Edén Pastora inicia una huelga de hambre para recuperar la ciudadanía nicaragüense
El ex guerrillero renunció a la nacionalidad nicaragüense en 1976
SONIA GONZÁLEZ,
Managua
El legendario Comandante Cero, Edén Pastora, se declaró ayer en huelga de hambre indefinida en el histórico edificio del palacio nacional, donde protagonizó hace 20 años un espectacular asalto al frente de un comando guerrillero sandinista. Con el pelo entrecano, algunos kilos de más, vestido de blanco, marcado por el inexorable paso de los años, Pastora comenzó un ayuno con el que pretende que le restituyan sus derechos políticos que aduce le arrebató el Tribunal Electoral.
Se trata de una controversia jurídica originada en una disposición constitucional que prohibió a Pastora, de 61 años de edad, -ex comandante sandinista y ex líder de la contra en los ochenta-, participar como candidato presidencial en las elecciones generales de 1996.
Todo el conflicto empezó cuando se trató de determinar las cualidades de los candidatos presidenciales consignadas en las enmiendas a la Carta Magna de 1995.
En ese momento la suerte política de Edén Pastora como aspirante presidencial del Partido Acción Democrática (PAD) se decidió. Su pecado había sido renunciar a la nacionalidad nicaragüense en 1976, y adoptar la costarricense "obligado por las circunstancias", según lo admite el líder político. Costa Rica, país donde Pastora mantenía negocios, le canceló la ciudadanía en 1981.
Quienes hayan renunciado "en algún momento", a su nacionalidad, no pueden ser candidatos a la presidencia, señala la Constitución nicaragüense. Un obstáculo político que resultó insalvable para Pastora. Acompañado por un reducido grupo de seguidores, el líder político comenzó ayer el ayuno en el palacio nacional de la cultura, histórico edificio en el antiguo centro de Managua, que en 1978 era la sede del congreso somozista cuando un comando guerrillero sandinista tomó como rehenes a altas fichas del ajedrez político de la dictadura. Aquello marcó el principio del fin del somozismo, que había gobernado con mano dura durante más de cuatro décadas Nicaragua. "No tengo más que mi resistencia física y la voluntad de Dios", dijo tras asegurar que sólo ingerirá agua y no desistirá en la defensa de sus derechos ciudadanos.
Augusto Zamora, jurista especialista en derecho internacional, dijo a la prensa que la demanda del ex comandante carece de sentido, pues existen testimonios legales de su renuncia a la nacionalidad nicaragüense. Lo que podría ser es protestar ante la Asamblea Nacional o tratar de promover una modificación constitucional que levante el impedimento a sus aspiraciones políticas.
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