Sábado
11 Marzo
2000
 
 
 
 
 
 
 

Lagos asume la Presidencia de Chile con el reto de completar la transición a la democracia

VALPARAÍSO
Ricardo Lagos saluda al auditorio 
del Congreso durante su investidura (Reuters).
En una sobria ceremonia de sólo 31 minutos que se desarrolló en la sede del Parlamento y que tuvo un fuerte simbolismo, el socialista Ricardo Lagos se convirtió hoy en el 46 presidente de Chile y el segundo de esa ideología política. 

"Si, prometo", dijo Lagos, con voz firme, los ojos brillantes y la mano derecha sobre el corazón, cuando el presidente del Senado, Andrés Zaldívar, le tomó el juramento, a las 11.43 hora local (14.43 GMT) de un sábado nublado y gris en Valparaíso, donde se encuentra la sede del Poder Legislativo chileno. Con esa respuesta, el dirigente socialista, quien se declara agnóstico, se apartó de la tradicional fórmula de "Sí, juro" utilizada para prometer el respeto a la Constitución y a las leyes chilenas. 

Lagos, de 62 años, llegó a la presidencia de Chile respaldado por la coalición centro-izquierda que ha gobernado desde 1990, cuando el país recuperó la democracia tras el régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990). 

Precisamente, esta fue la primera ocasión en la que el anciano general, de 84 años, estuvo ausente en una investidura presidencial en la reciente historia del país, ya que se encuentra en una residencia veraniega situada a una hora de Valparaíso. 

El sillón de Pinochet, que es senador vitalicio, fue ocupado por uno de los 1.123 asistentes a la investidura presidencial, tanto chilenos como extranjeros, que tuvieron que apretarse para caber en el Salón de Honor del Congreso chileno. 

Zaldívar calificó como "prudente" la ausencia de Pinochet en el acto. 

Desde que el ex dictador asumió su escaño, hace dos años, la presencia del general retirado en el Parlamento ha suscitado numerosos actos de protesta. Lagos asumió la presidencia vistiendo un traje oscuro y corbata roja. 

En la ceremonia no hubo discursos oficiales, ya que el nuevo gobernante ha preferido dejarlos para otras ocasiones populares que formarán parte de las ceremonias del traspaso del poder. 

Cinco minutos después de que Lagos se colocara la banda presidencial, en la capital chilena, a 120 kilómetros de Valparaíso, se sintió un leve temblor, de entre dos y tres grados en la escala de Mercallí, que no produjo víctimas ni daños materiales, pero que dará que hablar a los agoreros. 

Lagos es el segundo presidente de ideología socialista que asciende al poder en Chile. 

El primero fue Salvador Allende, derrocado por Pinochet en 1973 y quien se suicidó de un tiro en la boca en su despacho presidencial del Palacio de La Moneda cuando consideró que había perdido el poder. 

La ceremonia de traspaso se ciñó al tradicional guión en este tipo de actos, salvo el momento en el que los chilenos reunidos entonaron espontáneamente el himno nacional, instante en el que el nuevo gobernante pareció más emocionado. 

En la investidura presidencial de Ricardo Lagos actuaron como testigos de honor quince jefes de Estado y de Gobierno, representantes de cerca de 80 delegaciones extranjeras. 

Por motivos de seguridad, todos los invitados llegaron y se fueron de la sede del Congreso en autobuses, en medio de bromas y el acoso de la prensa, que se centró especialmente en el heredero de la Corona española, Felipe de Borbón, y el ex presidente argentino Carlos Menem. 

"Fue muy emocionante, muy sobrio", afirmó el hijo de los Reyes de España a los periodistas que se colocaron a su paso. 

El traspaso presidencial se produjo sin incidentes en los alrededores de la sede del Congreso, fuertemente custodiada. 

Decenas de personas estaban en las cercanías con banderas chilenas y carteles de apoyo a Lagos y a la coalición que le llevó al poder. 

La formalidad programada para el acto incluyó también a los periodistas, que tuvieron que ingresar al Parlamento con corbata, y quienes no contaban con ella debieron correr a las tiendas cercanas para poder comprarla. 

Después de asumir el poder, Ricardo Lagos se trasladó a la residencia presidencial veraniega de Cerro Castillo, en Viña del Mar, vecina a Valparaíso. 

Allí y por primera vez, el nuevo gobernante recibió los honores de la Guardia Presidencial de los Carabineros, la policía militarizada. 
 

  • Hace 27 años, el mismo destacamento permaneció fiel a Allende durante el golpe de Pinochet, pero el gobernante socialista le pidió que se retirara ya que poco podía hacer frente a los tanques del Ejército y los bombarderos de la Fuerza Aérea. 
     
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