El País Digital
Sábado
18 abril
1998 - Nº 715

Clinton alaba la democracia en el Parlamento chileno en una sesión a la que no fue Pinochet

El presidente de EE UU dice que «con una excepción» la era de los dictadores ha terminado

FRANCESC RELEA, Santiago
«Muchas naciones de este hemisferio perdieron su democracia. Nadie ama más la libertad que aquellos que la tuvieron y la perdieron. Aquí estoy en una sala llena de gente que ama la libertad», dijo ayer el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, ante el Congreso de Chile en pleno, en un discurso eminentemente político en el que ensalzó sin contemplaciones el valor de la democracia e hizo una velada referencia a Fidel Castro. Una gran ovación acompañó las palabras del mandatarior estadounidense, que asistirá a la Segunda Cumbre de las Américas, que se inaugura hoy en Santiago.


Clinton (izquierda) y Frei, ayer durante la cena
de gala en honor del presidente norteamericano (AP).
«Con una sola excepción, la era de los dictadores ha terminado», dijo ante senadores, diputados, y representantes de los estamentos político, religioso y militar. No estaba en el hemiciclo para escuchar las palabras de Clinton el ex-dictador y hoy senador vitalicio Augusto Pinochet -excusó su presencia alegando razones de salud, aunque el día anterior el ex-general asistió a un acto público-, pero sí los parlamentarios de la derecha pinochetista a quienes no satisfizo el discurso de 20 minutos del presidente estadounidense. Así lo puso de manifiesto el senador Hernán Larrain, de la Unión Demócrata Independiente (UDI), quien calificó de intromisión en los asuntos internos chilenos el recuerdo que hizo Clinton de la frase del ex-presidente Patricio Aylwin:«nunca más« a regímenes dictatoriales en Chile. «No tiene que venir a darnos lecciones. Es como si nosotros le recordáramos la esclavitud en EE UU» dijo el senador derechista.

«No nos olvidemos de nuestro pasado, utilicémoslo no para abrir viejas heridas o viejos rencores, sino para construir un futuro mejor», reclamó Clinton. «No descansaremos hasta que hayamos prendido la antorcha de la libertad en todo nuestro hemisferio». El mandatario subrayó que «la democracia nunca es perfecta», rememoró las palabras de Franklin Delano Roosevelt «es un proceso que siempre busca mejorarse», y lanzó un mensaje inequívoco: «Hemos decidido que en este hemisferio es el pueblo el que gobierna». Recordó la frustración de los pueblos «que puede limitar la democracia» y reclamó «una segunda generación de reformas que vaya más allá del ejercicio del derecho al voto».

En la recta final del discurso Clinton aludió al futuro económico de la región: «Vamos a dar un paso muy importante para crear una área de libre comercio en el año 2005», promesa que despierta notable escepticismo en empresarios y políticos latinoamericanos por las dificultades de Clinton para obtener del Congreso de EE UU la fast track , amplias facultades para negociar una verdadera liberalización del comercio y eliminar el proteccionismo. El presidente de México, Ernesto Zedillo, ha dicho que la cumbre será una desilusión porque EE UU ha hecho poco para que tuviera éxito.

La presencia de Clinton en Valparaíso, tuvo otros signos: una breve y cordial conversación con el diputado Juan Pablo Letelier (hijo del ex ministro de Allende asesinado en Washington por la policía política de Pinochet), el saludo a Isabel Allende (hija de Salvador Allende) o el recuerdo en su discurso a los premios Nobel Gabriela Mistral y Pablo Neruda.

En las filas de los partidos de la Concertación (coalición gubernamental) reinaba la satisfacción. Sergio Bitar, senador del Partido por la Democracia (PPD), dijo: «Nos honra el discurso de Clinton. Es un gran respaldo a la democracia».

América Latina avanza hacia la eliminación de aranceles

F. R., Santiago de Chile
Los dos grandes bloques económicos de Suramérica, el Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) y la Comunidad Andina de Naciones (CAN, compuesta por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela), dieron el jueves un gran paso hacia la integración al firmar en Buenos Aires un acuerdo para levantar todas las barreras aduaneras a partir del año 2000.

El pacto comercial se produjo en vísperas de la Segunda Cumbre de las Américas, que debe dar la señal de salida del ambicioso proyecto del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que incluye a todos los países del continente excepto Cuba. El acuerdo, suscrito por los ministros de Relaciones Exteriores y Comercio de ambos bloques, afecta a una población de casi 300 millones de personas. El Producto Interior Bruto (PIB) de esta futura zona de libre comercio suramericana equivale al 13% del total de los países involucrados en el ALCA.

«Hoy es un día muy importante para toda América Latina», dijo el presidente argentino, Carlos Menem, en el acto de la firma del acuerdo, calificado como «un testimonio de la inequívoca decisión de afianzar la unidad latinoamericana». El Mercosur y el CAN han puesto de relieve su voluntad de negociar como un solo bloque la configuración del futuro ALCA. El acuerdo de Buenos Aires reemplazará otros pactos bilaterales suscritos entre países de los dos bloques.

Dos etapas de negociaciones deben concluir con la puesta en marcha de un programa de reducción gradual de aranceles de todos los productos incluidos en el listado aduanero a partir del 1 de enero del año 2000. Las negociaciones se llevarán a cabo bajo los compromisos de promover la libre competencia y rechazar las «prácticas restrictivas» del comercio. El intercambio comercial entre los dos bloques llegó a los 3.916 millones de dólares en 1997 (más de 600.000 millones de pesetas), con un saldo de 30 millones de dólares (4.000 millones) a favor del CAN.

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