PACO GÓMEZ NADAL , Managua
1979. La revolución sandinista traía a Nicaragua el discurso de la sociedad igualitaria y se llevaba las hamburguesas de McDonald's. 19 años después todo ha vuelto a la normalidad. El Big Mac preside la Rotonda de El Güegüense y el actual Gobierno considera que la "M de McDonald's es un imán para la inversión extranjera". El pasado sábado se inauguró el restaurante de la famosa cadena de comida rápida y casi 3.000 personas hicieron fila armados de paciencia para, de 15 en 15, probar el sabor ya olvidado. Fue el 11 de julio, el día del 105 aniversario de la revolución liberal y una semana antes de la conmemoración de la revolución de 1979.

"Ahora sí que ha llegado el progreso, ¿verdad? Porque estos [McDonald's] no se instalan en un país que sea inestable". El comentario lo hace un taxista que al otro lado de la calle observa la aglomeración frente a las puertas del restaurante de comida rápida. El regreso de McDonald's ha generado expectativas que han sido ratificadas por el Gobierno, los empresarios y la propia Iglesia.

"Esto es sólo comparable a la llegada de las grandes gasolineras", asegura otro espectador recordando lo ocurrido en 1990 cuando, tras el fin de la revolución, las estaciones de servicio de las multinacionales se convirtieron en lugar de reunión de los managuas.

La familia Saballos, que tenía la franquicia en la década de 1970 y vuelve a ser ahora la propietaria, lleva una semana de inauguraciones.

Primero le tocó a la prensa. "McDonald's les invita a la conferencia de prensa en la que se les invitará a la mundialmente conocida hamburguesa". Y así fue. Después, el pasado jueves, le tocó a los políticos y a la Iglesia.

El vicepresidente del Gobierno, Enrique Bolaños, estaba feliz. "Los inversionistas extranjeros lo primero que buscan cuando observan a un país es la M de McDonald's, ahora Nicaragua ya la tiene".

Y la M es grande. El local, construido en una de las zonas de moda de Managua, junto a la Plaza de España, es llamativo y ya se ha convertido en punto de referencia de una nueva generación.

En la inauguración no faltó nada. Decenas de boyscouts, junto a la Banda Infantil Escolástica cantaron el himno nacional mientras la propietaria, Ivania Saballos, anunciaba que el restaurante no tendrá hora de cierre en los primeros días para dar respuesta a la demanda.

Como en Miami

La reapertura de McDonald's significa la confirmación de un proceso que comenzó en 1990, tras los acuerdos de paz entre sandinistas y contras (la Resistencia) y la celebración de las primeras elecciones democráticas.

A las gasolineras les siguieron restaurantes, discotecas, centros de diversión, cines de lujo y cajeros automáticos. Nicaragua pasó en unos meses de la cartilla de racionamiento al consumo masivo, aunque al alcance de una minoría ya que, según Naciones Unidas, a estas alturas sigue siendo el segundo país más pobre de Latinoamérica.

Sin embargo, el cambio de rostro a la capital se está produciendo ahora, cuando se construyen cuatro hoteles de lujo y varios centros comerciales.

Cada inauguración supone un acontecimiento social. De hecho, La Prensa, el diario de más prestigio, abrió ayer su portada con McDonald's dejando en un segundo plano la convención del partido en el poder (el Partido Liberal Constitucionalista) o la grave crisis institucional en la que está inmerso el país.

Los principales consumidores de los nuevos establecimientos son los llamados miameros, nicaragüenses que salieron del país con el triunfo de la revolución sandinista y que se afincaron en Miami, Estados Unidos.

Ahora, de regreso a Nicaragua y al frente de las principales empresas, imponen modas y estéticas. El propio cardenal de la Iglesia católica, Miguel Obando, decía con satisfacción durante la inauguración de una estación de servicio en el lujoso barrio de Las Colinas que se sentía "como en Miami".

© Copyright DIARIO EL PAIS, S.A. - Miguel Yuste 40, 28037 Madrid