El País Digital
Martes
12 mayo
1998 - Nº 739

Claro triunfo del Partido Colorado en Paraguay, según el Tribunal Electoral

Niegan el fraude denunciado por la oposición

FRANCESC RELEA ENVIADO ESPECIAL, Asunción
Los primeros resultados oficiales de las elecciones en Paraguay difundidos por el Tribunal Electoral confirmaron ayer la clara victoria del Partido Colorado y despejaron las dudas de un supuesto fraude denunciado por la oposición, que estuvo a punto de empañar la tranquila jornada del domingo. Escrutado el 45% de los votos, el candidato colorado, Raúl Cubas, obtiene el 54%, frente a un 43% del candidato de la opositora Alianza Democrática, Domingo Laíno.


Raúl Cubas, con los brazos levantados,
es aclamado por sus seguidores en Asunción (AP).
El Partido Oficialista también consigue la mayoría de senadores, diputados, gobernadores y concejales departamentales elegidos. La tradicional alta participación en Paraguay llegó al 85%, porcentaje récord en América Latina.

La calma reinaba ayer en los aledaños del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), que hasta altas horas de la madrugada estuvieron tomados en actitud amenazante por enardecidos militantes del Partido Colorado, tras difundirse la noticia de un supuesto fraude que ponía en duda el triunfo del Partido Oficialista. La euforia de los ganadores, alentada por las primeras estimaciones de voto hechas por radio, televisión y varias organizaciones independientes, se torció cuando a las nueve de la noche el director del registro electoral, Ramón Ferreira, denunció presuntas irregularidades en la transmisión de datos del escrutinio al centro de cómputos. A esta hora, las calles de Asunción estaban abarrotadas de seguidores del Partido Colorado .

Los dirigentes de la Alianza Democrática, que trataban de digerir la derrota, aprovecharon la denuncia para proclamar , sin prueba alguna, que el fraude alcanzaba el 80% y que ellos habían ganado las elecciones. Descamisado y sudoroso, el candidato de la oposición gritó a su hinchada: «Ya me veo a mí mismo jurar como presidente de la República. Me veo muy pronto jurar como comandante en jefe de las gloriosas Fuerzas Armadas». Pocos le siguieron. La OEA y los embajadores de España y EE UU, entre otros, daban escaso crédito a las denuncias de fraude.

El día después, cuando los resultados oficiales dan cuenta del triunfo inapelable del Partido Colorado, Laíno se enfrenta a crecientes voces críticas en el seno de su coalición, que le responsabilizan del fracaso. Su futuro político está en entredicho. El vencedor, Raúl Cubas, acompañado del candidato a la vicepresidencia, Luis María Argaña, visitó ayer al presidente, Juan Carlos Wasmosy. Las preguntas sobre el futuro del general Lino César Oviedo, artífice del triunfo electoral pese a estar preso en un centro militar, acapararon la breve conferencia de prensa de Cubas: «Vamos a promover las medidas legales para que se haga justicia con Oviedo. Para mí, no es culpable» .

Cubas era el compañero de Oviedo en la candidatura del Partido Colorado hasta que éste fue inhabilitado por la Corte Suprema. Asumió el reto de aspirar a la presidencia de la República hace sólo 20 días. A juzgar por los resultados, casi el cien por cien de la militancia colorada votó por su partido, corroborando la frase de Luis María Argaña: «El colorado vota a un colorado, aunque sea el Pato Donald».

Raúl Cubas, amigo y socio de Oviedo

F. R., Asunción
Raúl Cubas Grau, 54 años, ingeniero electrónico, casado y padre de dos hijas, es un empresario de éxito y una de las fortunas de Paraguay. De 1939 a 1988, fue director de la firma Concret-Mix, que accedió a varias licitaciones públicas de construcción de obras viales durante el Gobierno del dictador Alfredo Stroessner. Fue ministro de Hacienda durante 13 días en el Gobierno de Juan Carlos Wasmosy de quien era amigo, socio y correligionario hasta la sublevación del general Lino Oviedo. Dimitió de su cargo de ministro en solidaridad con el militar en el primer acto de su ruptura con Wasmosy. Hoy dice del presidente paraguayo: «En algún momento perdió el rumbo y no consigue encontrar el camino. Nos llevó a un grave estado de la economía nacional», aunque debe su candidatura a la presidencia de la República a Wasmosy, después de que éste forzara la inhabilitación de Oviedo. Del general encarcelado ha dicho públicamente: «Tenemos el dudoso honor de tener el único preso político de América Latina».

Los que le conocen le definen como terco, de carácter difícil, taciturno y de sonrisa escasa. «Es hombre de pocas palabras, al que le cuesta dar sus opiniones. Es puro cerebro, puede actuar fríamente en contraste con la emotividad de Wasmosy, y su imagen poco tiene que ver con la de un intelectual», aseguran algunas fuentes.

Su imponente mansión en el municipio de San Lorenzo ha sido la comidilla de sus adversarios -«faraónica» o «se necesita un tour turístico para recorrerla», aseguran-. A lo que él responde sin ningún rubor: «Es una inversión que hice en el país con mucho esfuerzo. Hay gente que tiene aviones o grandes casas en Punta del Este. Estoy orgulloso de haber construido mi vivienda con trabajadores y materiales paraguayos».

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