El País Digital
Martes
28 abril
1998 - Nº 725

La policía salvadoreña halla una fosa común cuando investigaba un secuestro

JUAN JOSÉ DALTON, San Salvador
Los despojos humanos de unas quince personas, en lo que pudiera ser un inmenso cementerio clandestino, fue localizado el pasado fin de semana por un equipo de investigación judicial que trataba de ubicar el paradero de un joven secuestrado en días pasados por una banda de delincuentes. El rehén fue asesinado, según informó el lunes la Policía Nacional Civil (PNC).

El macabro hallazgo fue ubicado en la zona de El Playón, al norte de esta capital, en las faldas del volcán de San Salvador o Quezaltepeque. El mismo sitio, durante las dos décadas anteriores, fue utilizado por los escuadrones de la muerte, de ultraderecha, para abandonar los cadáveres de sus víctimas ajusticiadas por oponerse a los regímenes militares.

«Cada vez que alguien desaparecía o era capturado se acudía a la morgue y posteriormente a El Playón, con la esperanza de encontrar los cuerpos», declaró la madre de un desaparecido, que hasta el momento no sabe qué pasó con su hijo, apresado a comienzos de la pasada década.

El médico forense del Instituto de Medicina Legal del órgano de justicia, Pablo Mena, aseguró que «los restos tienen aproximadamente 12 años de antigüedad», por lo que se supone serían despojos de víctimas del conflicto armado que finalizó hace seis años.

El forense explicó que los restos fueron encontrados en un área de unos cuarenta metros cuadrados, y aseguró que es posible que se encuentren más osamentas, por lo que la fiscalía general no descartó la continuación de las investigaciones para identificar a quiénes pertenecen los restos.

Durante el conflicto armado salvadoreño (1980-1992) murieron 75.000 personas y desaparecieron 8.000, sin que hasta el momento se sepa el paradero de ellas. Los dos gobiernos del partido en el poder, Alianza Republicana Nacionalista (Arena), hicieron caso omiso a la recomendación que en 1993 hiciera la Comisión de la Verdad, que investigó los crímenes de guerra, en lo referente a dar con el paradero de los desaparecidos e indemnizar a las familias de las víctimas.

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