El País Digital
Sábado
2 mayo
1998 - Nº 729

Declarada anticonstitucional la ley que impone el inglés en Arizona

JAVIER VALENZUELA, Washington
El uso obligatorio y exclusivo del inglés en los asuntos públicos es contrario a la Constitución de Estados Unidos, según acaba de sentenciar el Tribunal Supremo de Arizona. Este dictamen supone el más serio revés legal jamás sufrido por el movimiento English Only (Solamente en Inglés), partidario de establecer la oficialidad del inglés en todos y cada uno de los Estados de la Unión y a nivel federal.

Arizona es uno de los 23 Estados norteamericanos que a finales de los años ochenta y comienzos de los noventa, en pleno auge conservador, adoptaron leyes supuestamente destinadas a proteger el inglés frente al ascenso de otras lenguas, en particular el español hablado por los inmigrantes hispanos.

La Ley English Only de Arizona, aprobada primero por el Congreso de ese Estado y ratificada luego por una corta mayoría en referéndum, era tan estricta que prohibía incluso a las autoridades elegidas democráticamente dirigirse a sus votantes en cualquier idioma que no fuera el inglés.

Esa prohibición se extendía a los funcionarios, aunque éstos trabajaran en asuntos de inmigración, beneficencia, enseñanza, patrimonio histórico o parques naturales. O aunque se las vieran con indios navajos o hispanos, dos comunidades instaladas en Arizona antes de su incorporación a EE UU el pasado siglo.

Pero la ley nunca llegó a entrar en vigor. De un lado, muchos políticos y funcionarios se negaron a aplicarla; de otro, comenzó un largo proceso ante los tribunales que concluyó el martes con el dictamen del Supremo de Arizona.

Racismo encubierto

Según ese dictamen, la ley viola la primera enmienda sobre libertad de expresión de la Constitución, discrimina a los no anglohablantes y dificulta su capacidad de buscar y obtener información y servicios de los poderes públicos.

Stephen Montoya, el abogado que representó a los legisladores y funcionarios de Arizona opuestos a la ley, la había calificado de «racista». «Esa ley», dijo, «va dirigida exclusivamente contra los indios, los hispanos y los asiáticos».

El movimiento English Only, según constitucionalistas norteamericanos, pretende algo que los «padres fundadores» de EE UU descartaron expresamente al redactar y aprobar la Carta Magna del país: el establecimiento de una lengua oficial. Los artífices de la revolución estadounidense prefirieron garantizar ante todo la libertad de expresión.

Pero movilizando el temor de los anglohablantes ante el ascenso del español, el movimiento English Only, que también se llama English First (Primero, el inglés) ha conseguido en los últimos años que numerosos Estados adopten medidas proteccionistas de la lengua mayoritaria en el país. Su espíritu anima la actual campaña para la aprobación en California de la proposición 227, que pretende terminar con la educación bilingüe en ese Estado. Bill Clinton se ha declarado opuesto a esa iniciativa, que será sometida a referéndum el próximo junio.

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