El País Digital
Martes
8 septiembre
1998 - Nº 858

El ex jefe del M-19 dice que la paz en Colombia es "irreversible"

YOLANDA MONGE, Madrid
Pasó muchos años luchando por sus ideales con un fusil. Pero aunque a él le parece cercano, hace ya más de ocho que decidió abandonar las armas para adoptar un compromiso con la paz desde la lucha política. Antonio Navarro Wolff, ex comandante del grupo guerrillero colombiano M-19 que en 1990 depuso las armas, cree que el proceso para acabar con más de 30 años de conflicto armado interno va a ser "largo y complejo". Pero "irreversible", afirma Wolff absolutamente convencido de que ha llegado la hora de trazar una raya frente a la insurrección que en tres décadas se ha cobrado 300.000 vidas. Porque "los colombianos hemos tomado masivamente la opción de la paz".

Todo este entusiasmo proviene, en gran parte, del clima favorable a la negociación con los dos movimientos guerrilleros más importantes del país -las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y el ELN (Ejército de Liberación Nacional)- que vive Colombia desde que el pasado día 7 de agosto asumiese la presidencia del país el conservador Andrés Pastrana. Hasta ese momento las conversaciones con las FARC estaban bloqueadas. Ahora, el plazo máximo para que los interlocutores se sienten a la mesa de negociaciones se sitúa en torno a "60 días", según cifra de forma optimista Wolff que estos días se encuentra en Madrid para asistir a un ciclo de conferencias que organiza la Casa de América.

Como si de una premonición se tratase, este hombre de 50 años vaticina como segura "una cohabitación entre guerrilla y Gobierno". "No es una idea descabellada", se defiende y afirma que en Colombia actualmente "hay 350 alcaldes que cohabitan en el poder con la guerrilla". No obstante Wolff cree que para que los grupos guerrilleros se conviertan en organizaciones políticas desarmadas es necesaria una reforma política en profundidad que afectaría a los mecanismos y procesos electorales, los partidos y el Congreso. En su opinión, esas áreas de la actividad política han mostrado deficiencias graves que deben ser corregidas, para que opciones no tradicionales puedan competir en condiciones de igualdad con los partidos liberal y conservador, que han compartido el poder en los últimos 150 años.

'Humanizar la guerra'

En Colombia se habla de humanizar la guerra. Y aunque la manera más eficaz de hacerlo sea logrando la paz, hasta que ésta llegue hay que "trabajar de forma ineludible en la búsqueda de preservar los derechos humanos, especialmente los de la población no combatiente, que es la que pone la gran mayoría de los muertos en cualquier guerra", opina el antiguo guerrillero.

A este hombre menudo, quien dice que es considerado "un extremista por la derecha de su país y un traidor por sus compañeros de la izquierda", le falta media pierna, amputada para salvar su vida tras un atentado en Cali en 1985. Ahora afirma vivir sin miedo, "aunque en Colombia todo el mundo está amenazado".

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