Carlos Santana
se declara un rebelde, mezcla del Che, Pancho Villa y Gerónimo
El guitarrista, con 11 candidaturas a los Premios Grammy, actuará
en mayo en España
FIETTA JARQUE, Madrid
Carlos Santana está disfrutando de un éxito que no
había logrado desde hace 30 años, cuando sus creaciones de
rock con espíritu latino abrieron caminos vibrantes a la música.
El célebre guitarrista mexicano ha vendido siete millones de discos
de su último trabajo, Supernatural, en el que colaboran músicos
como Eric Clapton, Lauryn Hill o Maná. Mística y una activa
consciencia social se mezclan en este músico, que ayer en Madrid
afirmó que todavía tiene mucho de Che Guevara, Pancho Villa
y Gerónimo, y es capaz de proponer "una revolución sin violencia".
Carlos Santana, ayer, en Madrid (Efe).
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Fiel a algunos de los principios de la revolución de las flores,
Carlos Santana mantiene que no se ha plegado al sistema y que sigue siendo
un rebelde. "Soy un músico de la calle, no un showman", dijo
ayer en Madrid. "Pienso que uno de los aciertos de Supernatural
es que los que han colaborado en él son verdaderos músicos
y no gente que busca el dinero fácil. Hay mucho dolor en el mundo,
y este disco es para recordar a los que lo escuchen que venimos de la luz
y vamos hacia ella".
"La industria musical fabrica músicos que parecen hechos con
molde, como Britney Spears o los Backstreet Boys, pero el mundo no pertenece
sólo a la gente de 17 a 27 años, sino a todos los que sientan
el arte. He tenido la suerte de que Supernatural le guste a personas
de todas las edades, y lo escuchan con placer un padre con su hijo y hasta
los abuelos", afirmó.
Música y erotismo
Este guitarrista y compositor de temas como Black magic woman
es capaz de explicar la música que hace comparándola con
una relación amorosa. "La melodía es la mujer y el hombre
es el ritmo. La cama puede ser el reggae, el rock o el jazz. Lo importante
es honrar el encuentro entre ambos. Yo le digo a los músicos: hay
que visitar la melodía como si fuera una mujer".
Carlos Santana suelta su discurso con fluidez, deteniéndose sólo
cuando duda cómo se traduce al español una expresión
en inglés. "En otros países, la gente habla dos, tres, cuatro
lenguas, en Estados Unidos ni siquiera hablan inglés, sino americano,
y somos incapaces de entender el inglés británico", comentó
para subrayar la importancia que le da a la educación. "En California
se gastan 4.500 millones de dólares al año en educación
y 35.000 en sostener las cárceles. De cada 10 latinos en EE UU,
seis abandonan los estudios y terminan en las calles buscándose
malamente la vida. Nosotros damos dinero para la educación de las
adolescentes que quedan embarazadas con 15, 14 años, para que puedan
salir adelante. La revolución consiste hoy en compartir tu dinero,
no en cambiar a los Gobiernos, que no tienen solución. Hacen falta
iniciativas privadas, y yo no me rajo, voy a seguir adelante. Creo que
el mundo se puede cambiar con paz y armonía".
Santana vive en San Francisco desde los años sesenta, aunque
siempre se ha sentido muy cerca de los hispanos y emigrantes mexicanos.
"Pienso que el auge que tiene ahora la música latina en Estados
Unidos se debe a que acentúa la ternura y la sensualidad. Hay tantas
películas de violencia y sangre, de balas y explosiones, que la
gente está harta. Se ha perdido el equilibrio, y por eso se aprecian
esas expresiones de ternura".
Dice que las 11 candidaturas a los Grammy le incomodan un poco, "después
de haber sido invisible durante 30 años". "Si gano alguno, lo dedicaré
a la gente de mi barrio, a los que viven en guetos, en casas pobres que
huelen mal, son olores que yo conozco y de los que no me avergüenzo".
"En los años sesenta hubo una revolución de la consciencia,
que incitaba a la rebelión en busca de la libertad y la igualdad.
Pero esos mismos rebeldes de entonces se han convertido hoy en los representantes
de un sistema que lo impide. Yo no, yo tengo todavía mucho del Che
Guevara, Pancho Villa y el indio Gerónimo. Quiero una revolución,
pero una revolución sin violencia".
Con 60.000 discos vendidos en los últimos meses en España,
Santana se prepara para una gira que lo traerá con tres conciertos,
el 18 de mayo a Madrid, el 19 a Zaragoza y el 20 a Barcelona.
El regreso de un maestro de la guitarra
R. MARTÍNEZ DE RITUERTO, Chicago
Carlos Santana, el veterano virtuoso de la guitarra rockera, ha rematado
su espectacular retorno a los escenarios con la consecución del
premio al mejor álbum pop/rock del pasado año concedido por
la American Music Awards (AMA) a su Supernatural. Santana queda
así, a sus 52 años, en la mejor posición ante la concesión,
el 23 de febrero, de los Grammy, donde el mismo álbum concurre en
11 categorías, que van desde la genérica de mejor obra a
la, previsible en él, mejor composición instrumental.
Santana probó el año pasado que es cierta la leyenda de
que los viejos rockeros nunca mueren y volvió a las tablas con tan
espectacular fuerza que colocó Supernatural en la cabecera
de los superventas por primera vez en sus 30 años de carrera, con
cinco millones de discos vendidos en Estados Unidos. El anuncio del premio
fue acogido con una gran ovación por los asistentes a la gala de
la AMA celebrada en el Shrine Auditorium de Los Angeles, el mismo donde
se entregan los Oscar, que veían felices el retorno de un clásico
al que muchos en la industria daban por acabado.
"Mucha gente se negaba a trabajar conmigo porque soy un viejo", comentó
luego el creador de Abraxas. "Davis creyó en mí. Los
dos sabíamos que teníamos en nosotros una obra maestra".
Davis es Clive Davis, coproductor del disco premiado, a quien Santana hizo
subir al escenario para recibir a los 66 años el tributo de todo
el teatro "por su convicción, tenacidad y visión" en sacar
Supernatural
adelante. Los premios AMA son concedidos por votación popular, mientras
que los más prestigiados Grammy son producto de la industria. Los
Grammy de este año confirman la llegada de los músicos de
estirpe latina al mercado estadounidense: hay más propuestos que
nunca (17 artistas) y por primera vez hay un candidato hispano para cada
una de las categorías, excepción hecha del pop. El año
pasado sólo hubo tres nombres latinos en liza para las categorías
que no fueran ni clásica ni exclusivamente latina.
El mexicano Santana es el peso pesado de los aspirantes a los Grammy,
con sus once propuestas. Ricky Martin, nacido en Puerto Rico, concurre
en cinco categorías. Analistas del fenómeno del mestizaje
cultural ven en el éxito de la música de raíces latinas
más un caso de asimilación de lo latino en la corriente mayoritaria
que de acercamiento del norteamericano a lo latino. "Lo que está
claro es que si quieres tener éxito en el ámbito general
tienes que cantar en inglés, aunque sólo sean unas pocas
palabras, como hace Ricky Martin en Livin' la vida loca", dice Félix
Masud-Piloto, director del Center for Latino Research, de la Universidad
DePaul, en Chicago.
El poderío del mercado norteamericano arrasa con las purezas
y artistas como Enrique Iglesias dicen aceptar el reto de abrirse camino
en inglés. "Desgraciadamente, lo que se escucha son versiones aguadas
de los ritmos latinos", subraya Masud-Piloto. "Si se canta en español
o el sonido es muy auténtico no puede competir con los peces gordos".
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