareciendo, pero tampoco está
permaneciendo en estado de pureza.
¿Y se hablará en México, en Bolivia, en Argentina...?
Creo que será una lengua franca en el mundo hispánico.
Y la razón es que 40 millones son muchos millones. Si esos 40 millones
tienen el poder, el dinero, el control de los medios, marcarán la
pauta en el mundo hispánico. El castellano de nuestros países
no quedará como se habla hoy, y eso será por el spanglish.
¿Hay algún académico entre los especialistas
que están trabajando en el diccionario?
No, porque, sobre todo, la Real Academia Española se pasa la
vida ninguneando el español de las Américas. Espero que este
diccionario les diga: "Hay algo nuevo acá de lo que ustedes no se
han dado cuenta o no quieren reconocer". Los latinoamericanos en general,
y sobre todo los que vivimos en EE UU, estamos cansados de la centralización
del español por parte de España.
¿Qué sentido tiene empezar a llamar rufa al techo,
una palabra de uso generalizado?
Eso es asumir que hay una lógica en los cambios cuando el idioma
no funciona así. Si la gente que vive en el Harlem hispano de Nueva
York no tiene la palabra techo a su disposición y empieza a utilizar
la palabra rufa, después de cinco años la gente se habrá
contagiado.
Pero estamos eliminando una palabra que entiende todo el mundo.
No todo el mundo. La gente del Harlem hispano ya no la entiende. No
podemos esperar a que alguien en España nos diga que la palabra
techo sale de circulación para que entre rufa; seguimos con la idea
de la centralización. El idioma es la forma más libre y democrática
de expresión.
Usted es profesor de español en una universidad americana.
¿Enseña español o spanglish?
Imparto cursos sobre literatura y cultura tanto en inglés como
en español, y también doy cursos sobre spanglish, pero no
en spanglish, sino en castellano o en inglés.
Prohibido el hangyeo
En EE UU se encuentran a menudo carteles o instrucciones en castellano.
En la estación de autobuses de Springfield, en Massachusetts, un
cartel advierte: "Prohibido el hangyeo. Violadores serán juzgados".
En Bell Atlantic explican que se necesita una aplicación y dos aidís
para dar de alta el teléfono.
Con 31 millones de latinos en EE UU hablando decenas de spanglish diferentes,
un diccionario se antoja esencial para entender, por ejemplo, que lo que
está prohibido en Springfield es el vagabundeo (hangyeo viene de
hang out), que los violadores lo son de la ley, que la aplicación
es una solicitud (de application) y que el aidí es un DNI (de las
iniciales ID, identification document).
Palabras que incluirá el diccionario:
Aftersheif. Loción de afeitar (de aftershave). Ancorman.Presentador
de televisión (de anchorman). Brode. Amigo, colega (de brother,
hermano). Cachar. Atrapar (de to catch). Carpeta. Alfombra
(de carpet). Culísimo. Muy frío (de cool). Cho.
Espectáculo
(de show). Drinquear. Beber (de to drink).
Estore. Tienda
(store). Flipar. Sorprendido, conmocionado (to flip out). Fri.
Gratis (de free). Grocerías. Comestibles (de groceries).
Guachear.Observar
(de to watch). Lonche. Almuerzo (de lunch).
Mapear o mapiar.
Fregar (de to mop).Taifa.
Ladrón (de thief). Yoguear.
Correr (de to jog).
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