El alcalde de Quito, Jamil Mahuad, gana la primera vuelta electoral en Ecuador
FRANCESC RELEA ENVIADO ESPECIAL,
Quito
El alcalde de Quito y candidato de la Democracia Popular, es el vencedor de la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Ecuador celebradas ayer, según los sondeos a pie de urna difundidos anoche. Mahuad obtendría un 36,68% de los votos, seguido del empresario bananero Álvaro Noboa, el candidato del destituido presidente Abdalá Bucaram, con un 29,75%. Los dos candidatos disputarán el sillón presidencial en la segunda vuelta el próximo 12 de julio. El triunfo de Mahuad parece claro tras prometerle su voto para ese día Jaime Nebot, líder del Partido Socialcristiano, primer partido de Ecuador aunque no presentó candidato a estas elecciones.
![]() a los colegios electorales de Quito (Reuters). |
Mahuad se desplazó en la tarde de ayer al feudo de Noboa y Bucaram, Guayaquil, donde recibió la noticia de su triunfo. «Siete puntos es una distancia inmensa, irremontable, en una campaña electoral», advirtió el vencedor. «En la segunda vuelta, capitalizaremos el voto de centroizquierda, de la gente honesta que está en contra de Bucaram». Mahuad hizo un llamamiento a todas las fuerzas políticas y prometió, en caso de ganar, un gobierno «de gran unidad nacional». En el mismo Guayaquil, Noboa descalificaba las estimaciones a pie de urna, que en Ecuador gozan de gran credibilidad, y se resistía a aceptar la derrota. El empresario-candidato habló de «datos amañados» y espetó: «Yo le he ganado a Jamil Mahuad». Y añadió: «Que digan la verdad».
La memoria del electorado fue puesta a prueba ayer en Ecuador, apenas dos años después de la entrada en la escena política de Bucaram, el ex presidente que abrió la mayor crisis de la historia ecuatoriana. El fantasma de Bucaram, prófugo de la justicia y exiliado en Panamá, ha planeado hasta el último día de campaña a través de su aliado Noboa. «La responsabilidad ética de estas elecciones es ganarle a Bucaram. La pelea es con Bucaram», decía Mahuad.
La gran incógnita de estas elecciones, a las que estaban convocados siete millones de electores, es comprobar hasta qué punto un pueblo puede olvidar las movilizaciones populares de febrero del año pasado, que sacaron a las calles a dos millones de ecuatorianos para exigir la destitución de Bucaram. Seis meses de nefasta gestión bastaron para unir a todos los partidos políticos, organizaciones sociales y sectores de los más diversos estratos en un solo objetivo: «Fuera Bucaram».
F. R.,
Quito
Jamil Mahuad, de 48 años, nacido en Loja y nieto de libaneses, es doctor en Jurisprudencia y máster en Administración Pública por la Universidad de Harvard. Antiguo ministro de Trabajo y diputado de la Democracia Popular, fue elegido alcalde de Quito en 1992, cargo para el que fue reelegido cuatro años más tarde.
Su gestión al frente de la capital ha recibido más elogios que críticas. La revista Fortune asegura que ha colocado a Quito entre las 10 mejores ciudades de América Latina y el Caribe. Sus adversarios le reprochan una supuesta opacidad de las cuentas de la ambiciosa inversión realizada en la red de trolebuses. Los taxistas, principal sector afectado, le odian. Desempeñó un papel determinante durante la crisis de febrero de 1997, que acabó con la destitución del presidente Abdalá Bucaram.
En aquellos día de impresionantes movilizaciones populares en Quito, el alcalde se movió con habilidad entre las sedes del Congreso, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y la Embajada de Estados Unidos. Durante la campaña se ha adueñado del centro político y ha mantenido en esta estrategia un tono amable con el que ha defendido el consenso.
«La participación del sector privado es básica para el crecimiento», ha repetido. Promete un aumento del PIB del 4% al 6% hasta el 2002, la creación de 900.000 puestos de trabajo, la construcción de un nuevo oleoducto y de 7.000 kilómetros de red vial. En el tramo final de su campaña tuvo que hacer frente a las acusaciones lanzadas por su adversario, que implicaban a un hermano suyo con el narcotráfico. Se ha querellado contra Noboa, a quien ha advertido que si llega a la presidencia le exigirá el pago de 12.000 millones de pesetas en impuestos impagados.
F. R.
, Quito
Álvaro Noboa, de 47 años, nacido en Guayaquil (la capital de la costa), banquero e industrial, es el presidente de la Corporación Noboa (banano) y de otras 200 empresas. Se le calcula una fortuna personal de 300.000 millones de pesetas, la primera de Ecuador. Durante el Gobierno de Abdalá Bucaram fue presidente de la Junta Monetaria, organismo que dicta la política económica. Su estrecha relación con el presidente destituido por enajenación mental ha planeado sobre toda su campaña. El propio Noboa ha dicho en alguna ocasión que mantiene económicamente a Bucaram en su actual exilio en Panamá y ha reivindicado ser su representante. A pesar de ser un prófugo de la justicia, Bucaram ha hecho campaña en favor de Noboa a través de Gamavisión y Telecentro. El programa político del candidato del Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) es una incógnita después de 45 días de campaña. No ha participado en ningún debate electoral ni ha concedido entrevistas. Sólo intervino en una conferencia de prensa, en la que sus respuestas se contaban por monosílabos o en frases como: «Pregúntele a mi vicepresidente», «pregúntele a mi asesor en Economía», o «pregúntele a mi esposa [Anabella Azin]». El eje de su campaña ha sido la promesa de que reconstruirá la Costa.
Para ello no ha dudado en cultivar la imagen de millonario, y sus camiones han recorrido las zonas más afectadas por el fenómeno de El Niño para regalar alimentos, medicinas, botas y dinero. Su esposa, médico de profesión, ha viajado a bordo de las unidades móviles de terapia intensiva para atender a los damnificados. Noboa se ha gastado en esta amplia operación unos 23 millones de pesetas diarios mientras ha durado la campaña. Pero en las provincias de la sierra andina el candidato Noboa ni ha aparecido.
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