
De cómo surgió el
juego de ajedrez y cómo evolucionó la palabra que lo designa
hasta entrar en nuestro idioma de la mano del maestro español Ruy
López de Segura
Por Ricardo Soca
El
nombre del antiquísimo juego de ajedrez es un buen ejemplo, entre
tantos otros, de una palabra que ha evolucionado junto con la Humanidad
a lo largo de milenios, durante los cuales recorrió las más
variadas tierras, eras y culturas, modificándose por influjo de
incontables lenguas hasta llegar a los idiomas modernos.
La invención
del juego-ciencia ha sido atribuida en diversas épocas a griegos,
romanos, persas, escitas, egipcios y árabes, entre otros pueblos
de la antigüedad, y ciertamente todos ellos lo conocieron, pero hoy
hay razonable consenso en que el ajedrez surgió en el Indostán,
en época no determinada con certeza, pero que ciertamente es muy
remota. Inicialmente, se le conoció como chaturanga, en referencia
a las cuatro alas (angas) del ejército indio: elefantes, carros,
caballos e infantería.
A partir de la
India, el juego se difundió luego hacia China, Corea y Japón
y en el Occidente hacia Rusia, de donde saltó a Escandinavia, Alemania
y Escocia, pero esta vertiente del ajedrez se perdió en la bruma
de los siglos y la forma como hoy es conocido deriva de otro itinerario.
Si aceptamos la versión del poeta y cronista persa Firdusi, el chaturanga
habría penetrado en el siglo VI de nuestra era en Persia, donde
sufrió diversas modificaciones. En efecto, al llegar a este reino
milenario, el chaturanga dejó de jugarse con dados, como en la India,
y su nombre se convirtió en chatrang que luego los árabes
cambiarían a shatranj.
Buena parte de
la jerga ajedrecística que llegó a nuestros días surgió
en Persia, donde el juego tuvo gran apogeo. Así, jaque mate proviene
sha mat que significa "rey derrotado". El último Sha de Persia,
actual Irán, Reza Pavlevi, sufrió el sha mat por parte
de los ayatolás en 1978.
En España,
adonde fue llevado por los árabes, el nombre del juego evolucionó
hacia axatraz y más tarde, axedrez, como le llamó
el ajedrecista español Ruy López de Segura, en su "Libro
de la invención liberal y arte del juego de axedrez", publicado
en 1561 y considerado hasta hoy una referencia para los estudiosos.
El nombre antiguo
de la torre, el roque, registrado aún hoy por el Diccionario de
la Academia Española como voz antigua, deriva del persa rukh,
palabra que significaba roca o atolón, y que luego los árabes
utilizarían en la Edad Media para designar a sus carros de guerra.
De ahí
proviene el nombre del enroque, una jugada de rey y torre al mismo tiempo.
En ciertos festivales tradicionales de Valencia, circula aún hoy
una carroza que se denomina roque, como los carros de guerra de
los persas. El nombre del alfil proviene del árabe fil (elefante),
pues esta pieza representaba el ala de los guerreros que combatían
montados en paquidermos. Curiosamente, en inglés la pieza tiene
el nombre de bishop (obispo) y bispo en portugués, adoptado probablemente
por los monjes ajedrecistas del medioevo.
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DEL IDIOMA ESPAÑOL © 1999 Ricardo Soca
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